Isaías anuncia una profecía sobre el Mesías, que
Jesús, rompe por completo los esquemas que solemos tener sobre nuestra
misión como discípulos suyos. En su texto (Is 53,1...) anuncia la misión de
Jesús en unas condiciones completamente adversas y casi inasumibles. Leámoslo:
"Creció en su presencia - de Dios - como raíz en tierra árida...despreciado,
deshecho de los hombres, varón de dolores..." (Is 53,1...)
Partimos está Palabra; vemos a Jesús como raíz
aparentemente abocada a atrofiarse. No fue así porque creció bajo la amorosa
mirada de Dios su Padre. Que terrible fue el juicio de los hombres
que vieron en El algo tan detestable como abominable...ante quien hay que
apartar la cara por su figura repugnante...y así sucedió en el Calvario.
Exultemos ante la Gran Obra de Dios. Aquella raíz
desechable dio lugar a La Vid Verdadera que dio y sigue dando frutos agradables
al Padre: sus sarmientos...que somos sus discípulos. Vid deliciosa que alimenta
nuestras almas en contraposición a la vid aparentemente hermosa, citada por
Isaías y rechazada por Dios por sus frutos amargos. (Is 5,1.)
El miércoles seguiremos partiendo está Palabra de
Jesús, la Vid Verdadera.
P. Antonio Pavía
comunidadmariaadrespostoles.com
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