sábado, 12 de noviembre de 2022

Partiendo la Palabra Dom. XXXIII T. Ord. (Lc 21,5-19)

 

Nos sumergimos en uno de los manantiales de este Evangelio: El de la perseverancia de los discípulos de Jesús; perseverancia que conlleva la fidelidad a Él en un mundo que nos odia como bien sabemos (Juan 17,14). Perseverancia -Fidelidad que no es una carga sino la piedra preciosa, angular del discipulado.  Es la perseverancia que salva nuestras almas (Lc 21, 19).

  Recordemos a este respecto este diálogo entre Jesús y sus discípulos (Mt 16,13-16...) Les pregunta: ¿Quién dice la gente que soy yo? Le respondieron unos: Elías o Jeremías, o bien otro profeta. Jesús les dijo entonces: Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo? Pedro respondió: Tú eres el Hijo del Dios vivo.

Damos un giro de 180 grados a este pasaje y oímos a un discípulo de Jesús preguntándole: ¿Quién dice la gente que soy yo? Él respondería que eres un exagerado, que dedicas mucho tiempo a orar, a anunciar el Evangelio, a ayudar a los demás..., etc. El discípulo le preguntaría entonces:  y Tú, ¿Quién dices que soy yo?

Ahí Jesús con una ternura infinita le susurraría al oído:  Tú eres un discípulo amado mío, y mi Padre dice de ti:  Tú eres mi hijo amado, en ti me complazco (Mt 3, 17)

  

P. Antonio Pavía

Comunidadmariamadreapostoles.com

 

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