sábado, 30 de abril de 2022

Domingo III de Pascua

 

Juan grito: ¡Es el Señor!

                                         Y Pedro fue a su encuentro

 Nueva aparición de Jesús a sus discípulos que ya saben que ha resucitado, pero saben también que no han estado a la altura de la llamada que les hizo abandonándolo en su pasión. Quizás por eso retoman su oficio de pescadores. No pescan nada en toda la noche cuando de pronto una voz que les invita a echar nuevamente la red, que se llenó de peces.

 Lo normal es que los Apóstoles pensaran que esa voz era la de Jesús, pero estaban demasiado aturdidos y golpeados para reconocerle. El discípulo amado sí que le reconoció y gritó: ¡Es el Señor! Juan reconoció la voz porque Jesús abrió los oídos de su alma cuando estuvo a su lado al pie de la Cruz. Allí es donde el Hijo de Dios forma el corazón de sus discípulos haciéndoles capaces de verle y oírle allí donde la Sabiduría del mundo es impotente para adentrarse en el Misterio de Dios. Al pie de la Cruz, Jesús le abrió su Misterio, a él y a todos los que apoyados y fortalecidos por sus palabras de vida plantan la tienda de su alma en el Calvario.

 Al oír el grito de Juan, Pedro desentendiéndose de la barca y de los peces fue al encuentro de Jesús. Esta es la Gran Noticia que los discípulos de Jesús hemos de dar a un mundo, que, aturdido por tantos motivos, le ignora: ¡Es el Señor!

  Algunos, como Pedro irán a su encuentro.


 P. Antonio Pavía

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viernes, 29 de abril de 2022

Todo el mundo es bueno

 

¿Qué todo el mundo es bueno?, esto es el título de una película española... Aunque haberlos “haylos”, más bien están callados esperando que gente con valor “Templario” defienda y guarde nuestros principios.  

Nos faltan caballos, espadas y capas blancas con cruces rojas, pero tenemos una cosa que ellos también tenían, a Dios.    

Privilegio que jamás podrán arrebatarnos por mucho que nos nieguen. Somos los de siempre, los del corazón en catacumbas o catedrales arañando esperanza y protección.       

No nos dejemos avasallar por los que arrasan amándose a sí mismos, y acompañemos a esos valerosos de hoy que viven “cruzadas” injustas. Alguien dijo que el “El silencio de los buenos es tan grave como el ruido de los malos. Y Jesús no se callaba aun conociendo su final. ¡Qué grande seria imitar a Dios!

Recuerdo a Pedro cuando dijo; “No, no Le conozco” ... Temía por su vida; pues nosotros algo parecido ¡En cuántos lugares del mundo te apartan o te eliminan por ser cristiano!           

Reaccionemos y alcemos estandartes bordados de Victoria. Desde las “redes” dando a los “me gusta”; en las campañas afiliándonos sin miedo; denunciando injusticias, y sobre todo hagámonos oír en las urnas del mundo. Los valientes nos necesitan.   

Por los que no tienen voz, por los que huyen de la infamia, por los guerreros sin capa ni espada que protegen la vida de los pueblos, y antes o después, los puños, las bombas y las mentiras desaparecerán con la muerte.     

        

Emma Díez Lobo   

jueves, 28 de abril de 2022

Espanto

 

Me espanta Tu Muerte, y no sé si pedir perdón por Crucificarte mil veces o darte las gracias por salvarme mil veces después de Crucificarte.

Te entiendo y no Te entiendo, pues si la libertad es causa de Matarte ¿Por qué no fue mi libertad la de evitarlo?

Tan malo es el hombre que asesina sin motivo... Y a Ti, por decir que tu Reino no era de este mundo, una Verdad que a nadie dañaba, pero insoportable para Israel.    

¡Oh! Miedo de Sumos sacerdotes a perder la autoridad. Fueron los primeros culpables del más infame asesinato, y lo más grave, ocultar la Resurrección... Por justicia de Dios, ya juzgados.      

Se rasgó el velo del templo, vinieron tinieblas, la tierra tembló y los muertos salieron de sus tumbas... ¡Con lo grande que hubiera sido escuchar al Hijo de Yahvé y salvar sus almas!    

Aquélla tarde, yo también me fui del Gólgota mirando al Crucificado como uno de tantos sin saber, por causa de las mentiras, que volvería a estar con nosotros al tercer día.           

¡No más mentiras! Ya me convirtieron aquellos que dejó Dios para que recorrieran el mundo en Su Nombre. Ni los circos romanos, ni las crucifixiones, ni las guerras, ni los mártires, impidieron que llegara a mí su Palabra.   

Dejé las catacumbas hace más de mil seiscientos años, y hoy por mil canales pretenden que Le olvide. Los “césares y escribas” han vuelto, pero ya no me engañan, ya no me espanto, los conozco bien...      

Emma Díez Lobo  

miércoles, 27 de abril de 2022

Pescadores de hombres

 

Al llamar Jesús a sus primeros discípulos les dijo: " Venid conmigo y os haré llegar a ser pescadores de hombres" (Mc 1,17). Sin embargo, tras la muerte de Jesús y su posterior resurrección, estos conscientes de que no habían estado a la altura, creyeron que ya no contaría con ellos. Es significativo que decidieran volver a su trabajo de siempre, la pesca, como leemos en (Jn 21,1...). Salen pues a la mar, no pescan nada y "alguien" repite con ellos la pesca milagrosa. Fue entonces cuando Juan gritó: ¡Es el Señor! Al oír este gozoso anuncio, Pedro se desentendió de la barca y los peces y fue al encuentro de Jesús.

 Estaba muy herido por sus negaciones, por su impotencia para serle fiel. Posiblemente recordó esto que había dicho Jesús: "Venid a mí los que estáis hundidos y angustiados..." (Mt 11, 28.). Creyó en sus palabras y se lanzó al mar hacia Jesús; bien sabía que solo Él podría restaurar su dignidad pérdida.

 Visualizamos a ambos. Jesús que le pregunta tres veces: ¿Me amas? Sí, le responde Pedro, a lo que Jesús le dice: Apacienta mis ovejas. He dado mi vida por ti. Pedro recibió de Jesús la Sabiduría y la Fuerza para dar su vida por ellas como Buen Pastor. Atención: Todos somos Pedro; quizás nos falte amor para saltar como el al encuentro de Jesús. 

 P. Antonio Pavía

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martes, 26 de abril de 2022

Se entregó a la muerte en tu lugar

 

Hablamos de Barrabás el asesino en cuyo lugar murió Jesús. Barrabás nos representa a todos; al morir Jesús en su lugar estaba dando su vida por todos nosotros que, como dice Dios en la Escritura, tenemos las manos ensangrentadas por las heridas que infligimos a los demás con nuestras palabras y obras (Is 1,15 -16), Jesús el Cordero Inocente se dejó conducir a la muerte de malhechor limpiando así nuestras culpas. Pongámonos en la piel de Pedro. Aún resuenan en sus oídos los gritos de la turba exigiendo clemencia para Barrabás y muerte a Jesús. Sólo después de sus negaciones comprendió que Jesús había muerto en su lugar.

 Como sabemos, Jesús Resucitado tuvo un encuentro muy especial con él (Jn 21,15…). Por tres veces le pregunta: ¿Me amas? Conocemos la triple respuesta de Pedro y el broche de oro de Jesús a este encuentro: ¡Apacienta mis ovejas! Pedro no sale de su asombro. Jesús da su vida por él y encima le propone que apacienta sus ovejas; es tal el estremecimiento que le invade que apenas acierta a decir: ¡Señor, tú sabes que te amo!  y en su interior añadiría: Me has curado y vencido con tu Amor.

 P. Antonio Pavía

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lunes, 25 de abril de 2022

Le vieron y hablaron con Él

 


Le vieron y hablaron con Él a los tres días de dejarLe en la tumba... ¡Resucitamos! Hay Vida después de la vida. ¿Dudar de qué?, ¿miedo a qué?, ¿llorar por qué?

Jesús era idéntico a nosotros ciento por ciento y vuelve a Vivir. Es el Hecho donde la esperanza se convierte en realidad. Ya tenemos la prueba que necesitábamos...

No os compliquéis la existencia, ya no hace falta decir que formaréis parte de un todo, que seréis armonía, energía, que os reencarnareis, que volveréis convertidos en “mariposas”, que si la madre tierra o que no hay absolutamente nada.

Ya no podéis inventaros más tonterías con tal de no creer la habida EVIDENCIA, y lo curioso es que sois los mismos que creéis en personajes de la historia sin haberlos visto ni oído: Tutankamón, Carlo Magno, Magallanes... y ¿No lo hacéis con Jesús? Tan fácil es creer una cosa como la otra y resulta que unas sí y OTRA no.  

Satanás, Satanás... Lleva a la incredulidad, es lo mejor que puede hacer para arrastrarnos al Hades, porque negar todo lo que atañe a la FE, al Espíritu y a Dios, es su guerra y su botín.         

Morir no es nuevo, cada día millones lo hacen y millones resucitan. El lugar donde irán es otra Verdad Justificada que, ante Dios, nuestras “obras” elijen.    

La “VIDA” después de la vida es una Asignatura esencial Inspirada y Escrita, las demás también se escribieron, pero como esta, ninguna.

 

Emma Diez Lobo                                                                                 

sábado, 23 de abril de 2022

Domingo II de Pascua

 

 La Paz de Jesús amordaza tus miedos

 Los Apóstoles están encerrados en el Cenáculo. Tienen miedo de los judíos; piensan que una vez que han acabado con Jesús irán a por ellos por ser sus discípulos. Además, corre por Jerusalén la noticia de que algunas mujeres han visto a Jesús resucitado, lo que agrava aún más la situación de estos hombres.

Nuestros amigos están en tierra de nadie; por una parte, son rechazados por los judíos y por la otra no saben nada de Jesús fuera de lo dicho por unas mujeres poco creíbles, según ellos. Quizás piensan que fueron unos ingenuos al aceptar la llamada de Jesús. Nuestros amigos están viviendo una " noche oscura de la fe" dramática; el miedo y las dudas son como puñales que traspasan su alma. En esto Jesús se les aparece y les dice: ¡¡La Paz con vosotros!! Es la Paz de Jesús que viene acompañada de su Fuerza.

 Si, Jesús Resucitado les reviste de la misma Fuerza con la que su Padre le revistió para llevar a cabo su misión en el mundo. Nos dice Juan que "Los discípulos se alegraron de ver al Señor". Todo esto tiene que ver con nosotros; no podemos crecer como discípulos de Jesús sin pasar nuestras propias noches oscuras de la fe. Son noches que dan paso a la irrupción de Dios en nosotros con esa alegría que nadie jamás nos podrá arrebatar (Jn 16,22).

 P. Antonio Pavía

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viernes, 22 de abril de 2022

Domingo II de Pascua

 

Este domingo cierra la Octava de Pascua como un único día «en que actuó el Señor», caracterizado por el distintivo de la Resurrección y de la alegría de los discípulos al ver a Jesús. Desde la antigüedad este domingo se llama «in albis», del término latino «alba», dado al vestido blanco que los neófitos llevaban en el Bautismo la noche de Pascua y se quitaban a los ocho días, o sea, hoy. El venerable Juan Pablo II dedicó este mismo domingo a la Divina Misericordia con ocasión de la canonización de sor María Faustina Kowalska, el 30 de abril de 2000.

 De misericordia y de bondad divina está llena la página del Evangelio de san Juan (20, 19-31) de este domingo. En ella se narra que Jesús, después de la Resurrección, visitó a sus discípulos, atravesando las puertas cerradas del Cenáculo. San Agustín explica que «las puertas cerradas no impidieron la entrada de ese cuerpo en el que habitaba la divinidad. Aquel que naciendo había dejado intacta la virginidad de su madre, pudo entrar en el Cenáculo a puerta cerrada» (In Ioh. 121, 4: CCL 36/7, 667); y san Gregorio Magno añade que nuestro Redentor se presentó, después de su Resurrección, con un cuerpo de naturaleza incorruptible y palpable, pero en un estado de gloria (cfr. Hom. in Evang., 21, 1: CCL141, 219). Jesús muestra las señales de la pasión, hasta permitir al incrédulo Tomás que las toque. ¿Pero cómo es posible que un discípulo dude? En realidad, la condescendencia divina nos permite sacar provecho hasta de la incredulidad de Tomás, y de la de los discípulos creyentes. De hecho, tocando las heridas del Señor, el discípulo dubitativo cura no sólo su desconfianza, sino también la nuestra.

 La visita del Resucitado no se limita al espacio del Cenáculo, sino que va más allá, para que todos puedan recibir el don de la paz y de la vida con el «Soplo creador». En efecto, en dos ocasiones Jesús dijo a los discípulos: «¡Paz a vosotros!», y añadió: «Como el Padre me ha enviado, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos, diciendo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengáis, les son retenidos». Esta es la misión de la Iglesia perennemente asistida por el Paráclito: llevar a todos el alegre anuncio, la gozosa realidad del Amor misericordioso de Dios, «para que —como dice san Juan— creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre» (20, 31).

 

Benedicto XVI

 

miércoles, 20 de abril de 2022

Pascua, nueva vida en Jesús.

 

 "En la Palabra está la Vida" (Jn 1,4).

 Una señal inequívoca que caracteriza a los discípulos de Jesús es su amor a la vida y que saben que la encuentran en el Evangelio. En este se cumple, por ejemplo, la fortísima experiencia de Dios que vive este salmista: "El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en su mano, me encanta mi heredad" (Sl 16 5-,6). Imposible describir con palabras los estremecimientos del alma y el corazón de quienes se adentran a una experiencia así con Dios.

 Intentémoslo; el término suerte utilizado por este salmista no tiene nada que ver con el azar. Apunta a una filial confianza con Dios que le impulsa a poner su vida en sus manos. No importa lo que haya sido hasta entonces; bien sabe este israelita que poderoso es Dios para rehacer de nuevo su historia.

 Esto nos lleva a otro salmista que traspasado de júbilo grita: ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? (Sl 116, 12). Cuando damos a Jesús apenas las migajas de nuestra vida él actualiza la multiplicación de los panes horneando el Pan de la Palabra de Vida en las brasas de tu alma.

 

P. Antonio Pavia

 

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martes, 19 de abril de 2022

Cuando Dios

 


El día en que Dios interviene en nuestra conciencia ¿Hace 1,8 millones de años, 600.000? ¡Qué facha teníamos por favor!, antes no creo porque comiéndonos unos a otros y caminando en plan simio... Cómo que no me parece. 

Lo mejor es que La Biblia dice que “Adán y Eva” eran de una belleza extraordinaria ¡Jesús!!! Sería por dentro porque por fuera... En el Edén, por supuesto, habría de todo y mucho más.

Si entendemos el Génesis, es evidente que hubo un instante en la historia del hombre donde el bien y el mal son inculcados.   

No sé si Lucifer se disfrazó de serpiente o dinosaurio, pero fue la razón por la que el hombre comenzara a actuar en libertad para disfrutar del Paraíso según sus obras; y decidió infringir dolor a conciencia; hoy tenemos hasta manuales...  

El cómo, el cuándo y el qué a modo y dictamen del Creador, es incomprensible por su grandeza: La evolución de toda existencia, las estrellas, la espiral del ADN, la flora y la fauna, etcéteras infinitos...               

También habló y escucharon su voz: “Los troglos elegidos”, Aarón, Abrahán, Moisés... Y “hace poco”, tres apóstoles ¿Recordáis la Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor?: “Este es mi Hijo amado, escuchadle”.

Dios hace lo que Le parece y cuando Le parece, no tiene ningún problema; el problema es del incrédulo que no sabe dar explicación del porqué una ameba, el átomo, el “Big-Bang” o las apariciones Marianas, y pasa su vida buscando respuestas que no encontrará...    

       Emma Díez Lobo

lunes, 18 de abril de 2022

La Profecía por excelencia.

 

Las profecías anunciadas a lo largo del A. Testamento alcanzan, como sabemos, su pleno cumplimiento en Jesucristo. Nos preguntamos entonces que, si todas las profecías alcanzaron su culmen en Jesús, como es que los judíos, después de la multiplicación de los panes, lo aclamaron como al gran profeta que esperaban: "...Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo" (Jn 6,14). Quizás se referían al profeta que llevaría a cumplimiento la nueva creación anunciada por Isaías, los nuevos cielos y la nueva tierra, imagen del Reino de Dios (Is 65,17).

 Hoy es lunes de Pascua; aún resuenan en nuestras entrañas los ecos de la gloriosa celebración de la Resurrección de Jesús. Creo que es su Resurrección, su victoria sobre la muerte, lo que otorga a Jesús el título del Profeta por Antonomasia. Sí, porque su Resurrección, su victoria sobre la muerte es en sí el Glorioso Anuncio Profético de nuestra propia Resurrección, nuestra Vida Eterna gracias a Él.

 Recordemos, a este respecto, lo que le dijo Jesús al Padre antes de encaminarse a su Pasión: "... ¡Padre, deseo que los que tú me has dado -los discípulos de todos los tiempos- donde yo esté, estén conmigo...! (Jn 17,24…) … Y sabemos que Jesús dijo anteriormente que vino del Padre y que volvía al Padre... (Jn 16,28).

  

P. Antonio Pavía

 

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sábado, 16 de abril de 2022

Domingo de Pascua.

 

 Un Amor más fuerte que la muerte.


 Si pudiésemos descifrar el A.D.N. de Jesús veríamos que lleva en sí "el amor que es mayor que la muerte".

 Jesús se nos entregó a la muerte por un amor desconocido por el Mundo. Hablamos del amor que no está condicionado por méritos ni infidelidades. Se abrazó a la Cruz por todos y en ella canceló nuestras deudas contraídas en cuanto hijos de las tinieblas (Col 2,14).

 Por amor Resucitó y nos dice: ¡Buscadme, venid conmigo y tatuaré en vuestros corazones el amor que es mayor que vuestros miedos y la muerte! Hoy vemos a María Magdalena saliendo como la cierva en búsqueda de su Señor, Vivo. (Sl 42,1-29)

 Sale antes del amanecer, aún estaba oscuro. Va en búsqueda de Jesús desafiando los peligros como el de los asaltantes de los caminos que se apostaban en las murallas. No la importa, el amor que su Señor había ya grabado en su corazón era más fuerte que la muerte.!  ¡Por eso se encontraron los dos El y ella! Sepamos que María Magdalena es icono del Discipulado lo que quiere decir que también hay un encuentro preparado - desde su entrega por ti en la Cruz - entre tú y tu Señor.

 P. Antonio Pavia

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miércoles, 13 de abril de 2022

Los cambios condenados

 

                    

¿Cómo es posible que los que tienen a Cristo en su religión, no católica, no tengan interés por conocer la Biblia de origen y sean fieles a lo escrito por “gente enfadada” con Roma en los siglos XI, XVI y XIX, después de Cristo?      

Si leyeran lo que el Apocalipsis dice de ellos, conocerían la condena a la que están abocados.      

Lo más grave es que estas religiones tienen millones de seguidores: ortodoxos, anglicanos, calvinistas, protestantes, evangélicos, pentecostales... ¿Se olvidan, por ejemplo, de que Enrique VIII reformó la Iglesia Católica a medida de sus propósitos haciéndose papa?, ¿de Bartolomé I, Lutero o Calvino etc, que también “confeccionaron” biblias cristianas a su gusto?         

Si realmente creyeran en la Palabra de Cristo, bastaría para no seguir ninguna otra palabra alterada, cercenada o aumentada. Han de saber que, negando Verdades como la Eucaristía, la Confesión o a Pedro y sus Sucesores (salvos o en pena es cosa de Dios), la condena les acecha, pues ninguno de estos autores “enfadados” fue elegido por Dios para Escribir su Testamento.         

La Misericordia, sin conversión, no creo que les alcance; y pienso que los Sacerdotes que guardan LA PALABRA inspirada a los Evangelistas de Dios, no pueden crear lazos con OTRAS religiones cristianas por el peligro que conlleva haber eliminado el Perdón Instituido por Jesús. A sus fundadores, Dios ya les juzgó.

El “Fratelli Tutti” siempre entre hermanos, no entre religiones.  

Y no por ser ejercidas durante mil ó quinientos años (“notorio arraigo”), tienen peso de salvación como Jesús proclamó.

Emma Diez Lobo

lunes, 11 de abril de 2022

Cristo está siendo crucificado en Ucrania

 


¡Dios mío, Cristo es crucificado todos los días! ¡Y en todas las partes del mundo! ¡Y por mí, y por muchos de nosotros que nos decimos cristianos! Siempre que un niño es utilizado como esclavo, abusado o explotado; siempre que una mujer es maltratada, manipulada, insultada, humillada; siempre que una persona es utilizada, manipulada, torturada, o es víctima de la violencia, de la humillación o del desprecio, Cristo está siendo crucificado en ella. No era infrecuente, hace años, preguntarse dónde estaba Dios en Auschwitz, en Buchenwald o en Treblinka. Pues bien, Dios estaba en todas y cada una de las víctimas. San Juan Pablo II decía que Dios, mediante la Encarnación del Verbo, es decir, de su Hijo, se había unido en cierto modo a todo hombre. A la luz de la Encarnación —esa Alianza que se consuma en la Pasión y que nos abre a todos a la luz de su amor infinito en la mañana de Pascua—, no hay peripecia en la historia humana, no hay soledad, ni dolor ni sufrimiento, ni humillación ni abuso, que no sea parte de la pasión de Cristo. Que no haya sido transfigurado en su victoria sobre el mal y sobre la muerte, que no desemboque en el océano de la vida divina, en la caricia de su amor y su misericordia eternos. El día de los Santos Inocentes se celebra tres días después de Navidad, sólo después del primer mártir y del evangelista San Juan, el evangelista de la Encarnación. ¡Qué pena que esa fiesta, tan sobrecogedoramente actual, haya quedado reducida entre nosotros a una ocasión de burla y de chascarrillos!

El misterio de la libertad humana —y de sus casi innumerables posibilidades de hacer el mal, por más que el mal (a diferencia de la caridad) no tiene imaginación alguna, es asfixiantemente monótono y repetitivo, aunque sus armas cambien de modelo cada pocos años—, es tan grande, que con frecuencia su magnitud nos abruma. De hecho, y aunque la palabra “libertad” sea una palabra mágica, y la usemos como talismán, la mayoría de los hombres no quieren ser libres, como decía un autor antiguo, lo que quieren es tener buenos amos. La libertad da vértigo. Hasta el punto, de que, sin Cristo, la libertad tiende a ser vista únicamente como una fuente de riesgo, como un peligro, hasta como la causa misma del mal. Y entonces parece que la tarea de poner orden en el caos de la historia consiste tan sólo en suprimir (o reprimir, u oprimir) la libertad. ¡De ahí nacen todos los tiranos!

Y es que sólo hay en la historia (y este “en la historia” es absolutamente esencial) una realidad más poderosa que el mal, y esa realidad es el amor de Dios, que abraza al mundo —al mundo entero— en Jesucristo. Los brazos abiertos de la cruz, clavados, para que nada dé lugar a la tentación de huir de él, son un abrazo. Son un corazón abierto, sin armas, sin protección y sin defensas. Es el abrazo de Dios a la marea del mal y del sufrimiento humano. Son el corazón de Dios abierto a todas nuestras mezquindades y nuestras miserias. Ese abrazo desvela que la libertad (y su capacidad de hacer el mal) no es lo último, sino lo penúltimo de la historia. La libertad es un bien indispensable (porque no hay amor verdadero más que si es libre), pero la libertad está en función del amor, es bella y buena cuando es fruto y fuente de amor.

Gracias a Dios, vamos a poder volver a celebrar este año, después de dos años de pandemia, una Semana Santa “normal”. Nuestras imágenes sagradas, nuestros Cristos y nuestras Vírgenes dolientes —dolientes y reinas a la vez, asesinadas y rescatadas por la mirada de su Hijo, signo y reflejo de nuestra humanidad herida y redimida—, van a recorrer de nuevo las calles de Granada. Lo que proclaman es precisamente eso: que no hay dolor humano que no haya sido asociado a la Pasión de Cristo, que no hay lágrimas que el Señor no recoja en sus manos como perlas preciosas, que no hay víctimas que no tengan cobijo y paz bajo el manto de la Virgen o en el corazón abierto de Cristo. El día de los Santos Inocentes, el día en que las innumerables víctimas inocentes de la historia —de Ucrania y de todas partes— son abrazadas por Cristo, son ensalzadas por Dios, es el Viernes Santo.

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

 

domingo, 10 de abril de 2022

Domingo con ramos

 

                                                                    

 Domingo de ramos “si no estrenas se te caen las manos”, eso decía mi madre y es verdad, hay que estrenar sentimientos si no, se te cae el alma. Ya se cae del todo al ver lo que hicieron a Jesús; solo hay que conocer la triste historia de aquellos días para que se salten las lágrimas de infinita pena.

Yo imagino a Jesús montado en aquel pollino conociendo su espantoso final. No dudo de que la entrada en Jerusalén fuera fantástica con canticos de Hosannas, pero el miedo que Le inundaba... Cada minuto que pasaba, su Crucifixión se acercaba, la humillación, el abandono, la impotencia de su Madre ¡Qué angustia y sudor de sangre!!!    

La barbarie del hombre comenzaba con alfombras de olivo... pero ¿A qué precio pagó Dios su alianza con el mundo? Con la Muerte de su inocente Hijo.

Solo quería abrirnos el Paraíso, salvarnos del infierno y se Le ocurrió la manera más doliente, se llama Amor sin medida. Es, fue y será el Sacrificio de su Hijo predilecto. Nos quería igual o más que a sí mismo.   

Palmas y Ramos, tortura y clavos... Final de Gloria y Resurrección ¡Pero qué angustia debió vivir hasta entregar su Espíritu!

Todo pasó, Jesús, Venciste al mal y la muerte, tu Madre ya es feliz, tus amigos están Contigo y nosotros venceremos también; Dale a tu Padre, que habita en Ti, las gracias por estar loco por la humanidad.  

Gracias de corazón.      

Emma Díez Lobo

 

sábado, 9 de abril de 2022

Domingo de Ramos

Pasión de Jesús según San Lucas

  Lectura de la Pasión de Jesús; nos centramos en este pasaje: "Padre, perdónales porque no saben lo que hacen". A su alrededor una turba de escribas, fariseos... etc. le injurian con burlas y desprecios: ¡Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz! etc. No creen que este perdón de Jesús vaya con ellos pues son los buenos en el Calvario. De pronto uno de los ladrones grita: ¡¡Él es inocente, Señor acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino!! La turba aún no se ha repuesto de su asombre cuando el centurión que dirigió la crucifixión de Jesús proclama también su inocencia.

 Se invierten los papeles; el ajusticiado aparece como Inocente y… los buenos de toda la vida como culpables. Fue entonces cuando el Perdón de Jesús empezó a fructificar; dice Lucas que los "buenos" al ver lo que pasaba se volvieron golpeándose el pecho.

 Estos acontecimientos reflejan la catequesis de Jesús del fariseo y el publicano. (Lc 18,9-14) Los buenos de toda la vida llegaron al Calvario como fariseos y tras el perdón de Jesús volvieron como publicanos: ¡Golpeándose el pecho!

 Quizás estos fueron los primeros convertidos al escuchar la predicación de Pedro el día de Pentecostés. (Hch 2,37...)

  

P. Antonio Pavía

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viernes, 8 de abril de 2022

Un lugar “espantoso”

 


                                                

 Me informo de este lugar espantoso, el Purgatorio -doctrina de la Iglesia Católica-, como purificación completa del alma. Leo visiones de Santos, de personas elegidas y de cómo acortar el tiempo en este estado de fuego donde se queman el alma y el “cuerpo”:    

El alma, fuego de ansia que necesita desesperadamente estar junto a Dios; el “cuerpo”, porque ha de espiar las penas que dejan las culpas perdonadas.

En la Iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio en Roma, el P. Jouet, después del incendio de 1895, vio en la pared la imagen de un alma sufriente que “pedía” misas para acabar con la agonía de esperanza que inunda el purgatorio. A partir de ese momento recopiló evidencias por todo el mundo, y hoy esta Iglesia tiene un museo que muestra quemaduras dejadas por manos de almas en objetos y paños.  

Encogen el corazón... Pero no solo existen pruebas visibles, también hay Santos a los que personas aparecidas han pedido misas por su liberación. 

De nosotros depende que salgan de este “infierno” de ilusión, pues ellas ya no pueden hacer nada para sí mismas. Tenemos las “Puertas Santas” (indulgencia plenaria), ofrecerles misas; rezar la “Coronilla de la Divina misericordia” (Sta. Faustina Kowalska) a las 15 hs., los 9 primeros viernes de mes... Promesas de Dios y la Virgen por las ánimas que esperan llegar al Paraíso y por la nuestra en su día.   

Hagamos todo por ellas y enseñemos a hacerlo; que no se olviden de donde estaremos.    

   

 Emma Diez Lobo

jueves, 7 de abril de 2022

Tanto que entender

 

                                                                                                                                                    

La Gracia de ser católico... Pero para ejercer éste “Título” hay tanto que entender... He llegado a la conclusión de que no se es católico si no entiendes lo que Jesús propone.

Primero deberíamos saber qué significa y después a lo mejor, solo a lo mejor, somos católicos, no al revés como sucede.

Por Bautizado te haces hijo de Dios, pero para seguir siendo hijo hay que actuar con su ejemplo, un ejemplo universal para la humanidad ¡Católico!  

No es ir a misa, no es Comulgar, no es hablar de Dios y ya, es hacer caso a la Palabra y “practicar”; es evidente que para hacerlo necesitamos a Jesús presente, cosa que sin la Comunión... Difícil. 

Sé que muchos no son conscientes de este hecho y van acumulando culpas de pecados veniales -la pena de la culpa se paga en el Purgatorio- y ¡Claro! la pelota de faltas que se va haciendo acaba en globo aerostático.          

Procuremos aprovechar las “70 veces 7”, no sea que el globo se convierta en “Zeppelín” y no tengamos tiempo. No olvidemos que la culpa y la pena juntas, te llevan a la condena.    

Que Dios empuje a los que dicen ser “católicos” a cumplir las normas que dio a Pedro y se salven. A los que no salimos del confesionario... Pues no sé porque no hay manera, cuando no te acuerdas de una cosa te acuerdas de la otra, y cuando te acuerdas de lo que no te acordabas... ¡Otra vez allí! Interminable... Paciencia, Señor.

  Emma Díez Lobo 

martes, 5 de abril de 2022

El mundo al revés

 


 Hablo de esas personas que dicen no ser católicas practicantes y resulta que son caritativas, humildes y perdonan... Me expliquen, porque a mí me parece que son más católicas que “yo”.

También sucede en personas que no conocen a Cristo, pero son buenas de corazón; supongo que con ellas Dios lleva un “régimen especial”, porque donde no llega la Palabra, no llega y cada vez hay menos misioneros.     

Lo peor es donde llega y pasan de Él y su perdón. La Gracia que les falta a unos, la tienen otros y la desaprovechan ¡El mundo anda al revés!

Pienso en estos desagradecidos el día que se presenten ante Dios y Dios los mire de cerca:

- “Eras hijo mío, me conociste, me dejé Crucificar por ti para salvarte, te he dado toda clase de facilidades para que vinieras Conmigo y NO HAS QUERIDO NADA DE MÍ.  

¡Ufff, qué situación!

Imagino la contestación: “Es que no me lo creía, no te necesitaba”; y a Dios diciendo:

- “¿Ahora sí me necesitas? Te avisé, te dije que Yo era la Verdad y la Vida que creyeras en mi Palabra o podrías condenarte; te puse mi casa cerca de la tuya y ni ante la duda fuiste “sabiendo” que te perdonaría todo”.    

¡Ufff, qué vergüenza, qué mal!

Que Dios bendiga a las personas humildes que no Le conocen y a los que saben Quién es, les ilumine por todos los medios antes de “irse”, porque no hay vuelta atrás.

 

Emma Diez Lobo