Vemos a Pedro después de que Jesús curase y cicatrizase las heridas de sus
negaciones. Para su sorpresa Jesús en forma de estrechísimo abrazo le pregunto
por tres veces: ¿Me amas? Y ante su asentimiento, Jesús le asombró por completo
al confiarle sus ovejas para que se las pastorease (Jn 21,15...) Pedro acaba de
ser vencido por el Amor, ojalá que nosotros también. A continuación, Jesús le
dijo: " Cuando eras joven tú mismo te ceñías y guiabas tus pasos”. O sea que,
hasta entonces, Pedro creía que amaba a Jesús, pero no era consciente de que el
voluntarismo, sin la Gracia de la Palabra en el corazón, tiene muy poco
recorrido.
Sólo después de sus negaciones lo
supo. Continúa Jesús: "Cuando seas anciano - madurez de su fe- otro te
ceñirá - Yo que soy tú Camino, tú Verdad y tú Vida- y te llevará por donde no
quieras. Le está dando su Fuerza para aceptar los sufrimientos de su misión,
incluido el martirio que su sensibilidad rechaza espontáneamente, como le pasó
al mismo Jesús, en el Huerto de los Olivos (Mc 14,32-42 ).
Veamos ahora a Pedro a punto de ser
Crucificado. Fue la Fuerza de Jesús en él, la que le llevó hasta el martirio y
con la misma Fuerza extendió sus brazos a sus verdugos. Clavado en la Cruz
dijo a Jesús: Aquí estoy mi Señor, con tu Fuerza, dando mi vida por ti y por tu
Evangelio, sabiendo que Tú me la recuperarás gloriosa. (Mc 8,35) .
P. Antonio Pavía
comunidadmmariammadreapostoles.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario