viernes, 29 de marzo de 2024

Partiendo la Palabra Domingo de Pascua (Jn 20,1-9) *Jesús venció a la muerte por ti*

 

La primera parte de este Evangelio es un canto a la Imprudencia que nos abre a la Fe. Hablo de la imprudencia que movió a María Magdalena a salir entre penumbras en búsqueda de Jesús.

 Sus ojos le habían visto morir en la Cruz... ¿Por qué esas prisas en ir hacia el sepulcro antes del amanecer? Podemos decir que más allá de la evidencia de su muerte tiene la certeza de lo que Él había proclamado: ¡Resucitaré al tercer día! Podía haber esperado a que amaneciera y salir hacia el sepulcro con alguno de los apóstoles, pero su amor a Jesús no resiste más demora. Tengamos en cuenta que hace 2000 años los asaltantes se apostaban junto a las murallas de las grandes ciudades, como Jerusalén, por eso los viajantes iban en caravana para protegerse. María sale sola, desafía todo peligro aferrándose a las Palabras de Jesús: Resucitaré al tercer día y… ¡Ya es el tercer día!

  El Amor que brota del alma tiene que ver mucho con la infinitud y está mujer lo intuye...y quiere tenerlo a toda costa, por lo que, apartando la lógica de su mente, da alas a su alma y arriesga su honor, su dignidad y hasta su vida ...porque busca la Dignidad, el Honor y la Vida vienen de Él (Mc 8,35). Sabemos que encuentra a Jesús quien la llama por su nombre: ¡María! (Jn 20, 16). Ella supo entonces que Jesús la hacía suya (Is 43, 1,b). Esa noche está mujer lloró y lloró bendiciendo... su Imprudencia.

 El que busca a Dios Partiendo de tener todo controlado... sólo encontrará espejismos. Sólo los "ilusos imprudentes "podrán decir un día cómo la esposa-alma del Cantar de los Cantares que también desafió la oscuridad y el peligro de las murallas hasta encontrar a Dios: "...Encontré el amor de mi alma, lo he abrazado y no lo soltaré… (Ct 3,1-4b).

 *¡¡Bienaventurados los Imprudentes porque me encontrarán dice el Señor Resucitado!!*

 

P. Antonio Pavía

Comunidadmariamadreapostoles.com

miércoles, 27 de marzo de 2024

Partiendo la Palabra Y Jesús...Resplandeció en el Calvario (II) (Lc 23,44-47)

 

Vimos que la Gloria de Dios brilló en el Calvario. Ya los primeros cristianos cantaban en las Eucaristías himnos a Jesús glorificado en la Cruz. Si, la Gloria de Dios dignificó el Calvario asociándose a la proclamación victoriosa de Jesús Crucificado: 

¡Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu!

 Sus discípulos que recibimos el mismo odio que Jesús recibió del mundo (Jn 15, 18...) nos hacemos acreedores de la Gloria que acampó en el Calvario que revistió a también a María y a Juan. Ambos, también María Magdalena y María Cleofás, fueron heridos en su alma con los insultos, mofas, burlas...etc. que la turba dirigió a Jesús moribundo, como estaba profetizado. (Sl 69,10).

 En ese caos, del aparente triunfo del mal, aconteció la "nueva creación" ya profetizada (Is 65,17). Nueva Creación que dio comienzo al decir Jesús a María: "ahí tienes a tu hijo"...y después a Juan: "Ahí tienes a tu madre" (Jn 19,26-27). 

  A los pies del Señor, nació la Iglesia. Jesús no tiene discípulos de primera y segunda categoría; solo tiene Discípulos Amados y María es Madre de todos ellos.

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

martes, 26 de marzo de 2024

Como una vidriera de la vida

 


Tiene algo de ancestral su belleza. Así la han inmortalizado los pintores y escultores de nuestros mejores talentos, cuando nos han plasmado con sus pinceles y buriles esas imágenes que han explicado un sentimiento sincero y austero, profundamente religioso cuando nos asomamos a las procesiones. El paso lo marcan los timbales y tambores, que con las cornetas van moviéndose en la fila penitente de la cofradía. Su ritmo viandante por nuestras calles y plazas acompaña el paso piadoso de una imagen de Jesús o de María, y así rescatan su semblanza que nos remontan a aquella pasión o viacrucis primeros. De esta guisa se nos presentan las distintas hermandades semanasanteras con todo el arrojo de piedad y devoción con el que viven esos días principales del calendario cristiano nuestros amigos cofrades.

 

Sin duda alguna que hacen mucho bien estas hermandades con sus pasos y procesiones. En primer lugar, a ellas mismas como las inmediatas beneficiarias de lo que significa procesionar de esta manera. Para muchos de estos cofrades supone una cita esperada y vivida con una intensidad que conmueve. Es cierto que, tal vez, su agenda cristiana se estrecha demasiado si sólo se reduce a estos días especiales y a estos gestos particulares de honda religiosidad. Porque la vida tiene otros escenarios, y también hay que saber deambular sin capisayos por las procesiones cotidianas donde circulan los amores enamorados y los temores que nos arredran, los aciertos que nos enardecen y los fracasos que nos amilanan, las verdades con su ardor y las mentiras con sus trampas. Porque la vida misma es una gran procesión en cada instante, en cada circunstancia, todos los días del año.

 

Pero no sólo son los cofrades los primeros beneficiados, sino también tanta gente que espera con anhelo religioso ese paso que tanto le dice, tanto le despierta, tanto le recuerda. Quedan atrás otras Semanas Santas, cuando era otra la edad de nuestros años y era otra también la circunstancia que nos embargaba. La vida ha ido pasando sembrando su claroscuro mensaje y pintando los horizontes de cada momento en la biografía personal. Pero llegando esos días especialmente cristianos, hay un halo de piedad que nos llena el alma con la misericordia que necesitamos, con la paz que no siempre gozamos, mirando con hondura las pequeñas o grandes cosas que nos acontecen a diario.

 

Los cristianos visten de largo su fe en esos días santos. Y con todo el arte de la belleza escultórica en sus pasos, con toda la fe en su acendrada religiosidad, consienten que el Señor mismo haga de ellos una vidriera abierta, en donde se dejan entrever las historias que suponen nuestras mismas vidas cuando son iluminadas por la luz del buen Dios. No sólo están las vidrieras preciosas de nuestras iglesias, sino también esas otras que reflejan esta ajustada y sabrosa mezcla de arte, de piedad, de ilusión, de esperanza, fácilmente rastreables en los pasos cofrades de las hermandades.

 

Seremos adentrados en el embrujo de un misterio santo, cuando en las calles de ciudades y pueblos Jesús Nazareno siga adentrándose por los mil vericuetos amables y en los callejones sin salida. Su paz, su bondad, su verdad, se hacen bálsamo y sabiduría, apoyo y consuelo, para que la vida siga adelante mientras construimos celosos un mundo nuevo, renovado, dejando como preciosa herencia a la generación venidera. Esta memoria viva, es lo que con tanta diligencia y acierto llevan adelante nuestras cofradías y hermandades. Dios sea bendito en sus cofrades y que se siga escribiendo esta hermosa historia que nos asoma al Señor que se pasea por nuestras vidas dándonos su bendición y colmándonos de su gracia. Esta es la vidriera que se hace camino y procesión en la Semana Santa, acercándonos la palabra última que Dios se reservó tras todas nuestras torpes penúltimas palabras. Y así, tras la oscura noche veremos despuntar el día que no declina, como tras la muerte se hará sitio la vida que no termina, en ese cielo de una eterna cofradía junto a Dios y a los hermanos.

 

+ Jesús Sanz Montes

Arzobispo de Oviedo

 

lunes, 25 de marzo de 2024

Partiendo la Palabra Y Jesús... resplandeció en el Calvario (I). (Lc 23,44-47)

 


 Dios escogió a Israel, como propiedad personal, entre todos los pueblos del mundo. (Dt 7,6). Israel fue infiel a Dios una y mil veces, más aún así, Él mantuvo su elección, algo que nos   parece inaudito.

  Dicho esto, nos sorprende que un pueblo con un corazón tan voluble (Ez 16,30) fuese capaz de proclamar y cantar, con tanta altura y belleza mística, su relación con Dios, como por ejemplo después de cruzar ileso el Mar Rojo. Al llegar a la otra orilla, con el aliento de Dios aún en sus entrañas, este pueblo canta proféticamente la grandeza sin par de Jerusalén y su Templo, Morada Santa de Yahvé.

Veamos un extracto del poema:

"Conduces a tu pueblo y lo plantas en el monte de tu heredad... Santuario obra de tus manos" (Ex 15,17). Profecía como he dicho, acerca del Templo de Jerusalén, cuya Gloria se irradiaba sobre los que, en él, alababan a Dios (Sl 106,47b).

  La Gloria de Dios que resplandecía en el Templo de Jerusalén brilló y brilla hoy en toda su Plenitud a lo largo y ancho del mundo entero en... ¡¡El Calvario!!

 

Lo veremos el miércoles. 

 

P. Antonio Pavía

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viernes, 22 de marzo de 2024

Partiendo la Palabra Dom. de Ramos. (Mc 14,1-15,47) Levantado en la Cruz

 


Jesús ofrece voluntariamente su vida. Es cierto que fue condenado a muerte, pero antes había dicho: "Nadie me quita la vida, yo la doy libremente; tengo poder para darla y poder para recuperarla (Jn 10,18). 

  Si, Jesús se entregó a una muerte violenta e infame. De hecho, toda Jerusalén proclamó que un asesino, Barrabás, era más digno de vivir que Él. Con su cuerpo ensangrentado y el alma pisoteada salió hacia el Calvario cargando la Cruz. Nadie reparó en que la Gloria de Dios, que entronizaba el Templo de Jerusalén, orgullo de todo Israel, salía de su Trono para envolver al "maldito de Israel" y le acompañó hasta el Calvario.

Allí el mundo descargó todo su odio, producto de sus frustraciones, en Jesús. Sin embargo, fue allí en el Calvario, donde nació la Iglesia, simbolizada en María de Nazaret y el Discípulo Amado. Al pie de Jesús Crucificado, María y Juan, contemplaron a través de sus lágrimas la Gloria de Dios Padre reflejada   en el Rostro de su Hijo.

 En su agonía, Jesús manifestó su Gloria al proclamar victoriosamente: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu! Es allí en el Calvario, donde el Amor de Dios se eleva y somete toda mentira y maldad glorificándonos con la cruz, que tantas veces hemos maldecido. Él la reviste con su Gloria, convirtiéndola también para nosotros, en nuestra victoria en este mundo. Gloria que anunció veladamente el Salmista: "Contempladlo y resplandeceréis" (Sl 34,6).

 

P. Antonio Pavía

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miércoles, 20 de marzo de 2024

Partiendo la Palabra Cara a cara con Dios (II) (Ex 33,11).

 

Como todo el Antiguo Testamento, el hecho de que Dios hablase con Moisés cara a cara, como un hombre habla con su amigo, alcanza su plenitud en la relación de Jesús con sus discípulos a quienes dice "Os llamo amigos porque todo lo que he oído a mí Padre (el Evangelio), os lo he dado a conocer (Jn 15,15).

  Sabemos que después de la Ultima Cena, Jesús fue al Huerto de los Olivos ...y conocemos el desenlace: Fue crucificado. Quizás sus discípulos pensaron que ahí terminó todo; que eso de que les había dado las Palabras de Vida que había recibido del Padre eran pura fantasía.

Dos de ellos camino de Emaús, llegaron a decirle, sin saber que era Él: "Esperábamos que liberase a Israel ...pero han pasado ya tres días y nada..." (Lc 24,21). Entonces Jesús les dijo: " Necios de corazón para creer...y les fue partiendo la Palabra". Al llegar a su destino le forzaron a que se quedase con ellos. Deseaban seguir escuchándole.

 Al partir Jesús de la casa, se dijeron uno a otro: ¿No ardía nuestro corazón cuando nos "partía" las Escrituras? Es que Jesús había grabado con su Fuego, Palabras de Vida en sus corazones, cumpliendo así, la profecía de Jeremías que vimos el lunes (Jr 31,33b).

 Esta profecía se cumplirá también en ti, si abres - sin recortarlo - tu corazón al Evangelio: Jesús, tatuará con su Fuego, sus Palabras de Vida, en tus entrañas.

 

P. Antonio Pavía

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lunes, 18 de marzo de 2024

Partiendo la Palabra Cara a cara con Dios (I) (Ex 33,11)

 

Partimos de las penalidades que tuvo que sufrir Moisés a causa de las continuas infidelidades de Israel con Dios, en el desierto, a pesar de tantos milagros que hizo a su favor.

 Un salmista, se hizo eco de su desazón interior: " … Moisés tuvo que sufrir a causa de ellos; le habían amargado el alma..." (Sl 106,32-33). Dios, atento a sus angustias, máxime por sufrirlas a causa del cumplimiento de su misión, consolaba a Moisés " hablando con él - es decir partiéndole la Palabra - cara a cara" (Ex 33,11).

 Esa deferencia que Dios tiene con Moisés es una profecía de la que tiene Jesús con sus discípulos de todos los tiempos, a quienes llama " mis amigos " (Jn 15,15).

 Antes de hablar de la Encarnación de Jesús, abordamos   esta profecía de Jeremías que colma de esplendor la intimidad que tuvo Dios con Moisés. Dice Dios: "... Pondré mi Ley (mi Palabra) en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo " (Jr 31,33b).

 (Seguimos el miércoles).

 

P. Antonio Pavía 

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sábado, 16 de marzo de 2024

Partiendo la Palabra V Dm. de Cuaresma En tus manos estoy Señor (Jn 12,20 - 33)

 


En este Evangelio Jesús se compara al grano de trigo que arrojado en la tierra da fruto. Tengamos en cuenta que hace 2000 años los campesinos, al sembrar el trigo en sus campos, ayudaban con el pie a que la semilla se introdujese en la tierra, es decir la pisoteaban.

  La comparación de Jesús es desgarradora; es una alusión a su vida despreciada como estaba profetizado. (Is 49,7). Desprecio que alcanza también a sus discípulos. Sin embargo, esta profecía es un canto de victoria porque más allá del rechazo del mundo, Jesús se sabe sostenido por la Fuerza y la Gloria del Padre en cuyas manos está, como nos dice Pedro (1 Pe 2,23).

  Jesús no nos llama a una vida inhumana, menos aún estéril. Nos enseña por medio de su Evangelio a participar de su victoria. Nos impulsa a descubrir en sus palabras, las mismas manos que le sostuvieron a Él: "Mis ovejas escuchan mi voz (mi Evangelio) …. y nadie las podrá arrebatar de mi mano...ni de la mano de mi Padre " (Jn 10,27-29). 

 P. Antonio Pavía

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jueves, 14 de marzo de 2024

Partiendo la Palabra "En tu Luz vemos la luz" (II) (Sl 36,10)

 


Vimos anteriormente que Jesús Palabra del Padre, así le llamaban en la Iglesia Primitiva, es la "Luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo" (Jn 1,9).

 Es la Luz que nos permite encontrar el Camino que conduce a la Verdad, dejando de lado el de la mentira al que Satanás nos induce. Jesús, Luz del Padre, se encarna en un mundo que desgraciadamente ama más las tinieblas que la Luz (Jn 3,19). Esto que nos parece inaudito, revela el gran poder de seducción que tiene el demonio, poder que, distorsionando nuestro sentido común, nos impulsa a abrazar el señuelo de una vida idílica. Señuelo tras el cual vamos, como aquellos niños fueron, tras el flautista de Hamelin.

 La Buena Noticia es que Jesús con su Evangelio, sacudiendo nuestra necedad, endereza nuestros pasos   hacia Él y nos dice: "Yo soy la Luz del mundo; el que me siga no caminará en tinieblas" (Jn 8,12). 

 

P. Antonio Pavía 

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lunes, 4 de marzo de 2024

Partiendo la Palabra "Como corderos entre lobos" (I) (Lc 10,3)

 

 Dijo Jesús a sus discípulos: "Os envío como corderos en medio de lobos" (Lc 10,3) Al resucitar les y nos envió al mundo, como su Padre le envío a Él (Jn 20,21) Para nuestra tranquilidad y también alegría, sepamos que, así como su Padre le envió a un mundo hostil   "armado" con su Fuerza y su Sabiduría, así nos envía a nosotros.

 Hablamos de la Sabiduría que mana como Fuente de Vida, del Evangelio guardado en nuestras entrañas. Escuchamos la experiencia de San Pablo.

 Antes de su conversión, se creía un judío fiel y super sabio. Al acoger la misión que Jesús le confío, fue otro hombre. Leamos la confesión que hizo a los fieles de Corinto: "Cuando fui a vosotros, no os anuncié el Misterio de Dios con mi sabiduría para que vuestra fe no se cimentase sobre la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios...hablamos de la Sabiduría de Dios misteriosa, escondida que Él....ha dispensado para los que le aman. (I Co 2,1-9).

  Es la Sabiduría que como leemos en la Escritura …  "La contemplan los que la aman, la encuentran los que la buscan …y más aún, sale al encuentro de los que son dignos de ella " ( Sb 6,12-16 ).

                       (Seguimos el miércoles)  

 

P. Antonio Pavía 

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sábado, 2 de marzo de 2024

Partiendo la Palabra Dom. III de Cuaresma (Jn 2,13-25) ¿Vive Jesús en ti?

Este Evangelio narra la expulsión por parte de Jesús de unos mercaderes apostados en los atrios del Templo de Jerusalén. La Catequesis que emana del actuar de Jesús, es diáfana. El Templo de Jerusalén es el Lugar Santo por excelencia de Israel. Mercadear en sus atrios implica empañar la Santidad de Dios al servir a ese otro dios que pugna insistentemente por hacerse con el corazón de todo hombre: el dinero. Jesús lo dice sin medias tintas:  No podéis servir a Dios y al Dinero (Mt 6,24).  Es un  servir en el contexto de adorar. Si adoramos o no al dinero, es verificable por nuestro criterio respecto a cómo empleamos nuestro tiempo. El que se afana por tener más y más, casi imperceptiblemente, va desplazando su tiempo hacia el dios Dinero, y se apega más a sus cosas que a las cosas de Dios.

  Es como tener un cáncer en el alma. Se llega a un   afanarse ridículo por “por un soplo de vida" como dice este salmista (Sl 39,6-7).

  Jesús habla de un propietario necio, cuyos campos dieron una cosecha excelente y lo único que le pasó por su mente fue hacer más grandes sus graneros para poder almacenar su cosecha. Ni Dios ni su prójimo entraron en sus planes. Dijo entonces Jesús: ¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma. Fijémonos bien lo que Jesús le dijo: Te reclamarán el alma y...  no encontraste tiempo para hacer de ella, un Templo para Dios (Jn 14,23) Que Dios nos corrija y encamine para que no seamos acreedores del título de necios.... el título de los perdedores. 

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com