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domingo, 25 de abril de 2021

Gracia inmensa

            

Tanto que agradecer, aunque no lo creáis, que no podríamos enumerar las gracias de Dios. Ahora que van pasando los años, me doy cuenta, observo y apunto. No caben en la agenda... Y no por excelentes vidas, al menos no la mía, sino porque todavía tenemos ganas de reír a pesar...

Que la salud no funciona ¡La cabeza sí!; que hay brutal escasez y no puedes comer carne ni pescado ¡Siempre habrá lentejas!; que te has quedado sin pareja ¡Encontrarás a personas que te escuchen!; que tienes que trabajar después de jubilado ¡Podrás pagar la comunidad!; que no te puedes ir de “vacas” ¡Ducha fresquita, ropa de algodón y bajo la sombra de un árbol disfrutar del verde con libro o sin él!; que tienes que vender tus recuerdos más queridos ¡Menos carga para los que quedan!       

Las “mercedes” (palabra troglodita) son muchas pues solo el hecho de que todo lo relatado -es mi situación como la de muchos- no nos atrape ni estanque, es una gracia inmensa.      

Además tenemos cantidad de “cosas” para deleitarnos, desde recoger flores silvestres a comerte museos... La familia nos ama, los amigos nos aprecian, las oraciones nos alientan y el aire sigue existiendo. Yo me siento compensada -la “mascarilla Covid” no afecta-.     

Solo pido a Dios que devuelva la Paz a los que la hayan perdido por tanto sufrimiento y en sus manos pongo a mi familia aunque ellos no lo sepan.   

Por tanto y por todo, solo me queda que agradecer ¡GRACIAS!    

  Emma Diez Lobo                                                          

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