martes, 28 de septiembre de 2021

Los brazos del volcán

 

                                                        

 Lenguas de fuego hoy abrazan la “Isla bonita”, una de aquellas siete islas que un día se elevaron sobre el océano y hoy, llena de vida, vuelve a sacar el fuego de su esencia.  

Dios dispuso leyes al universo; no depende, pues de Dios, morir bajo cenizas ardientes sino de aquél que subestima la grandeza del poder de las montañas, volcanes, mares y tormentas...

La evolución natural de la tierra... Y no es que Dios no estuviera atento, no es que la Virgen no lo supiera, no es que los Santos no lo vieran, no, todos lo sabíamos desde el comienzo de nuestra existencia.

Y ahí están, coronando como titanes nuestros paisajes; a veces gritan, otras escupen y otras duermen, solo duermen...  

Son la evidencia manifestada en el momento preciso. No es una catástrofe de la naturaleza sino una tragedia para quienes albergan, como luces incrustadas, en su “amplio traje de baile”.   

La Palma se parece en su forma a un corazón que late por dentro, pero también lo hace por fuera pidiendo a Dios que detenga las fuerzas que la crearon.   

Pero Dios no impone el futuro, de eso se encarga el universo y el hombre, uno sigue su curso y el otro debe protegerse. Dios escucha y consuela de mil maneras.  

Después de toda lágrima, si preguntas a un palmero si ama a su isla te dirá que con toda su alma por muchos brazos ardientes que la sentencien sin piedad.  

¡Coraje, ánimo y amor del mundo para todo este pueblo!         

Emma Diez Lobo

 

  

  

lunes, 27 de septiembre de 2021

NUESTRO DIOS VIVO

 

 "Mi alma tiene sed del Dios vivo"... exclama casi gimiendo el salmista (Sal 42, 1...). Al expresarse así, no es que este teniendo un arrebato místico ni nada parecido, está abriendo su alma hacia el Dios vivo...y porque sabe que es el Dios vivo, sabe también que tiene ojos para ver sus penalidades, oídos para captarlas y acogerlas, boca para hacerle llegar Palabras de Vida..., también manos para acariciar tantas heridas que laceran lastimosamente su corazón y hasta su alma.

Es el Dios Vivo cuyo amor hacia el hombre que se anuda a Él por su Palabra y los Sacramentos, le eleva majestuosamente hacia lo más profundo de sus entrañas, sí, las de Dios, entrañas de infinito amor y misericordia como leemos con tanta frecuencia en las Escrituras.

  ¡¡Que Dios nos libre de apegarnos y poner nuestra vida en manos de dioses muertos que cuando los necesitemos no podrán hacer nada por nosotros por... por eso mismo, porque están muertos!!

 P. Antonio Pavía

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domingo, 26 de septiembre de 2021

¡Detente volcán!!!

 

                                                             

¿Es que no escuchas el llanto de mis hermanos? Ya veo que no, que sigues tu curso enfurecido arrasando con todo lo que encuentras ¡Pero deja viva la casa de mi Padre, la necesitamos para Él!   

- Dios también me hizo... Núcleo ardiente que ha de respirar... Sí, me estremecí del dolor de mis entrañas... ¿Sabes?, Él un día me sacó del agua para que me llamaran “Isla bonita”, hoy solo me atengo a las normas de mi naturaleza creada. Pero mira cuánto orgullo haber nacido en mi tierra.

He visto crecer generaciones y aunque he enterrado sus recuerdos, nadie los va a perder porque los guardo en cajas de roca infranqueable para que nadie se los lleve de aquí.

Sé que hay tristeza pero lo más triste es no haber pensado en mi grandeza, soy volcán viviente y Dios me dio la vida.

- Lo sé y comenzamos a pintarte de verde con hojas grandes y frutos amarillos, de morado y nos dabas un jugo perfecto, te hicimos isla amada... ¡Pero amigo, procura calmarte!!!

- Lo haré aunque aún me duele dentro de mí... Os pido que os unáis todo lo que el ser humano es capaz, que os ayudéis, pues no os imagináis cuánto amor ha de nacer de tanto dolor, mi dolor.

Dios, Tú que un día nos diste la Isla, no dejes que las lágrimas lleguen al mar... Aunque sé que este “grandullón” tiene sed de agua y nueva tierra.

- “Secaré cada lágrima de aquél que me lleve en su corazón”.

- Gracias Señor, lo diré. 

Emma Díez Lobo

 

sábado, 25 de septiembre de 2021

Domingo XXVI del Tiempo Ordinario

 

En el Nombre de Jesús

 Expulsar demonios, hacer milagros... etc. son prismas luminosos que surgen del inconmensurable haz de luz que es en sí la predicación del Evangelio.

 Hay sin embargo un signo por el que Jesús reconoce como suyos a quienes predican el Evangelio y es que lo anuncien en su Nombre marcando así la diferencia frente a los que se sirven de la predicación para el lustre de su propio nombre, en aras de su gloria. Esto es propio de los fariseos tantas veces desenmascarados por Jesús como por ejemplo cuando les dice: "Muchos me dirán aquel Día: Señor, profetizamos, hicimos milagros en tu nombre...”. Yo les diré: ¡Apartaos de mi agentes de iniquidad! (Mt 7,22-23).

 Los fariseos de todos los tiempos son tan necios que ni siquiera se percatan de que anteponen su propio  nombre y  gloria al Nombre y  Gloria del Hijo de Dios. En cuanto a aquellos que  desprecian la gloria de los hombres al predicar el Evangelio, al morir, oirán un resonar de voces en el Cielo, aclamándoles así: ¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor! (Mt 21,8-9).

 P. Antonio Pavía

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jueves, 23 de septiembre de 2021

El Sabio y el Necio (Sal 92)

 

Un israelita dice amorosamente a Dios: "Con tus hechos Señor me regocijas... qué profundos son tus designios". Este hombre por medio de la Palabra conoce la intimidad con Dios, proclama que se sabe amado por Él, no solo por lo que hace a su favor sino también por sus designios, que marcan su vida.

Una lectura superficial de esta proclamación nos podría hacer pensar que a este hombre todo le ha ido muy bien, de ahí su gratitud hacia Dios. Sin embargo no es fácil acoger los designios de Dios. Con frecuencia el júbilo da paso a desánimos, noches oscuras, incomprensiones por mantenernos en el Discipulado... etc. que tambalean los designios de Dios que un día acogimos con gozo, claro que su experiencia de amores únicos con Dios, amores que no se los ha inventado, es más, están escritos en su alma, mantienen su fidelidad a Dios, por eso es Sabio.

En este Salmo también aparece el Necio que ante las mismas pruebas que sufre el sabio se hunde, no le entran en la cabeza como dice el salmista: "El necio no entiende... no comprende estas cosas. "No entiende por qué siempre ha ido a remolque respecto a Dios”, nunca le ha buscado.

P. Antonio Pavía -

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miércoles, 22 de septiembre de 2021

Empezar por el final

 

                                                       

El hombre tiene miedo... ¡Seremos juzgados, hagamos el bien para no ser condenados!!!

¿Quién nos ha dicho eso? ¡Dios no!, rotundamente no, el temor a Dios mal entendido nos vende estrofas de Evangelio a cumplir versus amenaza del infierno.     

Yo compraba esos boletos y me “estrujaba la mente en pedir perdón”... El miedo, el miedo... Pero un día Dios me dijo:

-¡Para ya! ¡Entiende! Hablé del infierno a los fariseos y aliados del mal, pero a ti jamás te amenacé con esa condena, solo te pedí que creyeras en quien puse mi Iglesia, que ellos te perdonaban en mi Nombre: “Alter Christus, Ipse Christus”, y mi Muerte te salvaba; pero tú empezaste por el final de mi Testimonio, haciendo el bien por temor al infierno sin que Yo pudiera hacer en ti.

Si hubieras creído en tu salvación, te habría regalado tantos bienes para con el mundo como días tiene tu vida. Habrías actuado de corazón y no por miedo sino por AMOR.   

¡Madre mía! Cuanto tiempo perdido, cuánta fe desperdiciada en temores. Ahora comprendo el valor del Perdón y la Eucaristía. Se cobija en mi alma, me alienta y me conduce...        

- Así es y no apunto el ranking de tus buenas obras, pues no son ellas las que te salvan sino mi Amor. Recuerda mis últimas Palabras y todo, todo será diferente.     

Y me di cuenta de que había empezado el Evangelio por el final...

    Emma Díez Lobo

 

  

martes, 21 de septiembre de 2021

La diosa razón

 

 En la revolución francesa (1789) sus promotores movidos por su escepticismo respecto a Dios decidieron prescindir de Él sustituyéndolo por la diosa razón a la que atribuyeron el poder para  discernir acerca del bien y del mal, cosa que la prepotente Europa acogió con entusiasmo. Al principio la diosa encumbrada se sintió halagada pero pronto empezó a preocuparse al ver que el bien y el mal tan nítidamente definidos estaban siendo oscurecidos por la subjetividad dando paso a una sociedad anestesiada y así hasta hoy que hemos sido visitados por la pandemia.

Ante ella los  gobiernos se dejaron de subjetivismos y promulgaron leyes rigidísimas para atajar la pandemia incluida la de recluir a la población en sus casas. El problema es que habían anestesiado tanto a la gente que está echando mano del subjetivismo que se les había inculcado, desafiando toda ley siguieron haciendo sus encuentros festivos, celebraciones callejeras, botellones... etc.

 Vista la situación la diosa razón se retiró avergonzada a sus aposentos de los que salió al poco tiempo para saludar a la multitud que la aclamaba. Todos se quedaron de piedra al ver que llevaba una banda al pecho que decía: "diosa de la insensatez”.

P. Antonio Pavía 

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lunes, 20 de septiembre de 2021

Afganos sin Dios

 

Miles de afganos sin Dios resurgen en un País que vio la luz de la paz y el respeto. Triste devenir cuando se construye un “dios” para la guerra porque el Dios de toda la humanidad es solo Amor y nadie en su Nombre puede matar, destruir, herir...

Pero respiran armas, comen balas y ofrecen a sus ejércitos paraísos inexistentes... Nada que ver con un Dios que condena la maldad ¡Pobres soldados!, solo les espera un eterno y amargo final.     

Por error o venganza, es la oscuridad que emana del inframundo la que les conduce a una muerte segura, pues no hay quien entre en el cielo con un corazón que odia, asesina y esclaviza. Me pregunto qué les lleva a crear tanto dolor... Cuando no hay un Dios de Amor hay un demonio destructor.  

No sé por quien rezar si por los que huyen del terror o por los que lo propagan... Ambos necesitan de Dios, pero son tantos que no tengo años ni oraciones para cada uno.

No solo ellos, en mi “mundo” también se escapan de las Escrituras, que sabiendo que existen, no reparan en sus infinitas líneas de salvación. “Si tienes sed bebes agua... No parece que se tenga mucha sed de amor”...     

Que Dios cuide de tantos inocentes, de los hombres de buena voluntad y que las oraciones de los buenos lleguen al cielo en súplica de conversión.    

¡Afganos, creed en un Dios de amor y entonces, solo entonces, conoceréis el paraíso!  

 Emma Diez Lobo

 

 

sábado, 18 de septiembre de 2021

Domingo XXV del Tiempo Ordinario

 

¡Convertíos al Evangelio!

 Una vez más Jesús dice a los suyos que será condenado a muerte pero que resucitará; una vez más sus discípulos no quieren saber nada de esto arguyendo que no le entienden. El hecho, sonrojante, es que no le entienden porque mientras Jesús les habla ellos están en lo suyo  enzarzados en discusiones sobre quién de ellos era el mayor.

 Este Evangelio es una catequesis fortísima para todos nosotros: es imposible entender a Jesús si nuestros intereses prevalecen sobre su Evangelio, intereses que nos ponen de perfil ante sus Palabras de Vida.

 Los profetas no cesan de denunciar al pueblo de Israel porque aun yendo al Templo o sinagoga desprecian la Palabra que allí se proclama echándosela a las espaldas. Escuchemos a Jeremías: "Escuchad mi voz y yo seré vuestro Dios y vosotros mi pueblo... más ellos no escucharon ni prestaron oído... se pusieron de espaldas…" (Jr 7,23-24).

 Escuchemos también la denuncia dirigida por Esteban, el primer mártir de la Iglesia, al Sanedrín: "Incircuncisos de corazón y oídos, vosotros siempre resistís al Espíritu Santo" (Hech 7, 51).

 Señor Jesús… Conviértenos a tu Santo Evangelio. 

 P. Antonio Pavia

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martes, 14 de septiembre de 2021

Mi amigo, mi otro yo

 

 Leemos la súplica que dirige a Dios este  israelita: "Dame la Sabiduría asentada junto a tu trono y no me excluyas del número de tus siervos" (Sb 9,4). Este buen hombre se conforma con que Dios le acepte como siervo suyo, sin embargo esto para Dios es muy poco y lo sabemos por lo que Jesús dice los suyos: "No os llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; os llamo amigos porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer" (Jn 15,15).

 ¿Qué es lo que Jesús ha oído del Padre y nos lo da a conocer? ¡¡¡EL EVANGELIO!!! Jesús dirá a sus discípulos que las palabras -EL EVANGELIO- que oyen de Él, se las enseña su Padre (Jn 8, 28). Es pues está Sabiduría Divina la que nos hace amigos de Jesús.

 Enriquecemos esta mini catequesis con una apreciación fortísima. En la Escritura la palabra amigo tiene un alcance desconocido para nuestra cultura.  En la Escritura el amigo es " mi otro yo". Un discípulo de Jesús ilumina al mundo con su Luz porque es, como decían por ejemplo de San Francisco, "Jesús en el mundo".

 Recordad ¡¡no somos siervos, menos aún esclavos!! Recordad: estamos llamados a ser amigos de Jesús, "su otro yo" en el mundo.

 P. Antonio Pavia

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domingo, 12 de septiembre de 2021

Dame tu mano Señor

 

Señor Jesús, a la luz de tu Santo Evangelio recibí la bellísima intuición de que amándote a ti más que a mí mismo, mi vida alcanzaría su plenitud.  Mi corazón salto de alegría por está intuición pero al mismo tiempo me entristecí ante mi impotencia para amarte con todo mi corazón.

 Viniste en mi ayuda haciéndome viajar en el tiempo hasta que mis ojos se posaron en tus primeros discípulos: Pedro, Santiago, Juan, etc. con sus debilidades. Entonces un soplo de libertad, el soplo de tu Espíritu, me liberó de mis miedos y tristezas. Me hiciste ver qué Tú, mi Buen Pastor recorrerías conmigo el camino del Discipulado, y que estarías entrañablemente cercano a mí al atravesar valles de tinieblas (Sl 23,4). Aun así te dije: ¿Me darás tu mano para poder seguirte? Me tranquilizaste con estas palabras: "Mis ovejas escuchan mi voz... nadie las arrebatara de mi mano" (Jn 10,27-28).

  Estremecido por tanta solicitud conmigo te dije: ¡Aquí estoy Señor Jesús, dame tu mano! 

 P. Antonio Pavia

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viernes, 10 de septiembre de 2021

Domingo XXIV del Tiempo Ordinario

 

La Palabra en la boca y en el corazón

 Jesús pregunta a los apóstoles: ¿Quién decís que soy yo? Pedro iluminado por el Espíritu Santo responde: ¡Tú eres el Cristo! Añadimos la puntualización de Mateo: ¡…El Hijo de Dios vivo! (Mt 16, 16).

  La confesión de fe de Pedro es perfecta, sin embargo y para nuestra sorpresa al anunciar Jesús su pasión, muerte y resurrección, el apóstol, que acaba de confesar su fe el Él, intenta disuadirle provocando está respuesta de Jesús: ¡Apártate de mí vista Satanás, tus pensamientos no son los de Dios sino los de los hombres!

 Nos encontramos con una catequesis sobre la fe que agrada a Dios fortísima y siempre válida. De poco o nada sirve tener el Nombre de Jesús en la boca si no habita en el corazón por medio de su Palabra ( Jn 14,23) Es una catequesis que nos alcanza a todos… pero no nos desanimemos. Los Apóstoles que eran como eran terminaron guardando el Evangelio de Jesús en su corazón y nosotros si le buscamos con corazón sincero también.

 P. Antonio Pavia

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miércoles, 8 de septiembre de 2021

CAER... LEVANTARSE

 


Has recorrido conmigo el camino tantas veces…….


Nunca te cansas, tu paciencia es mi consuelo.


Y aunque a veces pienso si mirarás a otro lado la próxima vez, cuando caiga, me vuelves a mirar y me dices: “sigo aquí”.


Ahora tropiezo, pero no es igual porque siento tu mirada profunda, como Pedro cuando te negó, y la rabia y el dolor dan paso a la esperanza.


En cada caída me encuentro cara a cara con mi vida y descubro un corazón que necesita de ti, que espera en ti y que sabe que sin ti, no es nada.


Caer…. levantarse por la fuerza de tu mirada.


Estrechar el camino y descubrir que no hay otra forma de entrar en tu luz.


Vivir para conseguir un alma luminosa construida con pequeños retazos de luz que tu enciendes en mi cuando caigo………. cuando me miras.

 

Olga Alonso

 

 

martes, 7 de septiembre de 2021

La dulce fatiga de todo recomienzo

 


No es Asturias una región vaciada, cuando del resto de España y allende nuestras fronteras, hemos visto este verano que era la opción más deseada por parte de mucha gente que ha descubierto en nuestra tierra la belleza de una naturaleza agreste y arcaica en sus bosques y montañas, en sus acantilados y playas, pintando de verde esperanza el horizonte de un jardín tan grande como sus rincones varios. Pero también es el encanto de sus pueblos, villas y ciudades, donde la gente amable y acogedora de nuestra tierra, hace que se encuentren verdaderamente como en casa, venga de donde venga el proveniente viajero que se allega a estos lares. Y una historia que rezuma páginas gloriosas en sus mil laberintos de luz y sombra, de sudor y sangre, de sueños y algazaras por los que brindar en lo tanto que tiene de positivo, o por lo que aprender cuando se han dado los malos momentos y las malas artes. Una historia sucedida que no hay que inventar, ni volver a escribir con tinta de ideología; una historia agridulce y claroscura, como siempre es la que los humanos logramos narrar con todos nuestros lances.

En esta tierra nuestra tan rica en colores, en valores y esfuerzo cotidiano para intentar hacerla mejor cada día, hay también una línea de trama religiosa. Las raíces asturianas, son raíces cristianas que a través de los siglos ha ido entonando su mejor himno con las notas de la caridad hecha gesto, la fe profesada y la esperanza como motor de lo mejor cada mañana. Tropiezos y fallos, también los hemos tenido… por el hecho empedernido de no ser ni querer ser ángeles. Pero la sabiduría ancestral de nuestro pueblo, se acompasa con la belleza natural que nos circunda y la bondad de nuestras gentes, teniendo esa denominación de origen de la mejor tradición cristiana. Ahora se retiran los visitantes, y vuelven nuestras calles y plazas a los viandantes de casa. Nuestras altas cumbres serranas son de nuevo frecuentadas por los andares montañeros astures, y nuestras costas cantábricas son surcadas por barcas y redes de nuestras marineras brazadas.

Todo se retoma, todo vuelve a su normalidad más habitual, con un curso que ahora comienza tras la festividad de la Santina de Covadonga en la que izamos gozosos el día de esta querida Asturias que nunca fue del todo conquistada. Pero no es el cansino zambullirse en lo cotidiano sabido y manido, arrastrando aburridos el desgaste del sudor en nuestras frentes, sabiéndonos a poco las escasas holganzas. Porque afrontar así el recomienzo, es empezar perdiendo la batalla ante el escepticismo y la desesperanza.

Todo nos esperaba donde lo dejamos. La pandemia nos sigue provocando llamando a la prudencia y a la responsabilidad en este pulso que ha puesto en jaque tantas cosas. Los índices de paro laboral, especialmente entre la población más joven, o la tasa de natalidad a la baja envejeciendo día tras día nuestra región, la más encanecida y longeva de España, hace de llamada seria a preguntarnos qué podemos hacer cuando hacemos poco o nada. Y el panorama que dibujan algunas leyes inoportunas sin demanda ni debate social y demasiado oportunistas para la demagogia gubernamental, siguen sembrando crispación y una impuesta transformación de la vida en sus tradiciones, costumbres y convicciones inveteradas. Pero no despeja este recomienzo del curso que ahora iniciamos, la situación internacional con la inestabilidad de paz social entre los pueblos, cuando vemos con pasmo lo que algunos fundamentalistas de turbante, hacen con las mujeres, las niñas, y lo que hacen con los cristianos.

Asturias tiene estas idas y venidas, al dar los primeros pasos en la nueva andadura que juntos comenzamos. No en vano este punto de partida, goza de la mirada de nuestra Santina de Covadonga que pone en nuestras manos y corazones, la urgencia de un compromiso y la certeza de nuestra esperanza. Que ella nos bendiga y nos guarde.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm

Arzobispo de Oviedo

 

lunes, 6 de septiembre de 2021

LA VOZ DE DIOS

 

Partimos  la Palabra que el Señor nos ofrece en este Salmo: "Levantan los ríos su voz, levantan los ríos su fragor...” (Sl 93, 3) En la Escritura, las aguas turbulentas simbolizan las fuerzas del mal, satánicas.

 El salmista inspirado por Dios nos ofrece una catequesis bellísima: que pasemos de la voz de estas aguas que nos incita a devolver mal por mal, injuria por injuria, desprecio por desprecio, etc.

 Satanás nos dice que es actuando así como recuperamos la dignidad arrebatada y esta es la solución de los que la Escritura llama necios.

  Cuando entramos en el Evangelio y por medio de él en el Discipulado nos damos cuenta que… como continua el Salmo citado: "Más que la voz de las aguas caudalosas, más poderoso en el cielo es el Señor.

 Si el Señor Jesús que en lo más profundo de nuestro corazón doliente nos dice, no  busquéis venganza, os ofrezco algo mucho mejor: "Venid a mí los que estáis abatidos y agobiados...y encontrareis descanso para vuestras almas " (Mt 11,28-29)

 P. Antonio Pavia

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sábado, 4 de septiembre de 2021

Domingo XXII del Tiempo Ordinario

 


Al aire de Jesús

 Llevan donde Jesús a un sordomudo que en vez de sanarle sin más como suele hacer con otros enfermos realiza una especie de ritual para que pueda oír y hablar.

 Por cuestión de brevedad expongo solo el ritual que desarrolla con este hombre. Mete sus dedos en la oquedad de sus oídos, eleva sus ojos al cielo, es decir, a su Padre y emite un grito: ¡Effeta! es decir: ¡Ábrete!

 Con este ritual Jesús señala el punto de partida del Discipulado. No se puede llegar a ser discípulo de Jesús si no nos dejamos abrir el oído por Él a fin de acoger sus palabras como Él acogió las palabras de su Padre (Jn 12,49-50).

 Oigamos esta profecía de Isaías sobre Jesús: "El Señor me ha dado lengua de Discípulo... mañana tras mañana me abre el oído." (Is 50,4 ). El alma que decide escuchar la Palabra empieza por inclinar - obedecer- su oído hacia ella (Sl 45,11). Los que así actúan ya no van a su aire sino al aire de Jesús

P. Antonio Pavia

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