miércoles, 28 de septiembre de 2022

PARTIENDO LA PALABRA (Sl 91,14)

 


"Se puso junto a mí, le libraré, me llamará y le responderé, estaré a su lado en la desgracia..."Esta profecía del salmista que se cumple en Jesús y en sus discípulos nos lleva a esta otra también mesiánica: "Aquí estoy para hacer tu voluntad. Tengo tu Palabra en mis entrañas. "(Is 40,8-9). Hacer la voluntad de Dios supone estar junto a Él también cuando nos alcanza el odio del mundo. (Jn 15,18).

 Sin embargo, Jesús sale garante de los sufrimientos que padecemos por su causa (Mt 5,11-12). Al decir Jesús al Padre: Aquí estoy, se puso junto a nosotros para salvarnos. Llama a sus discípulos para que "estemos junto a Él" (Mc 3,14) Junto a Él en el Calvario nació la Iglesia: "Junto a la Cruz de Jesús, estaban su madre, la hermana de su madre y María Magdalena. Jesús viendo a su madre y junto a ella al discípulo amado dijo: Ahí tienes a tu hijo..." (Jn 19,25).

 Vemos pues a Jesús junto al Padre y también junto su madre y sus discípulos representados por el discípulo amado: La Iglesia naciente que anuncia el Evangelio de la Salvación al mundo entero.


 P. Antonio Pavía

 comunidadmariamadreapostoles.com

 

lunes, 26 de septiembre de 2022

Partiendo la Palabra

 


El Salmo 69 presenta a un israelita acosado por sus enemigos por ser fiel a Dios: "Por tu amor Dios mío sácame del cieno...líbrame de los que me odian, que no me arrebate la corriente..."Este hombre comparaba sus enemigos con aguas devastadoras que caen sobre él. Aguas que simbolizan el odio del mundo contra los discípulos de Jesús como El mismo anuncia (Jn 15,18) Pedro vive en su propia carne la angustia del salmista; lo vemos en la violentísima tempestad que azotó la barca de los apóstoles. (Mt 14,22) Jesús les grita a lo lejos: ¡No temáis, soy yo! Pedro le pidió caminar hacia Él. Jesús le dijo: ¡Ven!  Pedro saltó de la barca, caminó hacia Jesús confiadamente, pero a un cierto momento el miedo le venció, empezó a hundirse y gritó: Señor, sálvame. Jesús le tendió la mano, le levantó y sus pies volvieron a dominar las aguas. 

Recordemos ahora lo que Dios dijo a la serpiente (Satanás) después de engañar a Adán y Eva: "Pondré enemistad entre ti y la mujer (María) entre tu descendencia (Jesús) y la tuya; ella te aplastará la cabeza. (Gn 3,15) Los discípulos de Jesús somos su descendencia; tenemos el poder para pisotear a la serpiente: las aguas de la muerte.

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

domingo, 25 de septiembre de 2022

¿Me queréis ver?

 

  Es la “voz” de ese niño que debería nacer; es la pregunta en soledad de un pequeñín sin futuro.

Pero ¡Qué pena más grande! no escuchan su latido y late más deprisa que ninguno, no enseñan su imagen y tiene rostro. No, nadie le arropa ni protege porque han decidido contra su incipiente voluntad que no debe vivir.   

Está tranquilo, crece en silencio... Pero ¡Ay de su muerte indescriptible! La mujer que lo “porta” en su vientre dice que con su cuerpo hace lo que quiere... Pero se miente, ese niño no es miembro de su cuerpo.    

Qué fácil abortar cuando no es ella quien va a morir y los quirófanos de muerte se lucran de asesinatos legales.      

¡Mujer! aunque seas “hogar” temporal de un ser humano, según las reglas de Dios, no tienes poder ni derecho para eliminar la vida. Hay amor de sobra para criarle, no tienes que ser tú.     

Y el niño “grita” ¿Queréis verme? Lo podéis hacer... Ahí estoy, SOY. Tengo alma, corazón, manitas y pies...  

Ojalá y cada mujer pudiera ver como ese niño se mueve cuando ella está quieta, cómo duerme cuando ella está despierta, cómo... No no, no es parte de ella, él es ÚNICO.   

Aborto, asesinato impune de inocentes... ¡Dios! Tú que conoces las intenciones de esa fémina, pon todos los medios para alejarla del mortal pecado, pero si declina tu ayuda y persistiera, que redima su mal y pueda salvarse.

¡Pobre mujer ignorante! Jamás lo olvidará así pasen 100 años...  

  Emma Díez Lobo

 

sábado, 24 de septiembre de 2022

Partiendo la Palabra Domingo XXVI T.O

 


Jesús presenta la parábola del rico epulón y el pobre Lázaro.

 Por razón de la brevedad nos limitamos al final del pasaje en el que el rico, un pobre hombre, suplica a Abraham que envíe a alguien a avisar a sus hermanos para que no terminen en este lugar espantoso. Abraham le dice: Tienen la Ley y los Profetas; así es cómo llaman los judíos a la revelación de Dios en el Antiguo Testamento, y añade: Si no escuchan la Ley y los Profetas no creerán, aunque resucite un muerto.

 Los judíos en general, también hoy, se saben casi todo el Antiguo Testamento de memoria, pero esto les sirve de poco si no escuchan; también nosotros, debemos escuchar la Palabra con el corazón a fin de convertirnos realmente.

 Muchos milagros, hizo Jesús en Israel y no le creyeron porque su predicación no alcanzó su corazón. Por eso Pablo nos dirá que la fe, se refiere a la fe adulta, nace de la predicación del Evangelio (Rm 10,17) escuchada con el corazón. Así, con el corazón ardiente escuchó Lidia la predicación de Pablo y se convirtió. (Hch 16,14).

 La predicación del Evangelio en el Nombre de Jesús ha de ir desde el corazón del predicador hasta el corazón de quienes le escuchan.

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

viernes, 23 de septiembre de 2022

Partiendo la Palabra (Lc 1,44)

 


 Jesús es la plenitud de la alegría de todo hombre a lo largo de su existencia y San Juan Bautista da fe de ello. Ya cuando estaba en seno de su madre saltó de gozo al percibir su Presencia en el seno de María en su visita a su prima Isabel que la dijo: "apenas llegó a mis oídos tu saludo el niño salto de alegría en mi seno".

 Vemos ahora a Juan Bautista en la misión que Dios le confió de ser el Precursor de Jesús. Aunque ya había dicho una y otra vez a sus discípulos que él no era el Mesías que esperaban, estos se resistían a aceptarlo; entonces les dio este testimonio: "El que tiene a la esposa es el esposo, el que le asiste y oye se alegra con su voz. Esta es mi alegría que ha llegado a su plenitud. (Jn 3,29) El que desea y busca verdaderamente alcanzar esta alegría en su plenitud que se mire en Juan Bautista. Que lea amorosamente y escuche en su corazón la Voz de Jesús que resuena incesantemente en su Evangelio. (Jn 8,47).

 P. Antonio Pavía 

 Comunidad María Madre de los Apóstoles

Enamorarse de Dios

 


Cuando pienso en el Paraíso veo un lugar pleno de luz, de felicidad, pero no me imagino cómo es enamorarse de Dios. Aquí en la tierra cuando te enamoras, es genial y aunque no se me ocurre otro “modelo” de enamoramiento, según Santos que lo han sentido, dicen que es espectacular, casi “insoportable”.     

Claro que tampoco seremos “hombres ni mujeres” tal que aquí, pero seremos...  ¡Madre mía qué cosa más extraordinaria!, todo infinitamente más hermoso, diferente.   

A veces pienso en los que ya disfrutan del CIELO como Pablo, José, Bernardett o mis padres -he pasado Puertas Santas por ellos- ¿Qué estarán haciendo ahora?   

Alguien decía que se cantaba y cantaba, se adoraba y adoraba... Hoy me dicen que lo haga en casa y es que ya no me gusta cantar y lo de adorar, solo ante el Santísimo.  

Ignoro cómo serán esos misteriosos “lares”, pero no creáis que curiosidad tengo un montón aun viviendo entre el miedo y la esperanza; y aunque es difícil concebir el dejar este gran planeta azul sin haberlo conocido en su magnitud, la FE es lo único que lo suple. Me pregunto también si conoceremos el vasto universo -tal vez ni nos interese-.   

¡Madre mía! Estar junto a Dios y con las Santas almas que pasaron por aquí, me hace superar el momento de morir. ¡Quiero estar “enamorada” en esa ciudad de luz que describe Juan!

Ya veréis como no tiene nada que ver con lo que pienso... Mi imaginación no da para mucho, la verdad...

 Emma Díez Lobo

jueves, 15 de septiembre de 2022

Partiendo la Palabra (Is 64,7)

  


En la Biblia encontramos gritos de Amor a Dios salidos del corazón como..." Mi vida está en tus manos Señor." Son esas manos de Dios que como testifica el salmista: " Me hicieron y me formaron " (Sl 119,73) Dios es el Divino Alfarero que tomando nuestro barro en sus manos crea su mayor obra: El Hombre Nuevo (Ef 4,24) profetizado por Isaías: "Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla, tu nuestro alfarero, somos hechura de tus manos" (Is 64,7).

 Jesús, Hijo de Dios, tomo en sus manos a unos pescadores y les dijo que haría de ellos pescadores de hombres, es decir discípulos suyos (Mc 1,16-17). Fijémonos en Pablo; Jesús no pudo escoger barro de peor calidad que la suya. Su acierto y grandeza consistió en dejarse moldear por Jesús que hizo de él un excelente discípulo. Veamos el testimonio que nos legó cuando prisionero a causa de su Amor a Jesús presintió su próximo martirio: "...He combatido el buen combate, he culminado mi camino, he mantenido la fe..." (2 Tm 4,6-7).

 ¡No importa como sea nuestro barro...en manos de Jesús seremos su obra perfecta...! ¡Discípulos suyos! 

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

miércoles, 14 de septiembre de 2022

¡Qué suerte tengo!

 

¡No te imaginas amigo, la suerte que tengo! Cada vez que necesito, cada vez que quiero, cada vez que estoy en silencio, camino por algún lugar solitario, cada vez que... Me pongo a rezar y llega la magia. 

Me acompaña, me acorta el camino, me ayuda, me ofrece, me da para los demás, hablo, no estoy sola en mi dolor, me calma... Es genial.

Ah, ah, y cuando alguien “se va”, o recuerdo a los que ya no están por cualquier causa terrible o natural, rezo por ellos y les digo ¡Verás cómo te ayuda! La satisfacción es enorme.

Sé que una oración es como ir sacando espinas del alma que se fue o apagando el fuego que les atormenta. Lo malo es que no tengo años para rezar por cada una, es tan imposible... Porque decir una oración por “todos” no funciona igual, es como si tuviera menos fuerza que si la dedicaras a una persona con nombre o a esa otra que ves en TV abatido a tiros con pantalón marrón... Y aunque una sola vocal de la plegaría fuera dirigida a “cada uno” de todos los ausentes, no llegaría a demasiados. Menos mal que somos muchos haciendo lo mismo.  

¡Madre mía, qué suerte rezar para agradecer o pedir un “milagrillo” para alguien!, y cuando necesito estar libre de pecado, voy al Sacerdote -Alter Chistus, Ipse Christus (Otro Cristo, como Cristo)- me redime, rezo y ya estoy en forma otra vez.  

¡Gracias Dios por ser católica y enseñarme a rezar!   

Emma Díez Lobo

martes, 13 de septiembre de 2022

Partiendo la Palabra (Hb 11,1-2)

 


Jesús nos invita a caminar con El hacia El Padre diciéndonos que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. (Jn 14,6) Si embargo a veces nos asustamos pues el camino hacia el Padre nos parece una cuerda floja sobre un abismo y tenemos miedo.

Es el momento de apoyarnos en la Palabra que nos dice que fijemos nuestros ojos en Jesús, el que inicia y consuma nuestra fe. (Hb 11,1-2) Ejemplo de este caminar sobre una cuerda floja, pero con los ojos fijos en Jesús lo tenemos en Pedro caminando sobre las aguas. (Mt 14,22-33).

Los Apóstoles están a merced de una fortísima tormenta en una pobre barca y en esto oyen la voz de Jesús que les dice:

¡No temáis, soy yo! Pedro reta a Jesús: ¡Si realmente eres tú y tu Palabra se cumple en mí, mándame ir a ti sobre las aguas...! ¡Ven! le dijo Jesús. Pedro fijando sus ojos en Jesús empezó a caminar sobre el agua, pero cuando desvió su mirada de Él por fijarse en la fuerza del viento comenzó a hundirse y gritó: ¡Señor, sálvame! Jesús tendiéndole la mano le dijo: ¿Por qué dudaste? Pedro dudó de Jesús porque desvió su mirada de Él.

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

sábado, 10 de septiembre de 2022

Partiendo la Palabra Domingo XXIV T. Ord. (Lc 15,11 – 31)

 


 Dejemos que unas de las muchas ráfagas del Espíritu que surgen de la parábola del hijo pródigo nos acaricie.

 Este hijo tan desleal esperaba encontrar la vida lejos de su padre, que representa a Dios. No la encontró, es más, perdió su dignidad. Nos dice Jesús que " entrando en sí mismo " decidió recuperar la lealtad, que no había tenido con su padre ni con su alma a la que había dejado a merced de la Mentira y Vacíos del mundo.

Al entrar en sí mismo, hizo quizás sin saberlo la bellísima experiencia de fe que nos legó este salmista: " Dice de ti mi corazón busca mi rostro, si Dios mío, busco tu rostro, no me rechaces. " (Sl 27,8-9).

  Fortalecido por estas palabras, que Dios suscitó al salmista, aunque nuestro amigo no tuviese conciencia de ello, y arropado por la humildad, se puso en camino hacia su padre, quien viéndole a lo lejos no pudo contener su emoción y " corriendo hacia él se le echó al cuello y le besó efusivamente" Si, " Dios es amor" (1 Jn 4,19).


 P. Antonio Pavía

 comunidadmariamadreapostoles.com

 

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Partiendo la Palabra (Jr 15,16-18)

 


Coloquio de Jeremías con Dios: " Cuando encontraba tus palabras las devoraba, eran para mí la alegría y el gozo de mi corazón " Nos sorprende, sin embargo, que el profeta pase del júbilo a una angustia lacerante. La exultación a causa de la Palabra viva en él es rechazada frontalmente por Israel sufriendo así una soledad espantosa. Bien dice Dios: "Mis caminos no son vuestros caminos, ni mis pensamientos vuestros pensamientos" (Is 55,8...) Dios permite está soledad a Jeremías, como también a sus amigos, para hablarles íntimamente de tú a tú; llena sus corazones de El mismo para que sean para el mundo la luz, no la pasajera sino la que permanece (Jn 8,12)

 El Evangelio de Jesús es esa Luz que brilla en las tinieblas y las somete. (Jn 1,1-5) Es por eso que Jesús permite nuestras soledades y desiertos; para cumplir en nosotros esta profecía "La llevaré al desierto y la hablaré al corazón" (Os 2,16) Dios habla en femenino porque se refiere a nuestra alma que está llamada a desposarse con Él.

 

P. Antonio Pavía

Comunidad María Madre de los Apóstoles

lunes, 5 de septiembre de 2022

Partiendo la Palabra [Lc 6,27]

 


 Amad a vuestros enemigos, haced el bien a quienes os odian.

 Esto que dice Jesús nos provoca un rechazo instintivo; parece como que sus discípulos   llevamos el estigma de perdedores, pero no es así. El Evangelio no es un manual de perfección para gente voluntariosa; es la Fuente de la Gracia y la Fuerza de Dios que nos permite amar y hacer el bien a nuestros enemigos.

Nos dejamos iluminar por el Salmo 73. Nos describe la experiencia de fe de su autor que exultante ante la bondad de Dios exclama: "Que bueno es Dios para los limpios de corazón" Si, limpios de odios, violencias, rencores...etc. Sin embargo, este hombre sufre una crisis de fe ante la maldad que le rodea al constatar que está limpieza de corazón no le interesa a nadie. Ve que la insidia, difamación, calumnia, venganza etc., campan a sus anchas. En su desaliento se dice a sí mismo: " En vano limpio mi corazón corrigiéndome sin cesar. Dios permite estás crisis a sus buscadores para su crecimiento en la fe. Lo vemos en la confesión posterior de este israelita: " 

 Teniéndote a ti en el Cielo, ¿Qué me importa la tierra? O sea: Dios mío a ti encomiendo mi causa, sé que tú me harás justicia no necesito pues devolver mal por mal.

 Así es y los discípulos de Jesús no somos unos perdedores, sino que caminamos hacia nuestro Padre de victoria en victoria..." De gracia en gracia" (Jn 1,16). De abrazo de Jesús en abrazo de Jesús.

 

P. Antonio Pavía

 Comunidad María Madre de los Apóstoles

sábado, 3 de septiembre de 2022

Dom. XXIII T. Ord. (Lc 14,25-33)

 

Partiendo la Palabra


  El Evangelio de hoy nos sorprende; solo aquel que detesta a sus padres hermanos etc. ...puede ser discípulo de Jesús. A primera vista sus palabras nos escandalizan; penetramos en su sentido y las entenderemos.

En general y con la mejor de las intenciones los padres desean para sus hijos lo que consideran más provechoso para ellos: Buena formación académica, que tengan buenos amigos, un círculo social más que aceptable...etc. Eso está muy bien, pero existe el peligro de que, por dejar a Dios de lado, ofrezcan a sus hijos un proyecto de vida en el que Dios, " aun cumpliendo con El" no tenga mucho que ver.

 Es decir que les ofrecen un proyecto de vida mientras que Jesús ofrece su proyecto de Vida (Jn 8,12). Esa es la radical diferencia. Los que se embarcan en este proyecto de Jesús perfectamente delineado en su Evangelio son una bendición para el mundo pues sus Vidas son un grito que despierta a sus hermanos de su adormecimiento. Grito que resuena así:

"¡Buscad los bienes de allá arriba...!" (Col 3, 1.)

 

P. Antonio Pavía

Comunidad María Madre de los Apóstoles