jueves, 30 de junio de 2022

No jueces sino Luz de Dios

 


Jesús miro a la multitud y sintió compasión de la gente porque estaban como ovejas sin pastor (Mt 9,36…).

 Jesús no se limitó a compadecerse de los hombres, sino que entregó su vida para romper nuestros horizontes tan simples como sujetos al vaivén de las vanidades. Se dejó conducir al Calvario, crucificado venció con su Luz a las tinieblas.

 Nosotros a quien el Señor nos dice: " Vosotros sois la Luz del mundo" (Mt 5,14) asistimos a una etapa crítica de la humanidad marcada por guerras altamente destructivas, pandemias, sequías que provocan hambrunas...etc. En el colmo de su orgullo, el hombre, dejando a Dios de lado, se ha erigido como único discernidor entre el bien y el mal con secuelas que todos conocemos pero que preferimos silenciar. 

 Ante esta realidad, nuestra misión como discípulos de Jesús no es la de juzgar, ni meter miedos ancestrales. Jesús no nos llamó para ser jueces- acusadores de nuestros hermanos sino su Luz en medio de ellos. El hecho de obedecer a Jesús predicando y dando testimonio de su Santo Evangelio es el mejor servicio que podemos hacer al mundo. Quienes acogen las palabras de Jesús, se dejan juzgar por ellas. Es un juicio de compasión, de amor y misericordia...la de DIOS...que, como Padre, nos abraza con tal fuerza creadora que transforma nuestros corazones.

 Ojalá entendamos que Jesús nos envía al mundo con su Evangelio. No como jueces condenatorios sino como reflejos de su Luz.

 P. Antonio Pavia

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miércoles, 29 de junio de 2022

Por valle de tinieblas

 


Confesión de fe de un salmista: "Aunque camine por valle de tinieblas no temeré porque tú Señor vas conmigo" (Sl 23).

No es agradable vivir, a veces, la fe acosados por densas tinieblas; sin embargo, es caminando a través de ellas, guiados por Jesús, nuestro Buen Pastor de quién nos fiamos, como las vencemos. Sólo Él nos puede conducir al Padre pues es el Camino, la Verdad, y la Vida (Jn 14,6). Se nos presentan otros caminos en la vida, en los que aparentemente no hay tinieblas, tienen luces atrayentes y esplendorosas, pero, y bien lo sabemos, son luces con fecha de caducidad que al apagarse nos dejan vendidos a la angustia de nuestras oscuridades.

A pesar de ello Jesús, el Buen Pastor a quien un día “dejamos de lado" se presta a ser nuestra Luz... que jamás se apaga y no son pocos los que, venciendo sus resistencias, buscándole le encuentran. Empiezan, entonces, podemos decir, una nueva forma de vivir, tan gloriosa, que podrán, como este otro salmista proclamar exultantes: "Me enseñaste el camino de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua junto a ti" (Sl 16,11).

 P. Antonio Pavía

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sábado, 25 de junio de 2022

Domingo XIII T. Ord.

 

  Jesús, quiero seguirte, pero...

 Sondeamos un punto catequético de este Evangelio.

 Jesús   camina hacia Jerusalén con sus discípulos cuando de pronto un judío se le acerca y le dice: " Te seguiré donde quiera que vayas". Jesús le dice: las zorras tienen madrigueras y las aves nidos, y mientras que yo no tengo donde reclinar la cabeza. Desconocemos la reacción de este hombre.  Si suponemos la sorpresa de los discípulos de Jesús. Sólo después de recibir el Espíritu Santo que les prometió entendieron porque su Buen Pastor no tuvo donde reposar su cabeza ni al nacer, en un pesebre, ni al morir, en la Cruz.

 Jesús siempre descansó en el Padre, en sus manos al hacer su voluntad...así nos enseñó a todos quién es nuestro descanso: ¡El mismísimo!

 Recordemos como narra Juan su muerte: "Dijo Jesús, todo está cumplido e inclinando la cabeza entrego el espíritu." (Jn 19,30)

 Así murió Jesús y así murieron y mueren sus discípulos; entregando nuestro espíritu a Dios nuestro Padre.

  

P. Antonio Pavia

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viernes, 24 de junio de 2022

«Verano: tiempo de recuperarnos física y espiritualmente»

 

Queridos hermanos:

Esta semana comenzamos el verano, y con él llegan las vacaciones para muchos de nosotros. Seguramente tendremos más tiempo libre, más posibilidades de viajar, de compartir con la familia... Después de dos veranos encerrados por la pandemia, las ganas de salir de casa son mayores ahora que las normas sanitarias se relajan –aunque el coronavirus sigue ahí y no conviene olvidarlo–.

Todos tenemos derecho a “disfrutar de descanso y tiempo libre, que nos permita cuidar la vida familiar, cultural, social y religiosa” (Concilio Vaticano II. GS 67), y recuperar fuerzas tanto física como espiritualmente. Salir de nuestro ambiente cotidiano nos da la oportunidad de descubrir otras formas de pensar y ver la vida, de acercarnos a la naturaleza y respirar aire puro. El tiempo libre es más propicio para escuchar y contemplar, para serenar el alma, para el diálogo y la armonía, para el encuentro con personas amigas y queridas, para orar en la naturaleza o en las iglesias.

En verano, los pueblos de nuestra extensa geografía extremeña incrementan notablemente su población. Los niños y jóvenes vuelven a llenar sus calles. Aparte de los preciosos parajes naturales, de los ríos y las montañas, el patrimonio histórico-cultural es en gran parte de carácter religioso. Las Iglesias son los monumentos más representativos en muchas poblaciones. Son obras que han nacido del sentimiento religioso a lo largo de la historia, y que también hoy siguen siendo «auténticos caminos hacia Dios… una ayuda para crecer en la relación con él, en la oración» (Benedicto XVI).

Para los que prefieran viajar, las parroquias, los colegios y la misma diócesis ofrece algunas posibilidades para desconectar en este periodo estival. Diversas instituciones, asociaciones y movimiento con presencia en la diócesis (Cáritas, Scouts, Junior, JEC, Milicia de Santa María, Formacionistas…) organizan campamentos para jóvenes y niños en los próximos meses. La Hospitalidad de Lourdes retoma la peregrinación anual con voluntarios y enfermos desde el día 30 de junio al 7 de julio. También habrá en el Seminario un encuentro de seminaristas de toda España, en el que algunos darán el paso al Seminario mayor.

Nuestros centros de estudios teológicos, el Instituto de Teología “San Pedro de Alcántara” y el Instituto de Ciencias religiosas “Nuestra Señora de Guadalupe” están acabando el año académico. Tras dos años de interrupción, el XII Congreso teológico-pastoral “Raíces y sinodalidad” ha puesto el broche de oro. La Iglesia en sínodo necesita la comunión y la participación de todos en la misión, especialmente de los laicos. En este sentido, la formación adquiere una importancia decisiva: para realizar ministerios (diácono, catequista, lector, acólito, ministro de la comunión…), para asumir responsabilidades en la evangelización (en las parroquias, en los movimientos, en las cofradías, en Cáritas…), o para formar parte de los órganos de decisión y consulta de la diócesis y de las parroquias.

Y tenemos la suerte de contar con un plantel de profesores especialistas en teología que es una gran riqueza para toda la diócesis. El Sínodo diocesano XIV encomendó a estos centros la coordinación de la formación de los laicos (Orientaciones y disposiciones, n. 176). Invito a todos los que puedan a aprovechar esta oportunidad. Además, ahora se abre la posibilidad de hacer el grado en teología también en horario de mañana.

Por último, les recuerdo que el día 29 de junio es la fiesta de San Pedro y San Pablo, el día del Papa. En esta jornada damos gracias a Dios por nuestro Santo Padre Francisco, pedimos, de manera especial, por su ministerio al servicio de la Iglesia universal, y contribuimos con nuestras limosnas y donativos a su misión evangelizadora y de caridad. En estos tiempos difíciles, de secularización y de crisis, este donativo, conocido como óbolo de San Pedro, es un signo concreto de pertenencia a la iglesia y de adhesión al Papa como símbolo de su unidad. Los animo a contribuir generosamente en la colecta que se hace en las parroquias dedicadas a este fin.

Como esta será la última comunicación del boletín diocesano por este curso, quiero desearles felices vacaciones a todos.

Con mi bendición,

+ Jesús Pulido Arriero

Obispo de Coria-Cáceres

 

jueves, 23 de junio de 2022

EL AMOR

 



 El amor, como un pincel que traza el paisaje de mi existencia y lo enmarca todo.

 El amor, porque está o porque falta: protagonista de mi vida. Presencia de tu vida en mis cosas, incapaces de librarse de su llamada, de su escrutinio.

 Me enseñas cada día a vivir en su presencia y llamarlo como juez: él es quien dirime y lo que debe ser, siempre el amor, susurro de tus labios en mí caminar.

 Quién sino tú me habría enseñado que se puede amar en el sufrimiento. Quién me habría invitado a ponerlo en el centro de mi existencia; quién sino tú me habría mostrado la fuerza de su obrar.

 El amor que lleva al perdón, el amor que comprende, el amor que enseña a esperar, el amor que arranca el dolor, el amor que sana el orgullo, el amor que da claridad a los ojos.

 Subiste a una cruz, Señor, y te dejaste matar por amor. Esa fue tu forma de guiarnos, de enseñarnos, de mostrarnos su sentido, su verdad.

 El amor como principio y el amor como fin: todo inundado de amor en un mundo que agoniza por haberlo desterrado y que solo encontrará en él su salvación.

 

Olga Alonso

miércoles, 22 de junio de 2022

«Caminando juntos»

 


Mucho nos ha llevado en este curso la creación de grupos para la reflexión en torno a ese tema que ha propuesto el Papa Francisco: la así llamada sinodalidad. Se nos ha terminado haciendo familiar la palabreja, por más que sea su significado y su mismo concepto, tan antiguo como la misma Iglesia. Porque, efectivamente, el término “sínodo” significa “camino compartido”, es decir una forma de entender un proyecto de modo no privado, sino acompañado por otras personas que me aportan y a las que yo aporto algo que nos enriquece mutuamente para lograr alcanzar el objetivo soñado. El cristianismo no es un camino privado, aunque siempre será personal. Por eso sólo cabe comprenderlo de modo comunitario, fraterno. No somos turistas viandantes que solitariamente se cruzan por el camino, sino peregrinos que tienen en común la meta hacia la que caminamos, la asistencia del Señor, y la senda que recorremos como hermanos hacia la patria celestial.

Ya el papa Francisco indicó que «el mundo en el que vivimos, y que estamos llamados a amar y servir también en sus contradicciones, exige de la Iglesia el fortalecimiento de las sinergias en todos los ámbitos de su misión». Las sinergias son los recursos que podemos compartir para lograr llegar a ese gran objetivo cristiano que ha cruzado el ímpetu misionero que Jesús nos dejó al marchar de nuevo al Padre: «id al mundo entero y anunciad la Buena Noticia a toda la creación”» (Mc 16,15). Es el mensaje del Evangelio que quiere llegar a cada rincón de la historia, a cada persona en su variopinta situación con toda su carga de gozo o de llanto, de perplejidad o de encanto, de esperanza o de desánimo. Una Buena Noticia que ponga luz en nuestras penumbras todas y que grite la verdad desplazando los engaños, que regale la paz y la misericordia en las encrucijadas conflictivas y violentas. En definitiva, la cima de la gracia de Dios derramada en nuestros abismos de pecados. Estas son las sinergias compartidas con las que somos enviados.

Por este motivo, y explicando el camino sinodal, decía en otra ocasión el Papa Francisco: «es necesario que cada uno de los bautizados se sienta involucrado en la transformación eclesial y social que tanto necesitamos. Tal transformación exige la conversión personal y comunitaria, y nos lleva a mirar en la misma dirección que el Señor mira».

Sin duda alguna, el mundo en el que estamos y que nos ha tocado en suerte habitar, reclama esa presencia cristiana que, con respeto educado, pero con decisión no acomplejada, cada uno desde el don y la vocación que ha recibido, ha de saberse comprometido con el resto de la comunidad eclesial para transformar las cosas en la dirección que Dios nos señala. No todo está zanjado, ni trillado, ni sabido y prefijado. Hemos de dejar espacio a que Dios nos sorprenda abriendo los nuevos senderos que en su Providencia quiera señalarnos en este momento de la sociedad y de la Iglesia.

La sinodalidad ha supuesto un trabajo capilar en nuestra Archidiócesis de Oviedo, y han participado nada menos que tres mil personas en 228 grupos sinodales. Esto supone mucho tiempo de reflexión seria, de oración confiada, de debate fraterno, donde hemos puesto en juego lo mejor de nosotros mismos para involucrarnos en este reto que tenemos delante en este momento de la historia. Los pastores con nuestro ministerio, los consagrados con sus carismas, y los laicos con su compromiso en el mundo del trabajo, la política y la familia. Así hemos hecho este camino sinodal, cuyas conclusiones hemos enviado a la Conferencia Episcopal para que las traslade a la Santa Sede como nuestra aportación diocesana. Asturias participará con el número máximo de los que se permiten en la asamblea de Madrid para clausurar esta fase sinodal en las diócesis. Estamos vivos, y con ganas. La comunión nos hace hermanos que se dejan enviar por el Señor ante los retos que se nos plantean en nuestro tiempo. Dios sea bendito.

 

+ Jesús Sanz Montes

Arzobispo de Oviedo

 

martes, 21 de junio de 2022

Mi alma se aprieta contra ti

 

Estremecedor el susurro del salmista en su ansia de intimar con Dios: "Mi alma se aprieta contra ti " (Sl 63,8).

 Todo buscador de Dios aspira a una intimidad así con Él, pero nuestra debilidad nos deja, como dice Pablo, vendidos al poder del pecado, de la idolatría ... (Rm 7,14). Israel, tuvo conciencia de que su inclinación a la idolatría le apartaban de Dios (Os 11,7) De ahí su grito a El: ¡Si rasgases el cielo y descendieses...! (Is 63, 19)

 Y Dios abrió los cielos y descendió: su Palabra se hizo carne y hábito entre nosotros (Jn1,14) El Hijo de Dios se encarnó, murió, resucitó y al subir al Padre, nos dejó en herencia la Bendición por antonomasia: ¡su Santo Evangelio!

 Por medio de sus palabras Jesús se aprieta contra nuestra alma. Ahora entra en juego nuestra libertad a fin de que su Evangelio prenda en ella. El deseo del salmista está cumplido ya podemos apretarnos íntimamente con Dios. Seamos vírgenes sabías pues podemos repetir la necedad de los fariseos a los que Jesús dijo: "Tratáis de matarme porque mi Palabra no prende en vosotros" (Jn 8,37 b).

 Hoy diría y dice a los fariseos de turno que no se pongan de perfil ante el Evangelio porque entonces no podrán intimar, apretar su alma contra El.

 P. Antonio Pavia

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lunes, 20 de junio de 2022

Quedé el miércoles con Dios

 


Después de la Comunión, en ese ratillo que Jesús aún está conmigo, Le dije: “El miércoles nos vemos en el hospital, espero que vaya San Francisco y San Antón. ¡Ah!, espera, primero se lo digo a tu Madre que siempre me lo dices.    

No, no me contestó, si lo llega a hacer “me quedo en el sitio” ... Pero me fui tranquila a casa. Esta vez mis oraciones son por mi amada y chiquita “Roma” (así se llama).

Qué bueno es quedar con ellos que, aunque no los vea, sé que a mí sí y me escuchan; para algo está la Fe. Y, por cierto, si mi “nena” no saliera adelante, no debo angustiarme, quedaría en manos de los Santos que tanto amaron a los animales.   

Me alegro de ser católica porque siempre tienes a Alguien a quien rezar y procurarte una sensación de confianza. Hay tanto por lo que pedir... De a “poquitos” voy pidiendo y la esperanza te invade. Solo nos pasa a los católicos, tenemos más suerte que nadie.

Con la Comunión, María, los Santos y las oraciones que nos enseñaron, hacemos la vida. No hay religión tan llena de amor como la de Dios, y no puedo respetar ninguna otra que ignore La Palabra en su magnitud ¡Están empobrecidas!, no llevan al cielo sin Confesión ni Eucaristía.        

A ver si se convierten y tienen la suerte de poder ir con la Corte Celestial a todas partes ¿Hay algo mejor para entrar en un hospital?  

Emma Diez Lobo

domingo, 19 de junio de 2022

El grave error

 


El grave ERROR de base es no separar al hombre del Espíritu Santo impuesto en la Ordenación de Sacerdotes Católicos.   

¡Cuántos me encuentro que unen lo humano con lo Divino! Así nacieron los cismáticos, las nuevas religiones cristianas, las sectas o las ideas a gusto personal. No distinguen, no saben que la Consagración de un apóstol viene de Dios desde el año 34 -Pentecostés (Juan 20, 19-23)-. “Lo que perdonéis en la tierra...”; y les infundió el Espíritu Santo para que perdonaran en su Nombre.     

No es nuestra labor juzgar la vida de un sacerdote, lo que importa es que el Espíritu Santo actúa y se sirve de ellos para suministrar los Sacramentos o darnos a conocer el Evangelio: 

Cuando nos Leen La Palabra, en la Confesión, en la Eucaristía, en las Ordenaciones. Lo de menos es de quien son la boca y las manos Consagradas.

Y tanto es así que el Clero y el Papa, siendo hombres pecadores y a lo mejor más que tú y que yo, también se condenan, pero el Poder Divino de librarte de la culpa del pecado y de Consagrar, solo ellos mas no es Obra de ellos.      

Si no se ajustan a tu idea de perfección, no te equivoques, son humanos no dioses y como nosotros también deben confesarse con otros sacerdotes.             

¡Sálvate!, y deja de mirar quien te perdona, que un Consagrado ni tiene cara ni vida personal porque el perdón no viene de él sino de Dios.

    Emma Díez Lobo   

sábado, 18 de junio de 2022

Fiesta del Corpus Cristi

 


 Eucaristía: Presencia de Dios

 

Durante la Última Cena Jesús tomo el pan y dijo: " Tomad y comed porque este es mi cuerpo entregado por vosotros."  Lo hemos oído infinidad de veces, está por ver si el "entregado por vosotros" nos causa el mismo impacto sobrecogedor que le causó a Pablo; fue tan determinante en su relación con Jesús que decidió dejarlo por escrito en una de sus cartas: " Me amo y se entregó por mi..." (Gal ,2,20) Seguimos con la Última Cena. Jesús tomo el cáliz y pronunció estas palabras: " Tomad y bebed, este es el cáliz de mi sangre que será derramada…para el perdón de los pecados..." El verbo derramar en la Escritura está relacionado con la efusión del Espíritu Santo; por eso el día de Pentecostés Pedro lleno del Espíritu Santo se dirigió a los judíos congregados ante el Cenáculo recordándoles la profecía de Joel: " Sobre mis siervos y mis siervas derramaré mi Espíritu." (Hch 2,18).

 Corpus Cristi: Fiesta del Amor de Dios al mundo.

 P. Antonio Pavia

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viernes, 17 de junio de 2022

«Corpus, con una mirada a los últimos»

 


Queridos hermanos:

El próximo domingo celebramos la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, es decir, la fiesta de Cristo realmente presente en la Eucaristía, sacramento en el que Jesús se queda con nosotros hasta el fin del mundo.

A estos sencillos y cotidianos alimentos de pan y vino Jesús los llenó en la última cena de la misma lógica de la entrega por amor de su encarnación y muerte en cruz: al venir al mundo, se hizo uno de tantos, se convirtió en "siervo" para llegar a los últimos, y murió como un criminal en la cruz para rescatar incluso a los más perdidos, para que nadie se pueda sentir excluido de la predicación del Reino y del anuncio del Evangelio. Con esta misma lógica de abajamiento se quiere hacer accesible a todos en un pedazo de pan y en un poco de vino.

¡Qué misterio! El Señor se queda entre nosotros como comida, bajo los accidentes, la apariencia, del pan de cada día, de ese pan que no debería faltarle a nadie. Dios es libre y poderoso para hacerse hombre, pero solo el amor explica que se haga el último de los hombres;

Dios es omnipotente para estar en todos los sitios y a la vez, pero solo su misericordia explica que quiera estar presente en lo más humilde, pan y vino.

En la Última Cena Jesús se identificó el pan que repartía y con el cáliz que ofrecía a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi cuerpo… Esta es mi sangre”. Anticipaba así la muerte en la cruz ya cercana: el pan partido es su cuerpo clavado en la cruz y traspasado por la lanza; y el vino ofrecido es su sangre derramada hasta la última gota.

Movida por este mismo amor de Dios, la Iglesia el día del Corpus mira a los últimos, a los que quiso llegar Jesús haciéndose pobre y haciéndose pan. Caritas encarna esta misma lógica del amor de Dios que no excluye a nadie. Decía San Juan de Ávila que el amor de Dios es más grande que el cielo, porque en el amor de Dios caben todos, justos y pecadores, de cualquier clase y condición, de toda raza y nación, incluso de cualquier credo, mientras que en el cielo solo entrarán los justos.

“Somos lo que damos. Somos Amor” es el lema elegido por Cáritas para la campaña de este año, en el que celebra el 75 Aniversario de su constitución. Las consecuencias de la crisis económica, las secuelas de la pandemia, las heridas que provoca la guerra… son una llamada apremiante a la compasión, a compartir nuestro pan con quien tiene menos que nosotros. Pero, aunque no hubiese necesidades en el mundo, el amor de Dios nos llevaría a dar, a darnos para parecernos a Él.

Nos viene bien recordar hoy aquella queja de San Pablo a los cristianos de Corinto, cuando veía que, mientras unos pasaban hambre, otros estaban hartos de pan y borrachos de vino. Les decía: “Eso no es comer la Cena del Señor… Así vuestras reuniones causan más daño que provecho” (1Cor 11, 20-17).

Cuando acompañemos a Jesús Eucaristía por nuestras calles, no olvidemos que él ha querido identificarse con los últimos, los que pasan hambre, tienen sed, están en el hospital o en la cárcel… y que a él le gustan las procesiones que nos llevan a visitar a los enfermos, a vestir a los desnudos... La fe no se puede desconectar de la vida ni la eucaristía de la caridad.

Con mi bendición,

+ Jesús Pulido Arriero

Obispo de Coria-Cáceres

 

jueves, 16 de junio de 2022

Permaneced en Mi

 



A todos nos entusiasma la idea de vivir, ya en este mundo, permanentemente con Jesús; pues bien sepamos que Él desea estar permanentemente unido con quiénes a pesar de sus debilidades e incoherencias acogen su llamada al Discipulado, y esto nos sobrecoge profundamente. Sepamos que no hay otra Escuela del Amor… del Amor de Jesús, que su Santo Evangelio. En él oímos a Jesús que nos dice: " Yo soy la vid verdadera, vosotros mis sarmientos... Permaneced en mi como yo en vosotros…" (Jn 15,1).

 Esto que dice Jesús rompe todos los esquemas del amor; el Hijo de Dios expresa su deseo de vivir con sello de eternidad con seres de barro como somos nosotros. Al este deseo Jesús añade una exhortación para que este vivir permanentemente con cada uno de sus discípulos se haga realidad; les dice: "Manteneos en mis palabras..."(Jn 8,31).

Miremos a María… como dio su sí a Dios... "Hágase en mi según tu Palabra." (Lc 1,38).

 No busquemos atajos que no llevan a ninguna parte. No hay otro camino que el que nos indicó ella: Hacer nuestra la Palabra, el Evangelio del Señor Jesús.

  

P. Antonio Pavía

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miércoles, 15 de junio de 2022

Dios da su vida

 

      Quien piense que Jesús dio su vida porque quiso y por tanto no es culpa de nadie, se equivoca. Lo que Le hizo Morir en La Cruz, fue el mal del hombre y siendo consciente de que Le llevarían a la muerte, no por destino sino por maldad, Muere perdonando su asesinato y todos los pecados que no vayan contra el Espíritu Santo.

Él ve, el pasado, presente y futuro del hombre, no lo programa, no lo implanta ni lo decide, simplemente lo ve y actúa en consecuencia. En nuestra libertad nos jugamos la condena o la salvación a “ojos” de Dios.   

Es como si hiciéramos una película de toda nuestra vida y se la entregáramos a una persona del pasado. Éste sabría qué sucede en cada momento, pero no puede cambiar nada de la película una vez hecha y terminada a gusto del consumidor; un largometraje que nadie nos impuso.   

Tenemos un espacio de tiempo para hacer un buen film. Tú marcas el final que has entregado a Dios; has sido libre para ir cambiando el rumbo a lo largo de los años.

Dios no mueve marionetas sin cielo, sino almas en libertad con Paraíso. Por eso Nace en la tierra y nos enseña el camino.     

 ¿Pudo Jesús haberse salvado de la Muerte? Evidente, era Dios, pero habría cortado libertades... Y no solo no las prohibió, sino que encima les perdonó.   

Le asesinamos sí, pero en su Resurrección nos abrió el cielo, pienso que hay que querernos muchísimo para hacer esto...

 

Emma Diez Lobo    

martes, 14 de junio de 2022

Vida en abundancia

 

Bellísima esta declaración de amor de David a Dios: " El Señor es mi pastor nada me falta..." (Sl 23). David no vive este amor a Dios como fruto de una vida ascética sino por el hecho de haber amado su Palabra más que a si mismo; fue la Palabra la que creó tal intimidad con Dios, que le movió a decir: ¡Nada me falta!

 Los Salmos, como dice la Iglesia, contienen profecías que se cumplen en Jesucristo y en los que se adentran en su fascinante invitación a ser sus Discípulos. Jesús se nos presenta en el Evangelio como el Buen Pastor anunciado por los profetas.

 Leamos lo que nos dice por medio de Juan: "Yo he venido para que -mis ovejas- tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10,10b). He ahí la razón por lo cual llega a decir: ¡Sólo tu Señor me bastas porque me das la vida en abundancia!

 Que bien lo expresó San Pablo al escribir: "Estoy acostumbrado a todo, a la escasez y a la abundancia" (Fil 4,12).


 P. Antonio Pavía

 

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sábado, 11 de junio de 2022

La Santísima Trinidad: La Fuerza del Amor

 

Hoy festejamos la Fuerza del Amor. Recordemos la Ternura que invadió al padre del hijo pródigo cuando desengañado de todo emprendió la vuelta a casa. Su padre, figura de Dios Padre, viéndole a lo lejos, corrió conmovido a su encuentro. El hijo empieza a disculparse, su padre abrazándole tiernamente le cubre de besos ahogando sus disculpas (Lc 15,20...).

 Veamos ahora la Fuerza del Amor del Hijo. ¡Nadie jamás amó y ama así! Le vemos en el Calvario; si enormes son las heridas de su cuerpo… mayores aún son las de su alma. Al pie de la Cruz están sus acusadores vomitando todo tipo de desprecios y burlas sobre Él: "... Sálvate a ti mismo si eres Hijo de Dios y baja de la Cruz..." (Mt 27,40-43). Jesús en un último esfuerzo eleva sus ojos al Padre y le dice: ¡Perdónales porque no saben lo que hacen! Este Amor atravesó medicinalmente sus corazones y como nos dice Lucas: "... Se volvieron -como el publicano (Lc 18,13)- golpeándose el pecho (Lc 23,48b).

 Reconocemos la Fuerza del Amor del Espíritu Santo por el Sobrenombre dado por la Iglesia: Espíritu del Amor de Dios.

 P. Antonio Pavía

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jueves, 9 de junio de 2022

¡Ven al Padre!

 


El Salmo 43 describe la angustia de un israelita a quien personas sin escrúpulos, quizás envidiosos por su cercanía con Dios, le hacen la vida imposible. Oímos su clamor: " Hazme justicia Dios mío, defiende mi causa contra esta gente sin piedad...Envíame tu luz y tú vedad que me guíen hasta tu morada " La súplica que este hombre eleva hacia Dios es estremecedoramente bella; diríamos que se anticipa a tantos Santos que de distintas formas nos legaron este manjar espiritual: " El hombre nació para amar y ser amado, amor que alcanza su plenitud conforme se acerca más y más a Dios".

 Nuestro salmista está pidiendo a Dios su Luz inextinguible y su Verdad, la que permanece firme y que se sobrepone a toda ideología, sistema, corrientes de opinión...etc. que cíclicamente nos invaden; elevándose sobre todo lo que fluctúa, se pone en las manos de Dios.

 Nos recuerda el testimonio que dio San Ignacio de Antioquía antes de su Martirio: " Oigo en mi interior una voz de agua viva que me dice: ¡Ven al Padre!


P. Antonio Pavía

 

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miércoles, 8 de junio de 2022

Dos o más

 

 Fijaros como es el tema que hace unos días, un sacerdote me recordó que para que Jesús esté en medio de nosotros, debemos ser dos o más hablando de Él: “Porque donde dos o tres están reunidos en mi Nombre, allí estoy Yo en medio de ellos” (Mateo 18,15).

La comunidad de la Iglesia es la Casa de reunión con Dios. La pregunta era que, si yo participaba de la misa por el “ordenata”, me valía. Pues a medias si quería sentirme cerca de Él. Lo que a Dios Le duele, por ti, es que vayas al “teatro” y no a su Templo.          

Por otro lado, hablar de Él es genial, sabes que está ahí, en la mesa con el grupo. El Espíritu Santo ayuda a recordar los pasajes del Nuevo Testamento, y puedes rebatir ideas profanas o por lo menos, haces reflexionar.     

Una amiga decía que Jesús estaba en todas partes y no necesitaba ir a ningún sitio para encontrarse con Él; y le entré con el Evangelio de Mateo. No eran palabras mías sino de Dios. Pero se niega a escucharlas en la Iglesia porque juzga a los Sacerdotes ¡Qué manía con los juicios personales, como si la Palabra cambiara!

Lo grande es que yo no tengo nada que inventar y me es muy fácil; en cambio ella tiene que basarse en sí misma... Total, que “la palabra” ya no es de Dios sino suya y se cree que vale. ¡Pues no!  

Dos o más en Su Nombre, son cosas del cielo...    

 

Emma Díez lobo

  

martes, 7 de junio de 2022

Siguiendo a Jesús

 

En el seguimiento a Jesús, vamos tras sus pasos con nuestra cruz identificándonos con El en la línea que dice Pablo: "Estoy crucificado con Cristo" (Gal 2,19). Estamos de acuerdo con Pablo, pero es bueno puntualizar que Jesús al llegar al Calvario donde muriendo nos rescató del abismo de la muerte no concluyó su caminar pues como bien sabemos resucitó y dijo a María Magdalena: "Di a mis hermanos que subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Jn 20,17).

 Está es la Gran Noticia de Jesús al mundo entero: He vencido a la muerte y también vosotros la venceréis y subiréis al Padre gracias a mi: (Jn 14,6).

 Recordemos lo que le dijo a Pedro una vez resucitado: ¡Sígueme! (Jn 21,19). Jesús que ya había dejado atrás el Calvario y que va al Padre la está diciendo que el seguimiento de sus discípulos tampoco culmina en el Calvario sino - al igual que El - en el Padre. Mejor dicho, en su Padre. Si, no hay duda de que está es una Gran Noticia: Nuestro seguimiento a Jesús culmina en los brazos de nuestro Padre.

 

P. Antonio Pavía

 

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lunes, 6 de junio de 2022

Pedir en condiciones

 

 Pedir a los Santos es algo que hacemos todos, además nos quieren un montón, si no, no se habrían pasado la vida rezando por nosotros.

 Es genial y alentador, pero... ¿A vosotros os hacen caso cuando les pedís algo? Y venga Santos en la mesilla que ponen por detrás “Petición”. Haces todo como te dice la estampa, esperas el “efecto”  Y nada.

¿Esto pasa porque no sabemos pedir?, Jesús lo advertía, pero no se si se refería a las peticiones o al modo de pedirlas, el caso es que cada día se te suman “entuertos” … Y no sabes si es que lo estás haciendo mal o se trata de otra cosa.      

De todas formas, a los Santos nada les salía bien... Cuando lees sus vidas, los pobres más calvarios y penas no pudieron pasar; y nosotros insistiendo para que las cosas nos vayan mejor... ¡Pues va a ser que no!

Conozco personas que cada vez lo tienen más complicado ¿Es que son más amados por eso? A ver si es que la cuestión del amor va por ahí...  

- Vamos a ver Emma, que la cosa no es baladí. A veces Dios dispone “males o entuertos” para conocer tu fidelidad al Evangelio porque Le importa tu alma. Los Santos son elegidos para la humanidad como ejemplo de lealtad y confianza. Pero tú no estás entre ellos así que pide si es para bien, pero es que lo haces fatal.     

¡Vaya por Dios!, pues como yo, la tira...    

 

Emma Diez Lobo