sábado, 26 de noviembre de 2022

Domingo I Adviento (Mt 24,37-44)

 


Ven Jesús a mi corazón

 

Entramos en el Adviento, tiempo de preparación a la Venida del Señor Jesús que culmina con la celebración de la Navidad.

 Si tuviera que definir el Adviento en pocas palabras diría que es el canto y la preparación del alma enamorada al Hijo de Dios por su Encarnación. Canto del alma enamorada que ya en el Antiguo Testamento quedó reflejado en el Cantar de los Cantares; el canto espiritual por antonomasia del alma a Dios. Fijémonos en los primeros versículos de este libro al que podemos llamar con toda justicia la cuna de la mística. Lo es porque no hay mística sin Palabra de Dios, como tampoco hay Palabra de Dios sin mística.

  Leemos el principio del Cantar de los Cantares. Dice la esposa, que representa al alma: " Que me bese con los besos de su boca. Mejores son que el vino (toda fiesta) tus amores...tu nombre es ungüento perfumado, derramado sobre mí, por eso te aman las doncellas (las almas que, porque te buscaron, te encontraron) (CT 1,1-3) He ahí el espíritu del Adviento.

 El Evangelio de hoy nos invita a estar en vela, atentos al paso de Jesús por nuestra vida. Nos ayuda en esta gozosa espera la parábola de las 10 vírgenes. (Mt 25,1...) Jesús dice que 5 eran sabías y las otras 5 necias. Las 10 tenían sus lámparas, pero las necias no se preocuparon por tener en ellas aceite - la Palabra en el corazón como María - Quizás eran lámparas adornadas con dorados bellísimos, pero inservibles para iluminar, como las obras de los fariseos (Mt 23,1...) Por eso Jesús las llamó vírgenes (almas) necias.

 

 P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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