Iniciamos una serie sobre, Buscadores de Dios, que siempre los ha habido, hay y habrá. Son personas que, a un cierto momento de su vida, y no necesariamente porque les vaya mal, deciden prestar atención a esas "intuiciones del alma" así las llamó Henry Bergson, que se hacen notar en forma de preguntas como: Mi vida ¿empieza y termina en este mundo? Mis afanes, angustias, alegrías y penas, mis metas alcanzadas o aun por coronar... ¿Tienen un final irrevocable? Entonces es cuando el empieza el hombre a sondear su "posible Trascendencia "...es como un rasgar el pesado telón que le instala en el absurdo del ser, solo para morir eternamente.
Cuando una persona elevándose sobre sus inercias se atreve a preguntarse
estas cosas, ya está llamando persistentemente a Dios, quien le eleva hacia Él.
El autor del Libro de la Sabiduría nos ofrece algunos rasgos que definen a
estos Buscadores de Dios: "La Sabiduría es radiante, Fácilmente la
contemplan los que la aman, la encuentran los que la buscan. Se anticipa a
darse a conocer a los que la anhelan…Ella misma va por todas partes buscando a
los que son dignos de ella...
(Sb 6, 12-16).
En los próximos textos
sondearemos algunas personas del Nuevo Testamento que buscaron a
Dios y le encontraron. Su experiencia nos ayudará a todos.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario