viernes, 4 de diciembre de 2015

Oración



Madre, sin ti, no hay Gracia de Dios. Tú eres quien siempre lleva cargadas las manos de nuestras peticiones y angustias… Además, fuiste terrenal, como yo, como tu Hijo, Hijo del  Amor Universal. Portadora de un Todo y Madre de lo Absoluto. 

Eres quien mejor nos comprende y tu Hijo quien pone las normas… Sin ellas, no sería posible el cielo, y Tú, tu ayudas a lograrlo con tu mediación.
  
Pero a veces cuando rezamos, “te saltamos” como creyendo que es más seguro y eficaz ir directos a Dios… ¡Qué equivocados, Madre mía! Tanto tiempo para entender que en nuestras oraciones tu presencia es vital, no sólo es rezar Ave Marías…

También he pensado en los Santos, hermanos de la tierra, quienes median de una manera extraordinaria. ¡Oh Dios mío! Es Ella, son Ellos, nuestros aliados ante Ti. Perdóname María, perdonadme todos por no pediros nada.  

Genial, tenemos todo un ejército en nombre de Dios para nosotros. ¡Esto es magnífico, cuántos a nuestro favor!

María, guárdame bajo tu manto, no dejes que me hunda con mis cruces y que sean para mí, “parte” de una imitación de tu vida. Dame esa alegría de parecerme en algo a ti, aunque sea en “las orejas”, porque supiste aceptar con lágrimas pero en silencio, cruces tremendas desde la Anunciación de Jesús, mi Hermano mayor, quien siendo el Primer Profesor del alma, nos abrió el cielo a Ti, al mundo y a mí. 
   
Amén


 Emma Díez Lobo

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