La conversión del
corazón
En el Evangelio
de hoy oímos la voz de Juan Bautista que clama: ¡Convertíos …! Es como si la
boca de todos los profetas enviados por Dios a Israel aunara sus voces a la suya:
Convertíos, preparad el camino, vuestros corazones tan infieles y volcados a
los ídolos... (Os 1,7)
A esos corazones
vacíos de la Verdad se refiere Jesús cuando dice: " Este pueblo me honra
con los labios, pero su corazón está lejos de mi' (Mt 15,8) Ante el grito de
Juan B. nuestra mente vuela hasta el salmista que inspirado por el Espíritu
Santo instó a los israelitas a no endurecer sus corazones ante la Voz de Dios:
Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis vuestro corazón." (Sl 95,7-8).
Juan abre nuestros oídos ante Jesús que "no
vino a juzgar al mundo - a nosotros - sino a salvarnos " (Jn 3,17.)
Adviento, tiempo
de perdón, de la Fiesta con Emmanuel Dios con nosotros La llamada a conversión
es una inclinación amorosa de Dios al hombre pues "no quiere la muerte del
malvado, sino que se convierta de su conducta y viva " (Ez 18,23).
Y, recordemos las primeras palabras que dijo
Jesús en su predicación, según Marcos: "Convertíos y creed en el Evangelio”
(Mc 1,15)
Convertíos sí,
pero no con la boca sino con el corazón.
P. Antonio Pavia
comunidadmariamadreapostoles.com
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