Es
que después del diluvio, de Sodoma y Gomorra, del Éxodo y tanto escriba fariseo,
etc., la verdad ¡Se deprimió!, aquello de “educar” desde el cielo con solo los Mandamientos,
no daba resultado.
¿Qué hacer con tanto desobediente
que no se salva ni uno?,
tengo que bajar en Persona, enseñarles “in situ” el camino del Reino y a ver si
así se salva, al menos, la mitad.
Eligió
a una Santa y piadosa María para Encarnarse como Hombre. Nuestro Emmanuel (Dios
con nosotros) nacía milagrosamente en Belén al amparo de un Ángel y cuidado de
José, su esposo. Desde entonces empezaron a contarse los años hasta hoy.
Creció
en sabiduría, nos Habló, hizo milagros, nos perdonó y después de su Muerte, Resucitó
como lo haríamos nosotros. Desde que el mundo es mundo, no hubo un hecho de Amor más grande y glorioso para nuestra salvación
que dejarnos su Palabra, su Cuerpo y su Sangre en la tierra. Si alguien no cree esto, lo creerá sin remedio...
Nacimiento, Evangelio,
Muerte y Resurrección.
Profecías cumplidas hasta el final de los tiempos ¡Gracias!
¡Belén,
Belén de los sueños de Dios, quién pudiera estar allí aquél día de Navidad!
Emma
Díez Lobo
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