viernes, 10 de septiembre de 2021

Domingo XXIV del Tiempo Ordinario

 

La Palabra en la boca y en el corazón

 Jesús pregunta a los apóstoles: ¿Quién decís que soy yo? Pedro iluminado por el Espíritu Santo responde: ¡Tú eres el Cristo! Añadimos la puntualización de Mateo: ¡…El Hijo de Dios vivo! (Mt 16, 16).

  La confesión de fe de Pedro es perfecta, sin embargo y para nuestra sorpresa al anunciar Jesús su pasión, muerte y resurrección, el apóstol, que acaba de confesar su fe el Él, intenta disuadirle provocando está respuesta de Jesús: ¡Apártate de mí vista Satanás, tus pensamientos no son los de Dios sino los de los hombres!

 Nos encontramos con una catequesis sobre la fe que agrada a Dios fortísima y siempre válida. De poco o nada sirve tener el Nombre de Jesús en la boca si no habita en el corazón por medio de su Palabra ( Jn 14,23) Es una catequesis que nos alcanza a todos… pero no nos desanimemos. Los Apóstoles que eran como eran terminaron guardando el Evangelio de Jesús en su corazón y nosotros si le buscamos con corazón sincero también.

 P. Antonio Pavia

https://comunidadmariama.blogspot.com/

 

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