Recordamos lo que profetizó el
Salmista acerca de Jesús: "En tus labios se derrama la Gracia". Es la
Gracia, que como ya vimos, es en sí, el Manantial de la Ternura de Dios, en un
mundo que desprecia al Señor Jesús y a sus Discípulos, por la misma razón: La
Palabra descubre las vanidades y deformaciones de la Verdad.
Satanás nos encumbra con sus mentiras, que un día nos encierran en la más
penosa soledad. En esta situación resuena este grito del salmista: ¡En tus
labios se derrama la Gracia!
Y nos preguntamos: ¿Que tiene la Gracia para ser la solución a nuestras
limitaciones existenciales? ¿Será capaz de dar la vuelta a tantos vacíos que
nos acechan?
Respondemos "Partiendo la
Palabra"; abrimos el oído a lo que nos dice el rey David, por medio del
Salmo 63: “Oh Dios, tú eres mi Dios, yo te busco...tú Gracia vale más que la
vida" (Sl 63,1-4).
En el próximo texto, partiremos
estas Palabras, que Dios inspiró a su amigo, el Rey David.
P. Antonio Pavía
Comunidadmariamadreapostoles.com
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