Al aire
de Jesús
Llevan
donde Jesús a un sordomudo que en vez de sanarle sin más como suele hacer con
otros enfermos realiza una especie de ritual para que pueda oír y hablar.
Por
cuestión de brevedad expongo solo el ritual que desarrolla con este hombre.
Mete sus dedos en la oquedad de sus oídos, eleva sus ojos al cielo, es decir, a
su Padre y emite un grito: ¡Effeta! es decir: ¡Ábrete!
Con este
ritual Jesús señala el punto de partida del Discipulado. No se puede llegar a
ser discípulo de Jesús si no nos dejamos abrir el oído por Él a fin de acoger
sus palabras como Él acogió las palabras de su Padre (Jn 12,49-50).
Oigamos
esta profecía de Isaías sobre Jesús: "El Señor me ha dado lengua de
Discípulo... mañana tras mañana me abre el oído." (Is 50,4 ). El alma que
decide escuchar la Palabra empieza por inclinar - obedecer- su oído hacia ella
(Sl 45,11). Los que así actúan ya no van a su aire sino al aire de Jesús
P.
Antonio Pavia
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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