Juan grito: ¡Es el Señor!
Juan grito: ¡Es el Señor!
¿Qué todo el mundo es bueno?, esto es el título de una película española... Aunque haberlos “haylos”, más bien están callados esperando que gente con valor “Templario” defienda y guarde nuestros principios.
Nos faltan caballos,
espadas y capas blancas con cruces rojas, pero tenemos una cosa que ellos
también tenían, a Dios.
Privilegio que jamás
podrán arrebatarnos por mucho que nos nieguen. Somos los de siempre, los del
corazón en catacumbas o catedrales arañando esperanza y protección.
No nos dejemos
avasallar por los que arrasan amándose a sí mismos, y acompañemos a esos
valerosos de hoy que viven “cruzadas” injustas. Alguien dijo que el “El silencio de los buenos es tan grave como
el ruido de los malos. Y Jesús no se
callaba aun conociendo su final. ¡Qué grande seria imitar a Dios!
Recuerdo a Pedro
cuando dijo; “No, no Le conozco” ...
Temía por su vida; pues nosotros algo parecido ¡En cuántos lugares del mundo te
apartan o te eliminan por ser cristiano!
Reaccionemos y alcemos estandartes
bordados de Victoria. Desde las “redes” dando a los “me gusta”; en las campañas afiliándonos sin miedo; denunciando injusticias,
y sobre todo hagámonos oír en las urnas del mundo. Los valientes nos necesitan.
Por
los que no tienen voz, por los que huyen de la infamia, por los guerreros sin
capa ni espada que protegen la vida de los pueblos, y antes o después, los puños,
las bombas y las mentiras desaparecerán con la muerte.
Emma
Díez Lobo
Me espanta Tu Muerte, y no sé si pedir perdón por Crucificarte mil veces o darte las gracias por salvarme mil veces después de Crucificarte.
Te entiendo y no Te
entiendo, pues si la libertad es causa de Matarte ¿Por qué no fue mi libertad
la de evitarlo?
Tan malo es el hombre que asesina
sin motivo... Y a Ti, por decir que tu Reino no era de este mundo, una Verdad que
a nadie dañaba, pero insoportable para Israel.
¡Oh! Miedo de Sumos
sacerdotes a perder la autoridad. Fueron los primeros culpables del más infame
asesinato, y lo más grave, ocultar la Resurrección... Por justicia de Dios, ya
juzgados.
Se rasgó el velo del templo,
vinieron tinieblas, la tierra tembló y los muertos salieron de sus tumbas... ¡Con
lo grande que hubiera sido escuchar al Hijo de Yahvé y salvar sus almas!
Aquélla
tarde, yo también me fui del Gólgota mirando al Crucificado como uno de tantos sin
saber, por causa de las mentiras, que volvería a estar con nosotros al tercer
día.
¡No más mentiras! Ya me convirtieron
aquellos que dejó Dios para que recorrieran el mundo en Su Nombre. Ni los
circos romanos, ni las crucifixiones, ni las guerras, ni los mártires,
impidieron que llegara a mí su Palabra.
Dejé las catacumbas hace más
de mil seiscientos años, y hoy por mil canales pretenden que Le olvide. Los
“césares y escribas” han vuelto, pero ya
no me engañan, ya no me espanto, los conozco
bien...
Emma
Díez Lobo
Al llamar Jesús a sus primeros discípulos les dijo: " Venid conmigo y os haré llegar a ser pescadores de hombres" (Mc 1,17). Sin embargo, tras la muerte de Jesús y su posterior resurrección, estos conscientes de que no habían estado a la altura, creyeron que ya no contaría con ellos. Es significativo que decidieran volver a su trabajo de siempre, la pesca, como leemos en (Jn 21,1...). Salen pues a la mar, no pescan nada y "alguien" repite con ellos la pesca milagrosa. Fue entonces cuando Juan gritó: ¡Es el Señor! Al oír este gozoso anuncio, Pedro se desentendió de la barca y los peces y fue al encuentro de Jesús.
Hablamos de Barrabás el asesino en cuyo lugar murió Jesús. Barrabás nos representa a todos; al morir Jesús en su lugar estaba dando su vida por todos nosotros que, como dice Dios en la Escritura, tenemos las manos ensangrentadas por las heridas que infligimos a los demás con nuestras palabras y obras (Is 1,15 -16), Jesús el Cordero Inocente se dejó conducir a la muerte de malhechor limpiando así nuestras culpas. Pongámonos en la piel de Pedro. Aún resuenan en sus oídos los gritos de la turba exigiendo clemencia para Barrabás y muerte a Jesús. Sólo después de sus negaciones comprendió que Jesús había muerto en su lugar.
Le vieron y hablaron con Él a los tres días de dejarLe en la tumba... ¡Resucitamos! Hay Vida después de la vida. ¿Dudar de qué?, ¿miedo a qué?, ¿llorar por qué?
Jesús era idéntico a
nosotros ciento por ciento y vuelve a Vivir. Es el Hecho donde la
esperanza se convierte en realidad. Ya tenemos la prueba que
necesitábamos...
No os compliquéis la
existencia, ya no hace falta decir que formaréis parte de un todo, que seréis armonía,
energía, que os reencarnareis, que volveréis convertidos en “mariposas”, que si
la madre tierra o que no hay absolutamente nada.
Ya no podéis inventaros más
tonterías con tal de no creer la habida EVIDENCIA, y lo curioso es
que sois los mismos que creéis en personajes de la historia sin haberlos visto
ni oído: Tutankamón, Carlo Magno, Magallanes... y ¿No lo hacéis con Jesús? Tan
fácil es creer una cosa como la otra y resulta que unas sí y OTRA no.
Satanás, Satanás... Lleva a
la incredulidad, es lo mejor que puede hacer para arrastrarnos al Hades, porque
negar todo lo que atañe a la FE, al Espíritu y a Dios, es su guerra y su botín.
Morir no es nuevo, cada día
millones lo hacen y millones resucitan. El lugar donde irán es otra Verdad Justificada que, ante Dios, nuestras
“obras” elijen.
La “VIDA” después de la vida es una Asignatura esencial Inspirada y
Escrita, las demás también se escribieron, pero como esta, ninguna.
Emma
Diez Lobo
La Paz de Jesús amordaza tus miedos
Nuestros amigos están en tierra de nadie; por una parte, son rechazados por los judíos y por la otra no saben nada de Jesús fuera de lo dicho por unas mujeres poco creíbles, según ellos. Quizás piensan que fueron unos ingenuos al aceptar la llamada de Jesús. Nuestros amigos están viviendo una " noche oscura de la fe" dramática; el miedo y las dudas son como puñales que traspasan su alma. En esto Jesús se les aparece y les dice: ¡¡La Paz con vosotros!! Es la Paz de Jesús que viene acompañada de su Fuerza.
P. Antonio Pavía
Este domingo cierra la Octava de Pascua como un único día «en que actuó el Señor», caracterizado por el distintivo de la Resurrección y de la alegría de los discípulos al ver a Jesús. Desde la antigüedad este domingo se llama «in albis», del término latino «alba», dado al vestido blanco que los neófitos llevaban en el Bautismo la noche de Pascua y se quitaban a los ocho días, o sea, hoy. El venerable Juan Pablo II dedicó este mismo domingo a la Divina Misericordia con ocasión de la canonización de sor María Faustina Kowalska, el 30 de abril de 2000.
Benedicto XVI
"En la Palabra está la Vida" (Jn 1,4).
P. Antonio Pavia
El día en que Dios interviene en nuestra conciencia ¿Hace 1,8 millones de años, 600.000? ¡Qué facha teníamos por favor!, antes no creo porque comiéndonos unos a otros y caminando en plan simio... Cómo que no me parece.
Lo mejor es que La Biblia
dice que “Adán y Eva” eran de una belleza extraordinaria ¡Jesús!!! Sería por
dentro porque por fuera... En el Edén, por supuesto, habría de todo y mucho más.
Si entendemos el Génesis, es
evidente que hubo un instante en la historia del hombre donde el bien y el mal son
inculcados.
No sé si Lucifer se disfrazó
de serpiente o dinosaurio, pero fue la razón por la que el hombre comenzara a actuar
en libertad para disfrutar del Paraíso según
sus obras; y decidió infringir dolor a conciencia; hoy tenemos hasta
manuales...
El
cómo, el cuándo y el qué a
modo y dictamen del Creador, es incomprensible por su grandeza: La evolución
de toda existencia, las estrellas, la espiral del ADN, la flora y la fauna, etcéteras
infinitos...
También
habló y escucharon su voz: “Los troglos elegidos”, Aarón, Abrahán, Moisés... Y “hace
poco”, tres apóstoles ¿Recordáis la Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor?:
“Este
es mi Hijo amado, escuchadle”.
Dios hace lo que Le parece y cuando Le parece, no
tiene ningún problema; el problema es del incrédulo
que no sabe dar explicación del porqué una ameba, el átomo, el “Big-Bang” o
las apariciones Marianas, y pasa su vida buscando respuestas que no
encontrará...
Emma Díez Lobo
Las profecías anunciadas a lo largo del A. Testamento alcanzan, como sabemos, su pleno cumplimiento en Jesucristo. Nos preguntamos entonces que, si todas las profecías alcanzaron su culmen en Jesús, como es que los judíos, después de la multiplicación de los panes, lo aclamaron como al gran profeta que esperaban: "...Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo" (Jn 6,14). Quizás se referían al profeta que llevaría a cumplimiento la nueva creación anunciada por Isaías, los nuevos cielos y la nueva tierra, imagen del Reino de Dios (Is 65,17).
Hoy es lunes de Pascua; aún resuenan en nuestras entrañas los ecos de la gloriosa celebración de la Resurrección de Jesús. Creo que es su Resurrección, su victoria sobre la muerte, lo que otorga a Jesús el título del Profeta por Antonomasia. Sí, porque su Resurrección, su victoria sobre la muerte es en sí el Glorioso Anuncio Profético de nuestra propia Resurrección, nuestra Vida Eterna gracias a Él.
Recordemos, a este respecto, lo que le dijo Jesús al Padre antes de encaminarse a su Pasión: "... ¡Padre, deseo que los que tú me has dado -los discípulos de todos los tiempos- donde yo esté, estén conmigo...! (Jn 17,24…) … Y sabemos que Jesús dijo anteriormente que vino del Padre y que volvía al Padre... (Jn 16,28).
P. Antonio Pavía
https://comunidadmariama.blogspot.com/
Un Amor más fuerte que la muerte.
¿Cómo es posible que los que
tienen a Cristo en su religión, no católica, no tengan interés por conocer la Biblia de origen y sean fieles a lo escrito
por “gente enfadada” con Roma en los siglos XI, XVI y XIX, después de Cristo?
Si leyeran lo que el Apocalipsis dice de ellos, conocerían la
condena a la que están abocados.
Lo más grave es que estas religiones
tienen millones de seguidores: ortodoxos,
anglicanos, calvinistas, protestantes, evangélicos, pentecostales... ¿Se
olvidan, por ejemplo, de que Enrique VIII
reformó la Iglesia Católica a medida de sus propósitos haciéndose papa?, ¿de Bartolomé I, Lutero o Calvino etc, que también “confeccionaron” biblias cristianas a su
gusto?
Si
realmente creyeran en la Palabra de Cristo, bastaría para no
seguir ninguna otra palabra alterada, cercenada
o aumentada. Han de saber que, negando
Verdades como la Eucaristía, la Confesión o a Pedro y sus Sucesores (salvos
o en pena es cosa de Dios), la condena les acecha, pues ninguno de estos autores
“enfadados” fue elegido por Dios para Escribir su Testamento.
La Misericordia, sin conversión,
no creo que les alcance; y pienso que los
Sacerdotes que guardan LA PALABRA inspirada a los Evangelistas de Dios, no pueden
crear lazos con OTRAS religiones
cristianas por el peligro que conlleva haber eliminado el Perdón Instituido
por Jesús. A sus fundadores, Dios ya les
juzgó.
El “Fratelli Tutti” siempre entre hermanos, no entre religiones.
Y no por ser ejercidas
durante mil ó quinientos años (“notorio arraigo”), tienen peso de salvación
como Jesús proclamó.
Emma
Diez Lobo
¡Dios mío, Cristo es crucificado todos los días! ¡Y en todas las partes del mundo! ¡Y por mí, y por muchos de nosotros que nos decimos cristianos! Siempre que un niño es utilizado como esclavo, abusado o explotado; siempre que una mujer es maltratada, manipulada, insultada, humillada; siempre que una persona es utilizada, manipulada, torturada, o es víctima de la violencia, de la humillación o del desprecio, Cristo está siendo crucificado en ella. No era infrecuente, hace años, preguntarse dónde estaba Dios en Auschwitz, en Buchenwald o en Treblinka. Pues bien, Dios estaba en todas y cada una de las víctimas. San Juan Pablo II decía que Dios, mediante la Encarnación del Verbo, es decir, de su Hijo, se había unido en cierto modo a todo hombre. A la luz de la Encarnación —esa Alianza que se consuma en la Pasión y que nos abre a todos a la luz de su amor infinito en la mañana de Pascua—, no hay peripecia en la historia humana, no hay soledad, ni dolor ni sufrimiento, ni humillación ni abuso, que no sea parte de la pasión de Cristo. Que no haya sido transfigurado en su victoria sobre el mal y sobre la muerte, que no desemboque en el océano de la vida divina, en la caricia de su amor y su misericordia eternos. El día de los Santos Inocentes se celebra tres días después de Navidad, sólo después del primer mártir y del evangelista San Juan, el evangelista de la Encarnación. ¡Qué pena que esa fiesta, tan sobrecogedoramente actual, haya quedado reducida entre nosotros a una ocasión de burla y de chascarrillos!
El misterio de la libertad
humana —y de sus casi innumerables posibilidades de hacer el mal, por más que
el mal (a diferencia de la caridad) no tiene imaginación alguna, es
asfixiantemente monótono y repetitivo, aunque sus armas cambien de modelo cada
pocos años—, es tan grande, que con frecuencia su magnitud nos abruma. De
hecho, y aunque la palabra “libertad” sea una palabra mágica, y la usemos como
talismán, la mayoría de los hombres no quieren ser libres, como decía un autor
antiguo, lo que quieren es tener buenos amos. La libertad da vértigo. Hasta el
punto, de que, sin Cristo, la libertad tiende a ser vista únicamente como una
fuente de riesgo, como un peligro, hasta como la causa misma del mal. Y
entonces parece que la tarea de poner orden en el caos de la historia consiste
tan sólo en suprimir (o reprimir, u oprimir) la libertad. ¡De ahí nacen todos
los tiranos!
Y es que sólo hay en la
historia (y este “en la historia” es absolutamente esencial) una realidad más
poderosa que el mal, y esa realidad es el amor de Dios, que abraza al mundo —al
mundo entero— en Jesucristo. Los brazos abiertos de la cruz, clavados, para que
nada dé lugar a la tentación de huir de él, son un abrazo. Son un corazón
abierto, sin armas, sin protección y sin defensas. Es el abrazo de Dios a la
marea del mal y del sufrimiento humano. Son el corazón de Dios abierto a todas
nuestras mezquindades y nuestras miserias. Ese abrazo desvela que la libertad
(y su capacidad de hacer el mal) no es lo último, sino lo penúltimo de la
historia. La libertad es un bien indispensable (porque no hay amor verdadero
más que si es libre), pero la libertad está en función del amor, es bella y
buena cuando es fruto y fuente de amor.
Gracias a Dios, vamos a poder
volver a celebrar este año, después de dos años de pandemia, una Semana Santa
“normal”. Nuestras imágenes sagradas, nuestros Cristos y nuestras Vírgenes
dolientes —dolientes y reinas a la vez, asesinadas y rescatadas por la mirada
de su Hijo, signo y reflejo de nuestra humanidad herida y redimida—, van a
recorrer de nuevo las calles de Granada. Lo que proclaman es precisamente eso:
que no hay dolor humano que no haya sido asociado a la Pasión de Cristo, que no
hay lágrimas que el Señor no recoja en sus manos como perlas preciosas, que no
hay víctimas que no tengan cobijo y paz bajo el manto de la Virgen o en el
corazón abierto de Cristo. El día de los Santos Inocentes, el día en que las
innumerables víctimas inocentes de la historia —de Ucrania y de todas partes—
son abrazadas por Cristo, son ensalzadas por Dios, es el Viernes Santo.
+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Yo imagino a Jesús montado
en aquel pollino conociendo su espantoso final. No dudo de que la entrada en
Jerusalén fuera fantástica con canticos de Hosannas, pero el miedo que Le inundaba...
Cada minuto que pasaba, su Crucifixión
se acercaba, la humillación, el abandono, la impotencia de su Madre ¡Qué angustia y sudor de sangre!!!
La barbarie del hombre
comenzaba con alfombras de olivo... pero ¿A qué precio pagó Dios su alianza con
el mundo? Con la Muerte de su inocente Hijo.
Solo quería abrirnos el
Paraíso, salvarnos del infierno y se Le ocurrió la manera más doliente, se
llama Amor sin medida. Es, fue y será el
Sacrificio de su Hijo predilecto. Nos quería igual o más que a sí mismo.
Palmas y Ramos, tortura y
clavos... Final de Gloria y Resurrección ¡Pero qué angustia debió vivir hasta
entregar su Espíritu!
Todo pasó, Jesús, Venciste
al mal y la muerte, tu Madre ya es feliz, tus amigos están Contigo y nosotros
venceremos también; Dale a tu Padre, que habita en Ti, las gracias por estar
loco por la humanidad.
Gracias de corazón.
Emma
Díez Lobo
Pasión de Jesús según San Lucas
P. Antonio Pavía
El
alma, fuego de ansia que necesita desesperadamente estar junto a Dios; el
“cuerpo”, porque ha de espiar las penas que dejan las culpas perdonadas.
En
la Iglesia del Sagrado Corazón del
Sufragio en Roma, el P. Jouet, después del incendio de 1895, vio en la
pared la imagen de un alma sufriente que “pedía” misas para acabar con la
agonía de esperanza que inunda el purgatorio. A partir de ese momento recopiló
evidencias por todo el mundo, y hoy esta Iglesia tiene un museo que muestra quemaduras
dejadas por manos de almas en objetos y paños.
Encogen
el corazón... Pero no solo existen pruebas visibles, también hay Santos a los
que personas aparecidas han pedido misas por su liberación.
De
nosotros depende que salgan de este “infierno” de ilusión, pues ellas ya no
pueden hacer nada para sí mismas. Tenemos las “Puertas Santas” (indulgencia plenaria), ofrecerles misas; rezar la
“Coronilla de la Divina misericordia”
(Sta. Faustina Kowalska) a las 15 hs., los
9 primeros viernes de mes... Promesas
de Dios y la Virgen por las ánimas que esperan llegar al Paraíso y por la
nuestra en su día.
Hagamos
todo por ellas y enseñemos a hacerlo; que no se olviden de donde estaremos.
Emma
Diez Lobo
La Gracia de ser católico...
Pero para ejercer éste “Título” hay tanto que entender... He llegado a la
conclusión de que no se es católico si
no entiendes lo que Jesús propone.
Primero deberíamos saber qué
significa y después a lo mejor, solo a lo mejor, somos católicos, no al revés
como sucede.
Por Bautizado te haces hijo
de Dios, pero para seguir siendo hijo hay que actuar con su ejemplo, un ejemplo
universal para la humanidad ¡Católico!
No es ir a misa, no es
Comulgar, no es hablar de Dios y ya, es hacer caso a la Palabra y “practicar”;
es evidente que para hacerlo necesitamos a Jesús presente, cosa que sin la
Comunión... Difícil.
Sé que muchos no son
conscientes de este hecho y van acumulando culpas
de pecados veniales -la pena de
la culpa se paga en el Purgatorio- y
¡Claro! la pelota de faltas que se
va haciendo acaba en globo aerostático.
Procuremos aprovechar las “70
veces 7”, no sea que el globo se
convierta en “Zeppelín” y no
tengamos tiempo. No olvidemos que la culpa y la pena juntas, te llevan a la
condena.
Que Dios empuje a los que
dicen ser “católicos” a cumplir las normas que dio a Pedro y se salven. A
los que no salimos del confesionario... Pues no sé porque no hay manera, cuando
no te acuerdas de una cosa te acuerdas de la otra, y cuando te acuerdas de lo
que no te acordabas... ¡Otra vez allí! Interminable... Paciencia, Señor.
Emma
Díez Lobo
Hablo de esas personas que dicen no ser católicas practicantes y resulta que son caritativas, humildes y perdonan... Me expliquen, porque a mí me parece que son más católicas que “yo”.
También sucede en personas
que no conocen a Cristo, pero son buenas de corazón; supongo que con ellas Dios
lleva un “régimen especial”, porque donde no llega la Palabra, no llega y cada
vez hay menos misioneros.
Lo peor es donde llega y
pasan de Él y su perdón. La Gracia que les falta a unos, la tienen otros y la desaprovechan
¡El mundo anda al revés!
Pienso en estos desagradecidos
el día que se presenten ante Dios y Dios los mire de cerca:
-
“Eras hijo mío, me conociste, me dejé
Crucificar por ti para salvarte, te he dado toda clase de facilidades para que
vinieras Conmigo y NO HAS QUERIDO NADA DE MÍ.
¡Ufff, qué situación!
Imagino la contestación: “Es
que no me lo creía, no te necesitaba”; y a Dios diciendo:
- “¿Ahora sí me necesitas?
Te avisé, te dije que Yo era la Verdad y la Vida que creyeras en mi Palabra o podrías
condenarte; te puse mi casa cerca de la tuya y ni ante la duda fuiste
“sabiendo” que te perdonaría todo”.
¡Ufff, qué vergüenza, qué
mal!
Que Dios bendiga a las
personas humildes que no Le conocen y a los que saben Quién es, les ilumine por
todos los medios antes de “irse”, porque no hay vuelta
atrás.
Emma
Diez Lobo