El hombre tiene
miedo... ¡Seremos juzgados, hagamos el bien para no ser condenados!!!
¿Quién nos ha dicho
eso? ¡Dios no!, rotundamente no, el
temor a Dios mal entendido nos vende
estrofas de Evangelio a cumplir versus amenaza del infierno.
Yo compraba esos boletos
y me “estrujaba la mente en pedir perdón”... El miedo, el miedo... Pero un día
Dios me dijo:
-¡Para ya!
¡Entiende! Hablé del infierno a los fariseos y aliados del mal, pero a ti jamás
te amenacé con esa condena, solo te pedí que creyeras en quien puse mi Iglesia,
que ellos te perdonaban en mi Nombre: “Alter Christus, Ipse Christus”, y mi
Muerte te salvaba; pero tú empezaste por el final de mi Testimonio, haciendo el
bien por temor al infierno sin que Yo pudiera hacer en ti.
Si hubieras creído en
tu salvación, te habría regalado tantos bienes para con el mundo como días
tiene tu vida. Habrías actuado de corazón y no por miedo sino por AMOR.
¡Madre mía! Cuanto
tiempo perdido, cuánta fe desperdiciada en temores. Ahora comprendo el valor del
Perdón y la Eucaristía. Se cobija en mi alma, me alienta y me conduce...
- Así es y no apunto
el ranking de tus buenas obras, pues no son ellas las que te salvan sino mi
Amor. Recuerda mis últimas Palabras y todo, todo será diferente.
Y me di cuenta de que
había empezado el Evangelio por el final...
Emma
Díez Lobo
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