La Palabra en la boca y
en el corazón
Jesús pregunta a los
apóstoles: ¿Quién decís que soy yo? Pedro iluminado por el Espíritu Santo
responde: ¡Tú eres el Cristo! Añadimos la puntualización de Mateo: ¡…El Hijo de
Dios vivo! (Mt 16, 16).
La confesión de fe de Pedro es perfecta, sin
embargo y para nuestra sorpresa al anunciar Jesús su pasión, muerte y
resurrección, el apóstol, que acaba de confesar su fe el Él, intenta disuadirle
provocando está respuesta de Jesús: ¡Apártate de mí vista Satanás, tus
pensamientos no son los de Dios sino los de los hombres!
Nos encontramos con una
catequesis sobre la fe que agrada a Dios fortísima y siempre válida. De poco o
nada sirve tener el Nombre de Jesús en la boca si no habita en el corazón por
medio de su Palabra ( Jn 14,23) Es una catequesis que nos alcanza a todos… pero
no nos desanimemos. Los Apóstoles que eran como eran terminaron guardando el
Evangelio de Jesús en su corazón y nosotros si le buscamos con corazón sincero
también.
P. Antonio Pavia
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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