EL PAPA MANDA PROMULGAR EL “DECRETO DE
MARTIRIO” DE LOS MÁRTIRES DE ALMERÍA. CARTA A LOS DIOCESANOS
Queridos diocesanos:
La noticia que quiero transmitir a todos es motivo de inmensa alegría para
cuantos formamos parte de esta Iglesia particular de Almería y, en verdad, para
toda la Iglesia de España que hoy ha conocido el mandato de Su Santidad el Papa
Francisco encomendándole, en el transcurso de la audiencia que le ha concedido
esta mañana, a Su Eminencia el Señor Cardenal Angelo Amato SDB,
Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, la promulgación del
Decreto de Martirio de los Siervos de Dios José Álvarez-Benavides y de
la Torre, Deán del Capítulo de la S. A. I. Catedral de Almería, y de 114
Compañeros mártires, muertos por odio a la fe de 1936 a 1938.
De este modo, la Causa de los Mártires de Almería se suma al reconocimiento
del martirio del beato Diego Ventaja Milán y de los beatos Hermanos
de la Escuelas Cristianas. Todos fueron sacrificados por amor a Cristo, por
no renunciar de su fe prefiriendo morir a negar al Señor que los amó y los unió
a su cruz para la redención del mundo.
Esperamos con inmenso agradecimiento a Dios nuestro Señor la promulgación
del Decreto que culmina el proceso que da paso a la beatificación de los
Mártires. La Sala de Prensa del Vaticano daba a conocer esta noticia poco
después del mediodía, justamente cuando en la Catedral de la Encarnación,
iglesia madre de la diócesis almeriense, tomaba posesión en nuevo Deán de la
Catedral, el Ilmo. Sr. D. Francisco Salazar Zamora, que sustituye en el cargo
al Ilmo. Sr. D. Juan Torrecillas Cano, quien ha presidido el Capítulo
catedralicio los últimos seis años, en dos mandatos estatutarios, y sobrino de
uno de los sacerdotes mártires.
El Deán José Benavides está acompañado por 94 clérigos (sacerdotes
diocesanos y algunos franciscanos y operarios diocesanos) y 20 seglares, de los
cuales dos son mujeres. De todos daremos cuenta apenas se produzca
la promulgación del Decreto de Martirio y ya desde ahora empezamos a preparar
la gozosa celebración de su beatificación. Hoy, en estas letras de urgencia y
alegría invito a todos los diocesanos a bendecir a Dios que dio fortaleza a los
mártires para testimoniar su fe en Cristo, la mayoría entregando la vida en
plena juventud o en los años de plenitud humana y sacerdotal, como apóstoles y
amigos fuertes del Señor, que nunca le negaron.
La sangre de los mártires reconcilia y redime, nunca divide ni ofende,
porque es sangre de paz reconciliadora. Su muerte no fue buscada ni pretendida,
sino padecida por amor a Dios y los hombres.
Adolfo
González Montes
Obispo de Almería
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Se ha publicitado el decreto papal que reconoce el
martirio y permite beatificar a José Álvarez-Benavides y de la Torre
y de otros 114 compañeros asesinados por «odio a la fe» entre 1936 y 1938,
una causa promovida por la diócesis de Almería, donde fueron asesinados,
aunque mucho de ellos eran clérigos traídos prisioneros desde otras zonas de
Andalucía.
Un importante historiador y archivista
Da nombre a este grupo de mártires un sacerdote teólogo, latinista,
archivista e historiador, José Álvarez-Benavides, que era decano del capítulo
de la catedral de Almería. El 13 de septiembre de 1936 fue asesinado
en el pozo de Cantavieja, en el paraje llamado de la Contraviesa, en el
término municipal de Tahal.
De gran cultura histórica, empezó una "Historia de Almería"
y un Episcopologio que no pudo acabar. Confeccionó un “Índice
alfabético por materias de los fondos del Archivo” (1908) bastante
completo que ha ayudado a muchos historiadores posteriores que acuden a este
archivo. Donó gran parte de su biblioteca personal y archivo a la
Catedral y al Seminario. En el archivo catedralicio se conservan
tres legajos, bajo el título de "Papeles de Benavides", con
apuntes, sermones, noticias históricas, fotografías..., que aún no se han
clasificado convenientemente.
De izquierda a derecha, José Gómez Matarín, Ángel Noguera Gallegos y
Eduardo Romero Cortés, tres párrocos asesinados a sangre fría la noche del 30
al 31 de agosto en el Pozo de la Lagarta... con otras 15 víctimas
Matando párrocos junto a un pozo Entre sus 114 compañeros, podemos señalar tres párrocos que murieron juntos con otros compañeros, a modo ilustrativo.
José Gómez Matarín era párroco de Íllar, de gran piedad mariana y
eucarística, y no dejó ninguna posesión material. Se refugió unas
semanas en un cortijo en la Sierra de Montenegro, junto con el
párroco Ángel Noguera, pero fue detenido en agosto de 1936 y llevado al
barco-prisión Astoy Mendi. Sus restos descansan en el Valle de los
Caídos.
Ángel Noguera Gallegos nació en una familia pobre, con un padre
enfermo, y le fue difícil perseverar en el seminario de Granada. Párroco
de Alboloduy, dedicaba mucho tiempo aconfesar, atendía a los pobres y
era muy devoto de la Virgen. Le quemaron la iglesia el 24 de julio de
1936. Los milicianos le dieron 24 horas para abandonar el pueblo, y se
escondió con José Gómez Matarín en un cortijo la Sierra de Montenegro, pero
finalmente acabaron arrestados. Pasó por la cárcel de los milicianos en el
Convento de las Adoratrices y por el barco prisión Astoy Mendi. Su hermana
reconoció su cadáver en el Pozo de la Lagarta.
Eduardo Romero Cortés era párroco de Bentarique desde 1911, volcado en la
catequesis y los pobres. Apresado el 12 de agosto de 1936, pasó por las
mismas cárceles que Noguera y fue asesinado (como los dos anteriores y otros
15) en la noche del 30 al 31 de agosto en el Pozo de la Lagarta tras
torturas y vejaciones. Los colocaban al borde del pozo, les disparaban y
caían hasta el fondo. Luego les arrojaban piedras y cal viva para
evitar que alguno sobreviviera.
Con estos 115 mártires y otros cuya beatificación ha decretado el Papa
Francisco pero que aún no se han beatificado (como los benedictinos de
Montserrat de Madrid) serán ya 1.699 mártires de la persecución religiosa
española en los altares como santos o beatos, como señala el
historiador especializado en mártires del siglo XX Jorge López
Teulón.
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