miércoles, 15 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 (XII) "Mis palabras son espíritu y vida " (Jn 6,63b)

 

 "En tus labios se derrama la gracia" dijo el salmista, viendo a lo lejos, con los ojos del corazón, como diría San Pablo (Ef 1,16-18) al Mesías.

Decir que Jesús y también sus Discípulos de todos los tiempos, ofrecerían al mundo, Palabras de Gracia, lleva consigo la promesa de que encendería en quienes acogieran su Evangelio, el Fuego de Dios. Tengamos en cuenta, por ejemplo, que Dios confío a Moisés la misión de liberar, en su Nombre, a Israel, esclavo en Egipto, desde una zarza ardiente. ( Ex 3,1...).

 Por otra parte, los dos discípulos de Emaús desanimados e incrédulos acerca de la resurrección de Jesús, fueron recuperados por Él, cuando abandonaron la Comunidad de Jerusalén. Salió a su encuentro y les " partió la Palabra " a lo largo de su caminar (Lc 24,25-27).

 Al desaparecer de su vista después de cenar juntos, los dos discípulos, recuperados por su Buen Pastor, se dijeron unos al otro: ¿No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos interpretaba –partía-, las Escrituras? (Lc 24,32).

 

P. Antonio Pavía 

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lunes, 13 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 (XI) (Jn 6,63b) "Mis Palabras son Espíritu y Vida"

 


 Miramos a Aquel, en cuyos labios se derrama la Gracia, a Jesús, Palabra del Padre, como le llamaban los primeros cristianos, y también la Gracia del Padre. Juan en su Evangelio dice que Él es la Plenitud de la gracia y la verdad (Jn1,14b).

 Lleno de Gracia y de Verdad, apunta al Resplandor de Dios, que nos santifica.  Sin embargo, el veneno de la mentira de Satanás deforma nuestros corazones.

Recordemos la primera predicación de Jesús en la sinagoga de Nazaret. Los "feligreses" admitieron que las palabras dichas por Jesús, estaban "llenas de gracia"(Lc 4,22). Sin embargo, inmediatamente se echaron atrás, pues al no tener que esperar ya al Mesías, ya no tenían excusa para no convertirse; había llegado el tiempo de recibir gracias al Evangelio, un corazón nuevo, como se había profetizado (Ez 36,25-27). Vieron inasumible eso del cambio del corazón. Lo de los rezos lo asumían, lo del cambio del corazón no, porque en su interior sabían que un corazón nuevo, supondría un cambio en su relación con Dios; tendrían que desechar las tibiezas y mediocridades a las que estaban abrazados... De ahí su rechazo a Jesús, que aumentó más y más hasta que fue Crucificado.

Rezar y rezar está muy bien...siempre que lo hagamos para tener la Sabiduría que emana del Evangelio. Sabiduría y Fuerza que dando un vuelco a nuestro corazón nos posibilitan llegar a ser Discípulos de Jesús. Si, para esto murió y resucitó Jesús, para darnos el Evangelio que cambia nuestra forma de ser y.…¡¡¡ Nuestra forma de rezar!!!! (Jn 3,23-24).

 

P. Antonio Pavía 

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sábado, 11 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Dm. XXVIII (Lc 17,11-19) Jesús, limpia mi corazón

 



 Diez leprosos van al encuentro de Jesús suplicándole que les cure. Jesús les dice que vayan a los sacerdotes, como indica la ley (Lev. 14,1...) Se ponen en camino y de pronto se ven curados. Uno de los diez se volvió donde Él y le adoró, reconociéndole como el Hijo de Dios. Dijo entonces Jesús: Solo tú has vuelto ¿Y los otros nueve? Y añadió: Tú fe te ha salvado.

La Catequesis de este Evangelio es muy fuerte.

 De nada sirve curarse la lepra exterior -las apariencias- si persiste la interior, la del alma. La mirada de Dios traspasa las apariencias; alcanzan el corazón. A los nueve que se vieron curados por fuera ya les pareció suficiente, son aquellos a los que Jesús llama necios, en el Evangelio. Necios porque no les importa el antro de maldad: mentiras, envidias, avaricia, vanidades...etc. que pululan en su corazón como dice Jesús (Mc 7,20-23). El que volvió donde Jesús, nos recuerda a aquel 10 por ciento de israelitas que permanecieron fieles a Dios mientras que el otro 90 por cien que en Babilonia se adaptaron a los ídolos. 

Dios llamó, a ese 10 por ciento "mis pobres” Los Anawin, y su Hijo les dio el Nombre de "Pobres de espíritu" (Mt 5,3) Estos son inmensamente Amados por Dios porque viven a contracorriente del mundo, Amadísimos por Él, porque escogieron para su alma, a Jesús y su Santo Evangelio...que son inseparables.

 

P. Antonio Pavía 

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miércoles, 8 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 (X) "Mis Palabras son Espíritu y Vida" (Jn 6,63 b)

 



 

 Hoy nos fijamos en María de Nazaret; en el título con el que la saludó el Ángel Gabriel, que la hacía acreedora de su Misión: Madre del Hijo de Dios. Título Celeste que desgraciadamente, pasa algo desapercibido: Llena de Gracia, el Señor está contigo.

Con este Título, el Ángel estaba profetizando, el sello de identidad de todos los Discípulos de Jesús a lo largo de la Historia. Un Discípulo de Jesús acoge confiadamente las Palabras del Evangelio porque sabe que son semillas de Vida y Espíritu, salidas del corazón de Dios hacia su Hijo (Jn 12,49-50) Es por ello que San Pablo, en su conjunto, las llama: ¡El Evangelio de la Gracia! (Hch 20,24).

 El que acoge el Evangelio de Jesús en sus entrañas, emprende   un camino glorioso con Él, su Buen Pastor, hacia el Padre. (Jn 1O, 1...).

 Al cumplir con Jesús, "Palabra a Palabra", la voluntad del Padre, se hace acreedor " salvando las distancias” del mismo título que María recibió del Ángel: Lleno de Gracia, El Señor está contigo".

 Esta es la Gloria Inmortal que Jesús reserva para sus Discípulos: ¡¡ Llenos de Gracia, llenos de Dios!! Este es nuestro Tesoro Incorruptible...los Buscadores de Dios lo reciben de Él.

 

P. Antonio Pavía 

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lunes, 6 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra Sl 45 (IX) "Mis Palabras son Espíritu y Vida" (Jn 6,63b)



 Tú Gracia vale más que la vida, exclamó, como pudimos ver en el texto anterior, el rey David.

Acercamos esta exultación, al signo de identidad propuesto por Jesús a quienes desean seguirle como discípulos suyos. "Quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará.  (Mc 8,35b.).

 Fijémonos bien; los discípulos de Jesús, no son, o no somos, personas con querencia a una ascesis tan inhumana como peligrosa. Le seguimos porque por nuestra vinculación al Evangelio, nos da su Sabiduría y su Fuerza para descubrir que estar, en nuestro paso por el mundo, con Él, es el Tesoro de todos los tesoros, ¡¡¡y en cuanto tal... ¡Irrenunciable!

 Hicimos opción por el Tesoro Eterno frente a tesoros corruptibles (Lc 12,3-34). Hemos abierto los brazos de nuestra alma a... Amar a Dios y ser Amados por Él, como proclamaban gozosos los primeros cristianos. 

Cuando a veces nos hemos entregado a tesoros corruptibles, la misma sensatez del alma nos daba señales de alerta como diciéndonos: ¿No te cansas de engañarte a ti mismo?

 Seguir a Jesús no significa renunciar sino saber escoger.

 

P. Antonio Pavía 

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viernes, 3 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra (Lc 17,5-10) Dom XXVII T.O. "Para ti son mis frutos, Señor "

 


 Nos resulta incómodo que Jesús diga hoy a sus discípulos, después de haber hecho lo que tenían que hacer, que son   siervos inútiles. Jesús sabe muy bien lo que dice, pues desea preservarnos de la vanidad de nuestras obras. Vanidad propia del fariseísmo; lepra que pudre el alma. Los fariseos de todos los tiempos, creen que hacen y hacen por Dios; sin embargo, buscan con ello su propia gloria, no la de Dios. (Mt 4,8).

  Jesús nos está avisando de que hay que tener un corazón tan retorcido como necio, como para hipotecar nuestra vida, con sus obras, por aspirar a una gloria que cabe en nuestras manos y que el tiempo diluye como un azucarillo en un vaso de agua (Mt 23,1-7).

 Tengamos también en cuenta la de veces que Jesús bendice las obras de sus verdaderos discípulos, por ejemplo, en (Lc 12,36-38).  Los que crecen  día a día como Discípulos de Jesús, es porque han dejado que Él escribiese   en sus corazones su Evangelio, como profetizó Jeremías (Jr 31,33). Saben entonces que dan el fruto agradable a Dios, gracias a Él (Os 14,9).

 Libres así de toda "instrucción del demonio" pueden proclamar exultantes como San Pablo: "Soy el último de los apóstoles, indigno del título de apóstol..., pero por la Gracia de Dios soy lo que soy y su Gracia no ha sido estéril en mi" (1 Co 15,9-10a).

 Por eso proclaman con la esposa del Cantar de los Cantares: "Para ti son mis frutos, Señor"(Ct 7,14).

 

P. Antonio Pavía 

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miércoles, 1 de octubre de 2025

Partiendo la Palabra "Mis Palabras son Espíritu y Vida” (Sl 45) (VIII) (Jn 6,63b)

 


 Seguimos partiendo la Palabra de Dios.

 Recordamos lo que profetizó el Salmista acerca de Jesús: "En tus labios se derrama la Gracia". Es la Gracia, que como ya vimos, es en sí, el Manantial de la Ternura de Dios, en un mundo que desprecia al Señor Jesús y a sus Discípulos, por la misma razón: La Palabra descubre las vanidades y deformaciones de la Verdad.

Satanás nos encumbra con sus mentiras, que un día nos encierran en la más penosa soledad. En esta situación resuena este grito del salmista: ¡En tus labios se derrama la Gracia!

Y nos preguntamos: ¿Que tiene la Gracia para ser la solución a nuestras limitaciones existenciales? ¿Será capaz de dar la vuelta a tantos vacíos que nos acechan?

 Respondemos "Partiendo la Palabra"; abrimos el oído a lo que nos dice el rey David, por medio del Salmo 63: “Oh Dios, tú eres mi Dios, yo te busco...tú Gracia vale más que la vida" (Sl 63,1-4).

 En el próximo texto, partiremos estas Palabras, que Dios inspiró a su amigo, el Rey David.

 

P. Antonio Pavía 

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