Estamos llamados a ser de Dios por deseo y elección
suya. A nosotros nos toca: ¡Elegir su elección! O sea, decir a Dios: ¡Si!
Leamos este
pasaje profético que nos deja sin palabras ante tanto Amor de Dios que nos
elige: "Así dice el Señor; no temas, yo te he rescatado, te he llamado por
tu nombre. Eres mío…Eres precioso a mis ojos, de valor inestimable, y yo te
amo. (Is 43,1-4) Es una declaración de Amor de Dios...a ti...a mí, que nos
corta la respiración.
Quizás al ver
nuestra vida, a veces tan rutinaria, nos preguntamos algo incrédulos:
¿Será verdad esto?
¿Se cumplirá esta profecía en mí? Es una promesa ante la cual todos los honores
y riquezas del mundo... son polvo y paja...pero repetimos con mil dudas: ¿Será
verdad? ¿La cumplirá Dios en mí?
Respondemos a
la luz de lo que respondió Jesús a Andrés y Felipe con motivo de unas personas
que querían verle, es decir, conocerle: "Si el grano de trigo no cae en
tierra y muere, queda él solo, pero si muere, da mucho fruto. (Jn 12,24).
Tú estás
llamado a ser, ese grano de trigo derribado por el odio del mundo (Jn 15,18..)
en tierra, pero... no tengas miedo. Jesús va a trabajar en ti, en tus soledades
y contigo. Entonces le conocerás, no de lejos sino muy de cerca: como Discípulo
Amado suyo.
(Seguimos el miércoles).
P. Antonio Pavía
Comunidadmariamadreapostoles. com
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