domingo, 26 de septiembre de 2021

¡Detente volcán!!!

 

                                                             

¿Es que no escuchas el llanto de mis hermanos? Ya veo que no, que sigues tu curso enfurecido arrasando con todo lo que encuentras ¡Pero deja viva la casa de mi Padre, la necesitamos para Él!   

- Dios también me hizo... Núcleo ardiente que ha de respirar... Sí, me estremecí del dolor de mis entrañas... ¿Sabes?, Él un día me sacó del agua para que me llamaran “Isla bonita”, hoy solo me atengo a las normas de mi naturaleza creada. Pero mira cuánto orgullo haber nacido en mi tierra.

He visto crecer generaciones y aunque he enterrado sus recuerdos, nadie los va a perder porque los guardo en cajas de roca infranqueable para que nadie se los lleve de aquí.

Sé que hay tristeza pero lo más triste es no haber pensado en mi grandeza, soy volcán viviente y Dios me dio la vida.

- Lo sé y comenzamos a pintarte de verde con hojas grandes y frutos amarillos, de morado y nos dabas un jugo perfecto, te hicimos isla amada... ¡Pero amigo, procura calmarte!!!

- Lo haré aunque aún me duele dentro de mí... Os pido que os unáis todo lo que el ser humano es capaz, que os ayudéis, pues no os imagináis cuánto amor ha de nacer de tanto dolor, mi dolor.

Dios, Tú que un día nos diste la Isla, no dejes que las lágrimas lleguen al mar... Aunque sé que este “grandullón” tiene sed de agua y nueva tierra.

- “Secaré cada lágrima de aquél que me lleve en su corazón”.

- Gracias Señor, lo diré. 

Emma Díez Lobo

 

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