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lunes, 17 de febrero de 2025

Partiendo la Palabra " No temas, Yo estoy contigo." Abraham (I)

 


Iniciamos con Abraham una serie de Testigos de la Escritura que reflejan a lo largo de su vida su fidelidad a la misión confiada por Dios. Abraham es un hombre muy bien situado económicamente (Gn 13,1-2) pero le faltaba lo que nos falta a todos, hasta que nos encontramos seriamente con Dios, es decir hasta que no nos situamos junto a Él.

La dimensión catequética del encuentro real de Abraham con Dios, es paradigma universal del crecimiento de la Fe. Abraham alcanzó el culmen de la Fe, cuando de la mano de Dios - de su Palabra - aprendió a esperar y confiar en Él, "contra toda esperanza" como dice San Pablo ( Rm 4,18).

 Recordemos cuando Dios le dijo que sacrificase a Isaac, el hijo que Él mismo le había concedido, anciano él y anciana Sara, su mujer. Abraham libró un portentoso combate en su corazón. No era "comprensible" que Dios le diese un hijo, para arrebatárselo después sangrientamente. Sin embargo, a esa altura de su vida, Abraham ya conoce bien a Dios; si bien sabe que no se vuelve atrás en sus promesas, e Isaac es hijo de una promesa suya. Por ello, se encamina con Isaac hacia el monte del sacrificio. Isaac le pregunta: Llevamos el fuego y la leña, pero ¿Dónde está el cordero para el sacrificio? Abraham solo sabe una cosa: que no bajará del monte solo sino con Isaac por eso, al pie del monte dijo a los criados: Quedaos aquí...el muchacho y yo volveremos. (Gen 22,5 ).

 Abraham el hombre de fe por excelencia: no sabía "como se las ibas a arreglar Dios" pero si estaba totalmente seguro de que Isaac no iba a morir por eso dijo a los criados, de paso lo oyó también Isaac: ¡Volveremos!

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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