viernes, 30 de abril de 2021

Jóvenes genuinos (I)

 

Entre otras muchas cosas, nuestros jóvenes son tan directos como concretos. Auténticos y legítimos, nada de marca blanca. En pocas y sencillas palabras, con tan solo 140 caracteres, consiguen concentrar la misión de una vida entera. Algunos ni eso, les basta hacerlo únicamente con una imagen. Tienen ese «don de síntesis». A diferencia de nosotros, los adultos, que somos el fruto de muchos años llenos de palabras y de poca escucha, y perdidos infinitamente en rocambolescas expresiones, he encontrado jóvenes que con veintisiete caracteres más cinco espacios ¡son capaces de condensar toda la realidad de nuestra Diócesis, sin excepción! Interesante sería poder traer aquí, a esta hoja dominical, ese glosario de tuits o tweet de mensajería digital con los que nuestros jóvenes nos ayudaran a la reflexión, intercambio de impresiones, etc.

Vuestro obispo os quiere proponer un mensaje: «Sigue siendo joven. Allí donde estés». Seis palabras con las que quiero representar muy concretamente nuestra acción diocesana y evangelizadora en lo cotidiano de nuestros jóvenes. Treinta caracteres y cinco espacios también para decirnos que estamos llamados a vivirlos de una manera extraordinaria. Es lo que os pide Jesús a cada uno de vosotros: «que viváis lo propio y característico, lo genuino, de la juventud en lo habitual de la vida de cada día». Hacerlo así sería extraordinariamente provocador en nuestra Diócesis pues, por un lado, nadie estaría excluido de esta vocación original y común que todos tenemos en Barbastro –Monzón, pero por otro, se sumaría a esta familia diocesana vuestra indiscutible y acreditada diferencia juvenil, según vuestra realidad personal. En esta tierra del Alto Aragón somos una bella sinfonía, como ya sabéis que me gusta decir, formada por muchos rostros y por muchas historias. Por tanto, allí donde haya un joven nuestras pastorales juveniles es posible.

A nivel universal, la Iglesia ha dedicado varios años y muchos esfuerzos a tomarse en serio a los jóvenes. De igual forma la Iglesia en España, y más concretamente nuestra Diócesis. Todo ese proceso del Sínodo de los Jóvenes (2016-2018) ha llegado hasta nuestro hogar diocesano en forma de carta, de puño y letra del papa Francisco. Se titula Chistus Vivit y expone, además de las aportaciones de los propios jóvenes, el desarrollo y trabajos conclusivos del Sínodo, también lo que debemos impulsar en Barbastro –Monzón para los próximos años. Os lo enuncio en pocos caracteres, aunque después necesitaré algunas palabras más para explicaros su significado: Protagonismo juvenil, Cultura juvenil, Tu ser para los demás, Un regalo de Dios, Con y para vosotros, Reconocer, interpretar, elegir, e Ingenuos, geniales y genuinos. En las próximas semanas voy a desarrollar estos lemas que hoy traigo aquí y que os animo a compartir entre vosotros.

Con mi afecto y bendición,

+ Ángel Pérez Pueyo

Obispo de Barbastro-Monzón

jueves, 29 de abril de 2021

Escojo estar junto a Ti

 

Hoy sondeamos el corazón del autor del Salmo 73. Empieza diciendo: ¡Qué bueno es El Señor para los limpios de corazón! Limpios de corazón son los que no lo tienen salpicado con la sangre  de aquellos de quienes murmuraron, calumniaron, de aquellos a quienes ofendieron y no les han pedido perdón... etc.

 El salmista proclama que Dios vuelca enternecido su amor con los que así limpian su corazón. Sin embargo siguiendo el Salmo percibimos una desazón en el salmista al constatar que esto de tener limpio el corazón no importa a casi nadie… que incluso los que presumen de ser hijos de Abraham y por lo tanto elegidos de Dios, más allá de cumplir con unos cultos y rezos, no cuidan su saneamiento interior al igual que los no creyentes.

 Dios ilumina a este fiel israelita y haciéndole ver que a Él no se le escapa nada y por lo tanto que no piense que su empeño de limpiar, día tras día su corazón, le pasa inadvertido. Es tal el consuelo de este hombre que traspuesto por tanto amor que Dios despliega sobre todo su ser, que abriéndonos su alma escribe, corona el Salmo con estas palabras: "Para mí, mi bien es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio y contar todas tus acciones en las puertas de Jerusalén"


P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 28 de abril de 2021

Adolescentes geniales (II)

 

Para ayudar a moldear esa genialidad adolescente, subrayo la importancia que tiene en esta etapa la formación. Somos, 24 horas al día, acompañantes formadores, alegres. Porque la alegría es el amor al bien, al propio y al otro, y la notan cuando nos escuchan. Así, construida esa alegría es cuando construimos puentes que conducen a la confianza, a la sinceridad. Nuestro itinerario diocesano de crecimiento en la fe ubica en estas edades la propuesta del sacramento de la Confirmación. No se trata de colarles consejos, contenidos. Sino de acompañarles para que descubran a Cristo con nuestra experiencia, nuestro testimonio y capacidades, con nuestra preparación continuada, con nuestra dedicación secreta, con nuestra «genial presencia». ¡Cuántos adolescentes buscan el fondo del alma de su acompañante para… también imitarlo!

A lo largo de estos años como Obispo, me he dado cuenta de cómo la fe de nuestros adolescentes también debe ser fe en los sacramentos y en los medios que hacen fuerte la vida cristiana. Nuevas experiencias, como las Noches Claras, permiten que su fe se vaya aproximando a la fe de la comunidad, de la Iglesia. Hay un nuevo reverdecer en la propuesta de la vida cristiana con un lenguaje adaptado a su edad y circunstancias. La celebración de la Misa. La adoración eucarística. La oración. La celebración del perdón. Las experiencias de compromiso y caridad. Los días de retiro y convivencia. La celebración de la Pascua. Las propuestas de actividades y evangelización en el tiempo de verano. El intercambio con otros muchachos de otras diócesis. La participación en convocatorias a nivel nacional (y mundial). Todos los medios y todas las experiencias, ordinarias y ocasionales, serán a su edad una «genial oportunidad» para que descubran a Dios y puedan perseverar en este camino.

Finalmente, hay una realidad muy patente: hemos dejado solos a muchos de estos adolescentes en su búsqueda de Dios, quizá porque ni medio llenaban nuestras comunidades o satisfacían nuestras expectativas. Se suma, igualmente, el número de familias rotas, afectividades agujereadas, fracaso escolar a espuertas, potentísimos medios de comunicación y tecnologías, sociedades deshumanizadas, egoísmos por doquier, estructuras de negocio, aires de superioridad, y también, en ocasiones, nuestras actitudes farisaicas y comportamientos imperdonables. Así pasa, que nos escandalizamos por tanto descreimiento a estas edades y saltamos a la yugular si es que estos mocosos pretenden arrinconarnos a Dios. Mi respuesta es: ponerse a trabajar, cambiarnos el traje por el mono de trabajo. Nuestra delegación de pastoral con adolescentes y jóvenes es un ejemplo de esta ilusión, de gente que vive lo que dice, de que seamos normales porque somos normales, de querer amar, ayudar, servir y mostrar a Dios para que cuando alguien con 12 a 16 años, más o menos, lo descubra, al conocerlo solo le generen ganas de estar más y más con Él. ¡Es posible!

Con mi afecto y bendición,

+ Ángel Pérez Pueyo

Obispo de Barbastro-Monzón

 

 

martes, 27 de abril de 2021

Con audacia y alegría, perder el miedo al miedo

 

Son muchas las zozobras que a menudo nos atenazan en estos tiempos revueltos. Son turbulentas las aguas que bajan dejando pasmados los puentes de nuestras certezas. Y con todos sus colores, el miedo aparece en la escena condicionando tantas cosas, confinándolas por dentro y por fuera, mientras esta vida que no tiene botón de pausa, sigue impertérrita el curso de sus días devorando nuestras agendas.

Lo aprendí en mis años mozos, quizás viendo a diario la actitud de mis padres que eran fuertes ante los vendavales diversos con los que siempre nos zarandea la vida. Y ya entonces supe que no había que tener miedo al miedo. Pues aunque te puedan acorralar los temores, nunca tienen la llave de tu dicha, ni de tu paz, ni de tu esperanza viva. También lo he visto en el testimonio de algunos cristianos, de algunos Papas que han acompañado mi vida.

Lo recuerdo en aquella mañana otoñal romana, al término de su primera Misa como sucesor de Pedro, su primera Misa de Papa. Una niña pequeña, rubiales toda ella, se agarró a su mano y con Juan Pablo II fue saludando a fieles y curiosos, dignatarios y gentes principales, cardenales y obispos, jóvenes y ancianos. Era una imagen de frescura inaudita: un Papa tan joven, de la mano de una pequeña, paseando la esperanza que no defrauda y la alegría que no tiene fecha de caducidad alguna, como una dulce brisa.

Antes dijo en sus palabras de la homilía lo que conmocionó a todo el orbe cristiano, lo cual supuso una primera entrega de un largo pontificado tan lleno de audacia, de vigor, de bondad, de belleza y sabiduría. Su voz eslava ponía gravedad, que no dureza, a aquellas palabras que indicaban que el “huracán Wojtyla” soplaba de veras unos verdaderos buenos aires sin sordina: No tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo.

Son palabras que me marcaron en mis años de mocedad seminarista, cuando escuché ese mensaje que parecía una evangélica consigna. Tanto es así que siempre me ha acompañado: cuando terminé mis primeros estudios de teología, cuando luego ingresé en la Orden Franciscana, cuando me ordené sacerdote, y cuando aquel hombre –ya un anciano veinticinco años después– me llamó para ser obispo. Yo estaba también en la mano de aquel Papa, como aquella pequeña niña.

No tener miedo, abriendo las puertas a Cristo. Sí, es más que un deseo piadoso, es todo un programa que educa la mirada, caldea el corazón, y que pone en pie tus mejores ganas para enviarte misioneramente a contar la historia de Dios repartiendo su gracia y su palabra. Siempre que voy a Roma, me acerco ante su tumba en la Basílica vaticana para rezar a este mi querido Papa, y vuelvo a escuchar lo que entonces tronó en la Plaza de San Pedro en aquella mañana otoñal. Esta vez lo dice paseando por esa otra inmensa plaza que es el cielo, de la mano de la Virgen María a la que tan tiernamente amó, con la compañía de todos los santos, tantos de ellos canonizados por él.

No tener miedo, porque Cristo ha entrado por mis puertas abiertas, porque no hay nada ni nadie que pueda robarme esta gracia de Dios., que nadie nos robe la alegría y la esperanza, como suele repetir el Papa Francisco. Las cosas podrán seguir siendo las mismas en las intemperies por las que deambula mi vida, y sentiré las contradicciones como un latigazo que pone a prueba mi confianza, las incomprensiones, las insidias, pero nada de esto puede documentar el miedo que destruye, porque aunque podamos experimentar el dolor, éste no tendrá jamás la última palabra. Perder el miedo al miedo, es poner en nuestro rostro una madura sonrisa que nace de una esperanza cierta, porque en el alma que confía se canta sin engaño la verdadera alegría.

Jesús Sanz Montes, ofm

Arzobispo de Oviedo

 

lunes, 26 de abril de 2021

JESÚS, EL BUEN PASTOR

 

 Me impresiona lo que dijo Jesús a esta mujer que día tras día salía de casa cargada con un cántaro para sacar agua de un pozo: ¡Si conocieras el don de Dios...!

 El agua, en la Escritura simboliza la vida, esta mujer que a todos nos representa busca el agua-la vida fuera de ella misma porque no la tiene dentro de sí. Jesús Buen Pastor viendo sus afanes -la carga del cántaro- por recoger agua lejos, escasa y de poca calidad proclama una promesa universal: Tiene un agua viva que se convertirá para quien le busque y crea en Él, en una fuente dentro de sus entrañas… (Jn 10, 14).

 He ahí el don del que habla a esta mujer… ¡Si lo conocieras..! ¿Cómo llegamos a conocerlo? Buscándolo… Todo el Evangelio es el Manantial de Aguas Vivas que es Dios (Jr 2,13). Es un Agua Viva que nos vivifica y llena de las Alegrías de Dios… también cuando la vida se nos retuerce.

 Os paso un testimonio que recibí ayer vía WhatsApp de una amiga transida de sufrimientos a causa de un cáncer super agresivo: "Me doy cuenta del milagro que El Señor ha hecho conmigo: había una oveja  herida, maltrecha y moribunda en el pasillo del hospital. Él, como buen Samaritano me recogió y ha sido tan grande su amor..."

 Sí, eso es lo que hace con nosotros Jesús nuestro Buen Pastor.

 P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

 

domingo, 25 de abril de 2021

Gracia inmensa

            

Tanto que agradecer, aunque no lo creáis, que no podríamos enumerar las gracias de Dios. Ahora que van pasando los años, me doy cuenta, observo y apunto. No caben en la agenda... Y no por excelentes vidas, al menos no la mía, sino porque todavía tenemos ganas de reír a pesar...

Que la salud no funciona ¡La cabeza sí!; que hay brutal escasez y no puedes comer carne ni pescado ¡Siempre habrá lentejas!; que te has quedado sin pareja ¡Encontrarás a personas que te escuchen!; que tienes que trabajar después de jubilado ¡Podrás pagar la comunidad!; que no te puedes ir de “vacas” ¡Ducha fresquita, ropa de algodón y bajo la sombra de un árbol disfrutar del verde con libro o sin él!; que tienes que vender tus recuerdos más queridos ¡Menos carga para los que quedan!       

Las “mercedes” (palabra troglodita) son muchas pues solo el hecho de que todo lo relatado -es mi situación como la de muchos- no nos atrape ni estanque, es una gracia inmensa.      

Además tenemos cantidad de “cosas” para deleitarnos, desde recoger flores silvestres a comerte museos... La familia nos ama, los amigos nos aprecian, las oraciones nos alientan y el aire sigue existiendo. Yo me siento compensada -la “mascarilla Covid” no afecta-.     

Solo pido a Dios que devuelva la Paz a los que la hayan perdido por tanto sufrimiento y en sus manos pongo a mi familia aunque ellos no lo sepan.   

Por tanto y por todo, solo me queda que agradecer ¡GRACIAS!    

  Emma Diez Lobo                                                          

sábado, 24 de abril de 2021

Domingo IV de Pascua.

 

 Me amó y se entregó por mí.

 Hoy celebramos la Fiesta de Jesús Buen Pastor. Nos fijamos en el comienzo de este Evangelio: "El buen pastor da su vida por las ovejas". Cuidado con los sentimentalismos; podemos pensar que sus ovejas somos tan “súper buenas” y cumplidoras que casi nos parece normal que haya dado su vida por nosotros.

 Recurrimos a San Pablo que nos hace ver que el Hijo de Dios entregó su vida por nosotros siendo pecadores… es decir estando de espaldas a Él, porque más allá de rezos y sacrificios mantenemos nuestras posiciones de vanagloria.

 Oigamos al Apóstol: "...por un hombre bueno, tal vez alguien podría morir, más la prueba de que Dios nos ama es que nosotros siendo aún pecadores, murió por nosotros..." (Rm 5,7-8). Cuando una persona lleva a su corazón esta realidad de que El Hijo de Dios se entregó a la muerte porque le importaba más la vida de su oveja que la suya propia , y que para rescatarla de entregó a muerte ignominiosa, muerte de Cruz… esta persona se deja ya de tonterías, de tira y afloja con el Santo Evangelio y mirando a los ojos a Jesús le dice amorosamente: ¡Me has rescatado con tu propia Vida… esa es la Vida que yo quiero tener... sé que es inmortal! ¡Aquí estoy, quiero ser tu Discípulo! 

P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 23 de abril de 2021


 

Jesús comió pescado

 


                                                         

 Pues sí y no sé si tenía hambre, lo que sé es que quiso demostrar que había Resucitado y que nosotros lo haremos también en cuerpo y alma. En la Cruz dijo a Dimas: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Nada de transparencias ni cuerpos invisibles como algunos creen, será nuevo, diferente.

Ni arrugas, ni granos, ni estropicios... Seremos espejos de almas impecables y los seres queridos nos reconocerán por nuestros rasgos, porque por “hablar” como sucedió con Cristo, como que no.   

No penséis que el hecho de que comiera pescado -símbolo del Cristiano- significa que en el cielo haya supermercados... Pues tampoco, allí no hay ninguna necesidad terrestre, todo deseo será a pedir de pensamiento para felicidad del alma y ayuda a los que aún esperan en la tierra.     

La vida de Jesús es un constante ejemplo con hechos milagrosos a entender; no solo fue comer pescado cuando volvió, sino anteriormente a su Muerte, en una ocasión hizo que los demonios se metieran en cuerpos de cerdos y estos se suicidaran en masa, y ¿Por qué en cerdos “sin culpa”? Para mí fue un aviso: “Piara” de personas sin corazón que acabarán en los abismos”, y... Le echaron del pueblo ¡Como siempre!     

Pienso, que lo sucedido aquél día en Emaús fue importantísimo para la humanidad y sus miedos a desaparecer por siempre. ¡Madre mía! Qué ilusión vivir en medio de un amor inimaginable, el que conocemos aquí no es más que una ligera sombra del verdadero.

A mí, éste pasaje me da una paz extraordinaria. Gracias por comer pescado...

  Emma Díez Lobo

 

jueves, 22 de abril de 2021

EL MANÁ ESCONDIDO

 

Recuerdo lo que un amigo sacerdote me dijo una vez y me ayudó mucho en mi oración. Me compartió que si al rezar un Salmo de Laudes o cualquier texto bíblico tenía una distracción iniciaba de nuevo el rezo, la lectura. Quizás al percatarse de  mi extrañeza, añadió: Antonio no creas que lo hago por escrúpulos, menos aún por perfeccionismo. Actuó así porque, como leemos en el libro del Apocalipsis, Dios da a sus amigos el Maná escondido (Ap 3,17).

 La confidencia de éste sacerdote me abrió los ojos y entendí cómo es la oración que agrada a Dios… la del que busca, por ejemplo, en cada Salmo el Maná de Dios… el Espíritu y Vida escondido en sus palabras. Entendí que éste sacerdote cuando se distraía volvía a iniciar tal o cual Salmo porque su alma había dejado pasar de largo el Maná de Dios que le daría fuerza ese día para serle fiel.

 En fin… ni escrúpulos ni perfeccionismo sino Sabiduría porque su distracción le había privado del Pan de Vida que Dios tenía preparado para él en sus palabras.

 Pidamos al Espíritu Santo que nos enseñe a leer-rezar de esta forma para que nuestra oración nos haga crecer en el Discipulado.

 P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

 

miércoles, 21 de abril de 2021

En el momento justo sucede

 

Es una agenda distinta. El horario y el calendario no se ajustan a nuestros altibajos, a nuestras querencias, a nuestras censuras y desprecios, pues tiene otro recorrido. Y, sin embargo, hay quien sigue trabajando con discreción tenaz para que pueda entenderse qué hacemos en la vida, quién nos ha creado y cuál es el trozo de responsabilidad que han puesto en nuestras manos para hacer un mundo mejorable sin las rémoras que tantas veces lamentamos. No hay neutralidad en los momentos, y toda ocasión es un pretexto para deslizarnos un mensaje en el que vale la pena aprender algunas cosas.

Esta es la labor que continuamente sigue haciendo Dios con cada uno de sus hijos. De muchas maneras nos propone caminos, se hace presente en nuestras circunstancias, y nos susurra de modos diversos su palabra que no cansa, que trae la luz que no se apaga, que inspira esa paz que calma el alma y permite que nuestro corazón se abra más y más a la esperanza. Muchas maneras y modos diversos. Pero Dios no ceja en el empeño de permitirnos estrenar aquello para lo que cada uno de nosotros nacemos.

Incluso lo que aparentemente es negativo y parece contradecir la bondad de la vida, puede tornarse en ocasión para un saludable comienzo. El gran escritor británico Clive Staples Lewis, autor de las célebres “Crónicas de Narnia” y “Cartas del diablo a su sobrino”, entre otras publicaciones exitosas, decía que  “el dolor insiste en ser atendido. Dios nos susurra en nuestros placeres, nos habla en nuestra conciencia, pero grita en nuestro dolor; el dolor es su megáfono para despertar a un mundo sordo”. Este Dios así de discreto sabe cómo susurrar, cómo hablar y cómo gritar, para que nos enteremos de lo que Él nos brinda como camino de felicidad y humana realización en cada instante. Es justamente lo contrario a lo que observamos en quienes han decidido ir por un derrotero de violencia con todos terrores, de droga con sus alucinaciones variopintas, de sexo sin rostro que te enajena y animaliza, de poder basado en la insaciable acumulación de tantas cosas construidas y mantenidas desde la mentira.

Cada vez más sordos ante la palabra que nos permitiría ser quienes debemos ser, cada vez más alejados del ideal que nos concierta con nuestra conciencia y nuestra libertad, reconciliándonos también con los que tenemos cerca como ayuda para nuestro destino. Pero llega un momento sin cita previa, un instante sorpresivo que de pronto se hace regalo y gracia que te cambia la vida y parece que comienzas entonces a vivirla. Es un don grande porque te es dado, no es fruto de tu cálculo ni de tus conquistas.

Llevamos varios años en los que cada vez más adultos piden el bautismo, de esos jóvenes y maduros que en su día no fueron bautizados por mil motivos. Y, al mismo tiempo, cada vez acuden más bautizados que fueron hechos cristianos en serie y no en serio, hasta que el don inesperado hace que deseen vivir todos los factores de la vida desde un estilo cristiano. Lo hemos llamado “catecumenado de adultos”, en donde damos la oportunidad de acompañar esos procesos que no son ya catequesis para niños, y tras un tiempo de adecuada preparación, hombres y mujeres jóvenes o maduros, deciden dar inicio a una vida cristiana asumida con una conciencia responsable poniendo el gozoso contrapunto a algunas apostasías que a veces nos llegan.

Así este año se nos acercarán unas ochenta personas para dar este paso. Será una celebración hermosa en la Catedral de Oviedo con estos bautismos y confirmaciones de adultos. Un motivo para dar gracias al Buen Dios, porque en su agenda estaba anotada esa fecha en la que estos hermanos nuestros darían el paso de una fe madura como un verdadero regalo, auténtico don para ellos y para toda la Iglesia. Bendito sea Dios.

 

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm

Arzobispo de Oviedo

martes, 20 de abril de 2021

Jesús vencedor del mal

 

El problema del mal ha sido siempre motivo de escándalo. A veces parece que se ceba en nosotros insaciablemente con tanta saña que llegamos a preguntarnos… ¿Dónde está Dios? ¿Por qué, como clama el salmista, pasamos de un abismo a otro caso casi sin respiro? (Sl 42,8). Sí, el mal tiene su fuerza demoledora; basta pensar cómo, con qué astucia demoníaca se apoderó de la mente y el corazón del pueblo santo y elegido de Israel para que humillasen, despreciasen y crucificasen a Jesús, al Mesías por quien tanto clamaban y suspiraban.

A todo esto la Gran Pregunta: ¿Por qué permitió Dios Padre que el Mal campase a sus anchas en el pueblo que Él mismo había elegido?..

 ¿Por qué…? ¡Para vencerlo definitivamente en el Calvario! Así fue; cuando el Hijo de Dios fue -se dejó- levantado en la Cruz, Satanás, príncipe del Mal entonó su canto de victoria… poco le duró… enmudeció por completo ante el Canto de Victoria del Crucificado… ¡¡Padre perdónales..!! y...¡¡Padre en tus manos encomiendo mi Espíritu...!!

Es también nuestro canto de victoria... ¡Padre mío, perdona a mis enemigos y protege mi espíritu!, a ti te lo encomiendo... jamás será botín del mal, de Satanás.

 P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

 

lunes, 19 de abril de 2021

“Houston, tenemos un problema”

 


Un problemón diría yo... Es la “frase” que sonará en todo el universo cuando salgamos de aquí en cohete rumbo a la pista del cielo.

Al principio genial pero ¡amigo!, en cuanto te miren a la cara, te desvían de pista sí o sí, y como no tengamos soporte terrestre, nos vamos a ver en esa “pista alternativa” tropecientos millones de años donde se te queman hasta las cejas. Ya lo dijo Jesús: “Un día es como mil años”.

Yo, es que lo pienso y me pongo nerviosa aunque me digan que no lo piense... Es como una pescadilla que se come la cola: Dios me dice y yo no “puedo” (hacer las cosas estupendamente); Yo “no puedo” y Dios me  vuelve a decir,  y así hasta que me muera que me pillará en el cohete rumbo... ¡Zaca!, desvío de pista...    

Y... “Houston, tenemos un problema”, será el grito suplicante que enviaré a la tierra y que ahora yo escucho a los que gritan sin voz.         

En nosotros hoy y en los que quedarán mañana, está la ayuda; son las Indulgencias Plenarias para salir de ese lugar, pues las oraciones de tierra “achican” el tiempo o te van “cambiando de pista”, pero no te devuelven de inmediato a la ruta de la libertad.         

Ojalá, nadie se olvide de esa frase de auxilio para que las almas despeguen de nuevo con “el plan de vuelo” inicial, hacia Dios.

Me estoy acordando del “mayday, mayday” que alguna vez escuché y que también nos valdría...   

  Emma Díez Lobo



domingo, 18 de abril de 2021

En Misa

 

Escucho el Evangelio y me entero, escucho algunas homilías y me despistan; se empiezan a elevar y a elevar con los Salmos, referencias evangélicas y palabras de amor celestiales que creo “vivir” en un lugar inexistente, porque “aquí abajo” la cosa es bien distinta. No somos capaces de “ver ni hacer” esas maravillas.  

Desde la sabiduría, me gustaría se adentraran en los pellejos humanos y vestidos con nuestras ropas, nos hablaran como lo hacía Jesús que removía conciencias y retumbaba en las mentes.        

Pero lo que más siento es La Eucaristía, momento de tanta responsabilidad que me espanto hasta de mi indignidad. Nos hemos acostumbrado a ver Hostias Consagradas en el Cáliz... Pero ¿Sabemos que es el ventrículo izquierdo de Cristo de color blanco con textura de oblea y que no sabe a sangre? ¡Madre mía! Si fuéramos conscientes no pararíamos de llorar de agradecimiento. No hay palabras para explicarlo.    

Este es el mayor milagro, invisible a los ojos -un ciego tampoco lo vería- pero visible a la Fe y la mente... A mí, personalmente, la Comunión me “inquieta”, sobrecoge.     

Tampoco estaría de más que nos hablaran del purgatorio, de sus moradas, de saber cómo “achicar” el tiempo de tristeza hasta llegar a Dios. Seríamos más consecuentes, más cuidadosos y aprovecharíamos toda clase de Indulgencias. Muchos no  tienen idea de lo que significan... “Aquél día” dirán ¡Si nos hubieran hablado ya estaríamos con Dios!

Jesús fue firme, contundente y terminante: La puerta del cielo es estrecha y lenta para entrar... Qué Dios perdone nuestra tibieza.                    

Emma Díez Lobo

sábado, 17 de abril de 2021

Domingo III de Pascua

 


Ábrenos a Ti, Señor

 Hoy vemos a los dos de Emaús volviendo a paso ligero a Jerusalén.

 Jesús, el Buen Pastor se ha encontrado con ellos y necesitan compartir con los demás discípulos está Buena Noticia. Esto nos da pie para hablar de algo que es de capital importancia  o más aún la razón de ser de toda comunidad cristiana apuntando ya su esencia: la comunidad cristiana es creada por la Palabra.

 Fundamentamos este reconfortante  postulado. La mayoría de los biblistas, ya desde la antigüedad, inciden en que Jesús no celebró la Eucaristía con los discípulos de Emaús sino que les partió la Palabra prendiendo en sus corazones el Fuego de Dios que surge de Ella. Es así como tenemos acceso a la comprensión del Misterio de Dios inaccesible a la mente desnuda, sin más. Cuando sentados a la mesa les partió el pan… les estaba dando el Pan de Vida que Jesús antepuso al pan material al decir a Satanás: "No solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios (Mt 4,4).

 Recordemos el testimonio de los dos de Emaús: ¿No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos interpretaba las Escrituras? (Lc 24,32). A continuación dice Lucas que fueron al encuentro de los demás discípulos para compartir con ellos la Buena Noticia, el Fuego que Jesús Resucitado encendió en sus corazones conforme les iba partiendo sus palabras. La Palabra hecha Fuego en el corazón y así, como Fuego, compartida es lo que crea la comunión en una Comunidad llevándola a su mayoría de edad, es decir al Discipulado adulto.

 Consciente de que la Palabra es la creadora de la comunión en la comunidad cristiana, Pablo hace esta exhortación a los discípulos de Colosas: "Que la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza, enseñaos mutuamente, amonestaos..." (Col 3, 16)


P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

 

viernes, 16 de abril de 2021

Junto a Ti Señor

 


Nos hacemos eco del testimonio y también deseo de este Salmista: “Bienaventurado el que tú eliges y acercas… le saciaras de tus bienes” (Sl 65,5). Este hombre sabe bien que Dios tiene en su mano todos los bienes que colman la insaciabilidad de su alma, la suya y la de todos. Sabemos que las promesas de los Salmos se cumplen en Jesús y también en sus discípulos.

 Veamos cómo describe Marcos la llamada de Jesús a sus discípulos: "Llamó a los que quiso y vinieron donde él. Instituyó Doce para que estuvieran con él." (Mc 3,13...). Jesús hace realidad la bellísima intuición del salmista; nos llama para vivir ya, ahora, junto a Él. Nuestro problema es confiar en nuestro Buen Pastor, a veces, demasiadas veces, creemos que sabemos más que Él, sobre todo cuando nos conduce hacia el Calvario. Sin embargo es allí donde participamos de su victoria sobre el mundo (Jn 16,33).

El Evangelio nos introduce paso a paso hacia el Misterio de la Cruz… cuando a pesar de los titubeos e incluso caídas, damos esos pasos entonces Él nos hace ya participes de los bienes eternos...los que sin conocerlos, intuyó el Salmista. 

 P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

 

jueves, 15 de abril de 2021

Dios, me vacuno

 


 Me encuentro en la cola de “la inseguridad” pero de la seguridad... Espero vengas conmigo porque el Ángel de la Guarda viene pero para sostenerme si hago “zas, capút”...

Es que Tú sabes el lío que tienen estos inexpertos y nos confunden, no sé si es para fastidiar o que les da completamente igual... Pero gracias por darme la oportunidad de poder abrazar a alguien y darle un beso, algún día.   

Y una amiga va y me dice ¡Uy qué error!, yo no me vacuno, Dios me cuida...

-  ¿No será que Dios te ha buscado para vacunarte? le contesté

- ¡Sí hombre, Dios se va a ocupar de mí!

En qué quedamos, se ocupa o no se ocupa...  De verdad que ésta mujer no sabe quién es el Dios que vino a la tierra; mejor, quedarse con un Dios que le cuida y no le cuida...    

- Yo hablo con Él varias veces al día... Me dice

- Ah ¿Sí?, pues parece que hablas con el viento porque no te enteras... Primero Él te Habla y después tú Le escuchas, o Le das la espalda ¡a elegir!, pero si haces esto último y además tampoco Le Lees, ni Le Comulgas, ni Le visitas, ni crees en sus Consagrados... Dime ¿Qué Gracia esperas?... ¡Anda y ponte la vacuna y deja de jugarte la vida o creer que hay un milagro esperándote, así al “tuntún”! 

Y ya no quiere hablar conmigo...  ¡Jesús!, y ¿ahora qué hago?

- “Pídeme por ella y dame su nombre”   

Emma Diez Lobo

miércoles, 14 de abril de 2021

Pedro… ¿Me amas?

 



 En la Última Cena, Pedro insistió vehementemente que seguiría a Jesús y que daría la vida por Él. Jesús le prometió que un día podría dar la vida por Él, pero que aún no (Jn 13,36-38).

Nadie puede alcanzar el Discipulado si no hace la experiencia de ser rescatado por Jesús del miedo a perder la vida por Él. Jesús resucita y le vemos con Pedro a la orilla del mar. Le pregunta tres veces: ¿Me amas? Triple respuesta de Pedro: ¡Señor, Tú sabes que te amo! Jesús le dice: ¡Apacienta mis ovejas! Las he rescatado, como a ti, al precio de mi sangre, te las confío ,he dado mi vida por ti y con ella el sello de buen pastor; el que da su vida por las ovejas (Jn 10,11) Al recuperarte te hice vencedor de tus miedos que te llevaron a negarme.

 Ya puedes apacentar mis ovejas con Palabras de Vida  Eterna (Jn 67+68). Yo te  las pondré en tu corazón y en tus labios. Una cosa más Pedro; cuando como buen pastor apacientes a mis ovejas dando tu vida por ellas, entonces sabrás que estás dando tu vida por mí.

 Eso hizo Jesús por Pedro… y por ti… y por mi… así con esta Ternura es como cuida a sus discípulos ¿Cómo no seguirle?

 P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

 

martes, 13 de abril de 2021

Autoridad no autoritaria

 

No es debilidad por más que lo parezca. Hay que ser muy fuertes y tener mucho temple cuando se trata de mirar a otra persona con verdadera entraña. Así lo percibieron tantos al escuchar y ver al que no simplemente miraron y oyeron, sino que se dejaron conmover por sus hechos y palabras. Jesús suscitaba en todos ellos una finura que les permitía entrever que estaban delante de alguien diverso, un maestro diferente, que hacía y decía como quien tiene autoridad.

Tal vez era un gozoso contrapunto, que ponía en sordina lo que sufrían con otros maestros de Israel. Ellos les cargaban con normas interminables que no buscaban ordenar la vida sino fiscalizarla, que pretendían no tanto liberar de todo lo que la esclaviza y engaña, sino tener bajo control la conciencia a través de sus legales marañas. Pero, de pronto, escucharon de aquellos labios de Jesús unas palabras de vida, que dejaban esponjada el alma y permitían de nuevo asomarse a un horizonte de esperanza. No porque ese maestro trajese rebajas, puesto que fue muy claro con los desmanes, las debilidades y las trampas, sino porque más allá de la debilidad de la condición humana, Él abría una posibilidad más grande que los tropiezos y caídas, precisamente en el gesto de ayudar a levantarlas, a lavarlas y a perdonarlas.

Es lo que en el lenguaje de los Evangelios se habla en torno a la autoridad y al autoritarismo, siendo éste la patología de aquélla. Porque el autoritarismo que sufrían en aquel pueblo sencillo por parte de los mandamases judíos era sofocante, aplastador, excluyente. Mientras que la autoridad que esa gente reconocía en Jesús, suponía un alivio, un respiro y una verdadera libertad. No era el “vale todo” del libertinaje lo que Jesús proponía como alternativa a tantas leyes leguleyas que amordazaban la vida y la conciencia, sino la misericordia entrañable que encendía luz en las tinieblas, orientaba rectamente lo que se extraviaba, y levantaba con la gracia del perdón a quienes habían caído en el pecado fruto de la debilidad y del engaño.

En este segundo domingo de pascua, celebramos precisamente un motivo auténticamente luminoso y pascual: la misericordia de Dios, que es como volver a experimentar aquella misma gozosa libertad liberadora que uno percibe cuando se pone a la escucha de Jesús y sus palabras de autoridad no autoritaria. Será San Juan Pablo II quien instaurará esta memoria litúrgica para el segundo domingo de pascua. Su compatriota Santa Faustina Kowalska, fue quien le inspiró una devoción que le acompañará toda su vida de estudiante, trabajador, sacerdote, obispo y luego papa. Y será precisamente el domingo segundo de pascua cuando entregaría su alma a Dios. Morir en el domingo de la divina misericordia fue un detalle último de delicadeza por parte de Dios y una confirmación de lo que en este domingo con inmenso gozo celebra la Iglesia.

En nuestro mundo tenemos tantos motivos para buscar y agradecer que se nos abra precisamente esa puerta. Son demasiados los escenarios en los que sufrimos tanta dureza inmisericorde, tanta nostalgia de una bondad y belleza para las que nacimos por haber sido creados como imagen y semejanza de Dios, siendo esto el mayor título de nuestra grandeza. Podremos a veces ser malos hijos ante ese Dios bello y bueno, pero nunca pobres huérfanos condenados a nuestra deriva caricaturesca y malvada. La misericordia es el bálsamo que cura nuestras heridas, el colirio que aclara la mirada, la vida regalada que permite que el corazón tenga latidos de esperanza. Esta es la fortaleza de Dios que redime nuestra debilidad humana. Somos hijos de esa gracia misericordiosa que cada día nos espera y nos abraza. Felices los que en este tiempo de pascua reestrenan con verdadera alegría tamaña bienaventuranza.

Jesús Sanz Montes, ofm

Arzobispo de Oviedo

 

lunes, 12 de abril de 2021

Resucitó y...

 


                                                                                                       

Y nos hemos salvado de las garras del maligno ¡Qué regalo vivir después de Cristo!, pues los que antes “se marcharon” han tenido que esperar hasta ese día de Gloria para ir al cielo. Por cierto, cuando me vaya de aquí me gustaría saber dónde estuvieron si se puede hablar con ellos ¡Claro! 

Sé que Dios hace miles de años, se llevó a algún Ungido al Paraíso aunque el cielo estuviera cerrado; hoy, todos tenemos la misma oportunidad.

No somos Elías, ni Moisés, ni Bernadette ni... Solo sé que Dios no se hizo Hombre por ellos, sino por nosotros, los infames, los frágiles, los “cara común”, y no es que ahora seamos una maravilla, ni mucho menos, pero podemos pedir perdón, vivir en gracia y volver a Dios tantas veces como caigamos. Yo, sí veo que hay una diferencia brutal entre los que desean salvarse y a los que les da completamente igual... Es como si fuéramos semáforos ¡Anda que no se nota!   

Después de varias alianzas de Dios con el hombre, la última fue el día que entregó la vida de su Hijo por nosotros. Desde entonces ya no se nos pide blandir la espada contra los “filisteos” sino con la palabra y la oración; que aguantes, confíes y continúes... Así lo hizo Él y así debemos hacer si queremos resucitar, y si no queremos, te cierra la puerta y ¡Ya!

 Y ya te vas corriendo a otro sitio, pero horroroso...   

  

Emma Díez Lobo

 

sábado, 10 de abril de 2021

Domingo II de Pascua

 

Tomás, ¿Un caso perdido?

 Jesús Resucitado se aparece a los Apóstoles que amedrentados están encerrados en el Cenáculo. La Alegría y la Paz que Jesús les ha dado son inenarrables. Falta Tomás. Por más que le insisten en que  han visto a Jesús resucitado se cierra en banda y hasta se permite una nota infantil y de mal gusto: ¡Tengo que ver y tocar sus heridas!

 Jesús que es el Buen Pastor, aparca la necedad de Tomás y va a su encuentro. ¡¡Cómo sobrepasa Jesús nuestro concepto de méritos y deméritos!! A Jesús no le importa la tozudez de este hombre, le importa rescatarle de sí mismo, de la maraña que su mente cerrada a la Transcendencia le amordaza. Jesús no va a dejarle en la cuneta y más teniendo en cuenta que un día le llamo y él le siguió; va a su encuentro le mira a los ojos... entonces el apóstol, libre para mirarle más allá de su figura humana, proclamó: ¡¡Señor mío y Dios mío!!

 Es la más contundente y precisa proclamación de fe en la Divinidad de Jesús que encontramos en los Evangelios. No la proclamó el Discípulo Amado, ni Pedro, ni cualquiera más cualificado sino él, el caprichoso y tozudo. ¿Algún día nos convenceremos de que el Hijo de Dios puede y quiere hacer maravillas en nosotros… tan cercanos a veces a Tomás en infantilismos y cabezonerías?


P. Antonio Pavía - comunidadmariamadreapostoles.com

 

viernes, 9 de abril de 2021

"Pan de ángeles"

 



Comida celestial, pan cuyo gusto
es tan dulce, sabroso y tan suave,
que al bueno, humilde, santo, recto y justo,
a manjar celestial, como es, le sabe;
Justa condenación del hombre injusto
si come el pan de Dios se encierra y cabe;
el sumo Dios que en sí se da y oculta
diga el bien que de tanto bien resulta.

Pan de ángeles, Dios tan verdadero,
que, aunque se quiebra, se divide y parte,
está un inmenso Dios, trino y entero,
en cualquiera migaja y menor parte;
Agnus Dei, sincerísimo Cordero
que en pan al pecador gustas de darte;
pues eres todo Dios, el que es bastante,
de su deidad en sí cifrada cante.

Eres, pues, Dios, de tu deidad tan digno
que no hay justo ni santo entre los santos
que no se juzgue y tenga por indigno
de bocado que da regalos tantos;
eres Pan para el bueno, tan benigno
que de tribulaciones y de llantos
le produces y das gloriosos bienes,
y para con el malo los detienes.

Eres, pan celestial, lo figurado
de aquel maná sabroso del desierto;
Tú lo vivo y aquello lo pintado,
aquello la figura y tú lo cierto;
eres, pan, tan glorioso y endiosado
que a decir tus grandezas yo no acierto:
las angélicas lenguas lo prosigan,
que faltas quedarán aunque más digan.

(Fray Luis de León)