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miércoles, 22 de enero de 2025

Partiendo la Palabra Buscadores de Dios. (VI)

 




Hoy hablamos de una mujer, presentada por Lucas, como pecadora pública. Está alejada de Dios, y en cuanto tal nos representa a todos. Ha oído hablar de Jesús y sabe que está comiendo en casa de un fariseo. Aun así, desafiando rechazos e incluso insultos por parte de los comensales, decide, pase lo que pase, ir a su encuentro. Es consciente de que es su ocasión para encontrar la Vida, y no quiere desaprovecharla. Entra pues en la casa; sus ojos encuentran a Jesús y acercándose, se arrodilla a sus pies y se los lava con sus lágrimas. Para entender mejor el gesto de esta mujer, es necesario saber que los pies, en la Espiritualidad de la Palabra, simbolizan el Evangelio del que emana la Vida. Está mujer probablemente oyó, de niña en la sinagoga profecías mesiánicas, como por ejemplo esta: "Que hermosos son los pies de los que anuncian la Buena Nueva ..." (Is 52,7) Ninguno de los comensales reparó en que está profecía se cumplía en Jesús; ella   sí; por eso se abrazó a sus pies...a Él, como estaba profetizado en el Cantar de los Cantares: "Encontré el amor de mi alma, lo he abrazado y jamás lo soltaré..." (Ct 3,4a) Así hizo: se acercó a Jesús y con sus besos y lágrimas y lo retuvo en el regazo de su corazón. Jesús la perdonó todo porque en su audaz búsqueda demostró que le amaba "con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas." (Dt 6,4).

 

P. Antonio Pavía 

Comunidadmariamadreapostoles.com

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