Una vez escuchado el Anuncio del Ángel de que había nacido el Salvador, los
pastores, dejando sus rebaños, corrieron en búsqueda del Hijo de Dios.
Lucas señala que María guardaba en su corazón el encuentro entre estos
hombres y Jesús. Creo que estaba intuyendo, a la luz de estos pastores que
dejaron atrás sus pertenencias para encontrase con Dios, la genuina Iglesia de
Jesús: la que habría de nacer años más tarde en el Calvario.
María vio, también a lo lejos, a los discípulos de Jesús de todos los tiempos,
recorriendo los países del mundo entero anunciado el Evangelio que libera a
todo hombre de los voraces dioses del mundo. Discípulos que testifican que su elección
por el Dios Vivo, frente al dios muerto del Dinero (Mt 6,24) les había dado
la Vida, mientras que su anterior culto a los ídolos de este mundo, les había
hecho esclavos de sus apariencias. María, vio en los pastores, la
Iglesia libre de toda vanidad y su corazón se alegró en Dios.
Si, esta es la Iglesia de
Jesús. Iglesia por la que vivió y trabajó incansablemente, sobrellevando incomprensiones
e incluso desprecios de todo tipo, uno de los mayores Santos de los últimos tiempos:
Benedicto XVI.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario