Ven Jesús a mi
corazón
Entramos en el
Adviento, tiempo de preparación a la Venida del Señor Jesús que culmina con la
celebración de la Navidad.
Si tuviera que
definir el Adviento en pocas palabras diría que es el canto y la preparación
del alma enamorada al Hijo de Dios por su Encarnación. Canto del alma enamorada
que ya en el Antiguo Testamento quedó reflejado en el Cantar de los Cantares;
el canto espiritual por antonomasia del alma a Dios. Fijémonos en los primeros
versículos de este libro al que podemos llamar con toda justicia la cuna de la
mística. Lo es porque no hay mística sin Palabra de Dios, como tampoco hay
Palabra de Dios sin mística.
Leemos el principio del Cantar de los
Cantares. Dice la esposa, que representa al alma: " Que me bese con los
besos de su boca. Mejores son que el vino (toda fiesta) tus amores...tu nombre
es ungüento perfumado, derramado sobre mí, por eso te aman las doncellas (las
almas que, porque te buscaron, te encontraron) (CT 1,1-3) He ahí el espíritu
del Adviento.
El Evangelio de
hoy nos invita a estar en vela, atentos al paso de Jesús por nuestra vida. Nos
ayuda en esta gozosa espera la parábola de las 10 vírgenes. (Mt 25,1...) Jesús
dice que 5 eran sabías y las otras 5 necias. Las 10 tenían sus lámparas, pero
las necias no se preocuparon por tener en ellas aceite - la Palabra en el
corazón como María - Quizás eran lámparas adornadas con dorados bellísimos,
pero inservibles para iluminar, como las obras de los fariseos (Mt 23,1...) Por
eso Jesús las llamó vírgenes (almas) necias.
P. Antonio
Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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