Te busqué entre las cosas como un soplo de viento entre las cañas del trigal dorado.
Te busqué por los cielos como la luz que llena los espacios.
Por el mar te busqué como el murmullo sin principio ni fin; por el arcano de mi ser sin quietud, como el deseo sin nombre; por los altozanos de mi pensar, como la luz dorada del sol poniente; por el verbo vano del lenguaje sonoro, como un nombre tejido de campanas y de salmos.
Y un día, cuando yo te buscaba, en mi retorno desilusionado, te cruzaste conmigo suavemente y me diste la paz, como un honrado labrador, por la tarde, en la vereda, con todo un sol maduro de crepúsculo sobre la curva lenta de la mano. José María Pemán
Me emociona, no lo puedo evitar, es como si el poeta diera vida a lo que llevo dentro y no se expresar
ResponderEliminarMuchas gracias