Como dije el lunes, el Ángel Gabriel encontró a María
con el oído abierto al anuncio que le dio de parte de Dios. De ahí su respuesta
diáfana, a pesar de que este anuncio parecía imposible, Al comunicarla el Ángel
que la posibilidad era cuestión de Dios acogió la Palabra. Era cuestión
de Dios sí, pero el proyecto de vida que junto con José había proyectado dio un
giro de 180 grados. Aun así, respondió al Ángel: " Hágase en mi según tu
Palabra " es decir:! ¡Aquí estoy!
Veamos el crecimiento de María desde su Aquí estoy en
la Anunciación hasta el del Calvario. Allí la encontramos, hundida por
los hombres, pero erguida por Dios. No hay herida de Jesús que no traspase su
alma. A esto se añade no solo el dolor insoportable de ver a su pueblo adorando
al "padre de la mentira" (Jn 8,44) ... también constata que los
discípulos de Jesús le han abandonado. Sólo Juan estuvo con ella en el "Aquí
estoy de Jesús crucificado al Padre". María sostuvo a Juan y le hizo
participe de su " Aquí estoy " a Dios. Por eso Jesús le confío el
título de Madre de todos sus discípulos Amados: estos son su Iglesia...aunque
aún estemos en camino de serlo.
Si...paso a paso, palabra del Evangelio a palabra de
Evangelio, un día llegaremos a decir a Dios: ¡Aquí estoy!
P. Antonio Pavía
comnidadmariamadreapostoles.com
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