El autor de este salmo inspirado por el Espíritu Santo nos dice que los verdaderos Buscadores de Dios llegan a disfrutar de su Palabra, guardada en su corazón. Compara a estos, que así buscan a Dios, con árboles que plantados junto a corrientes de agua dan fruto a su tiempo. ¿Qué fruto?:
Buscaron a Dios y lo encontraron. Al decir el salmista que son como árboles plantados junto a un río está anunciando que ya viven junto a Dios a quien Jeremías llama: "Manantial de aguas vivas " (Jr 2,13) El mismo Jeremías con la audacia propia de los amigos de Dios nos hace saber que estos árboles plantados junto al Manantial de
Aguas Vivas alargan hacia ellas sus raíces (Jr 17,8) Es una imagen
bellísima de aquellos que llegado el tiempo de pruebas y tinieblas en vez de
bajar los brazos los alargan hacia el Dios vivo que han buscado y buscan con
corazón sincero. ¡¡Es un alargar sus brazos hasta recostarse en su pecho como… ¡¡Discípulos
Amados!! (Jn 13,25)
P. Antonio Pavía
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