sábado, 15 de noviembre de 2025

PARTIENDO LA PALABRA Dm XXXIII T. Ord. (Lc 21, 5-19)

 

Señor tú eres mi Roca firme

 A lo largo de nuestra vida, todos levantamos, un castillo, o un Templo en nuestro interior. Los que edifican un castillo, apenas cuentan con arena para construirlo. Ufanos con la grandeza alcanzada, parecida a la estatua con la que soñó Nabucodonosor, resulta que, tras su fachada, esconde esa fragilidad, debida a los golpes de la vida, y termina desmoronándose.

Figura de ello es la profecía de Jesús, que leemos hoy, acerca del Templo de Jerusalén; lugar solo de rezos que no mueven a cambio del corazón.

Sin embargo, los que "Fijos los ojos en Jesús..." (Hb 12,1-2) levantan Palabra tras Palabra su templo interior, aun siendo golpeados en su vida, como todos e incluso más, por ser Discípulos suyos, (Jn 17,14...) no cae en tierra, porque se apoyan en Él, su Roca firme, Roca de su corazón, como dice el Salmista (Sl 73,26b).

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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