lunes, 11 de noviembre de 2024

Partiendo la Palabra ¿Dónde está tu Dios? (I)

 


 Iniciamos esta serie catequética que tiene como centro esta pregunta ¿Dónde está tu Dios?

  Pregunta que de mil maneras late en el corazón de muchos hombres. Hay una cierta perplejidad, digamos positiva, en algunos no creyentes, al ver hombres y mujeres con los mismos problemas que los suyos, al constatar la fortaleza y sabiduría con las que los afrontan.

 También hay la animadversión por parte de algunos, que no comprenden que tengan la entereza e incluso esa paz que destellan sus almas. No la entienden y les provoca, aún sin desearlo, un cierto malestar.  Creyentes y no creyentes viven en general las mismas pruebas; sin embargo, las afrontan de distinta forma: con o sin Dios. A lo largo de unas semanas iremos sondeando esta pregunta que se palpa entre nosotros: ¿Quién es Dios?

  La abordaremos a la luz de personajes de la Escritura a través de esta otra pregunta:

¿Dónde está tu Dios? Desde lejos veremos qué nos responden, sin pretensiones, pero con “su corazón y su alma habitados por Él … por Dios.

  

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

sábado, 9 de noviembre de 2024

Partiendo la Palabra Dom. XXXII T. Ord. (Mc 12,38-44) Señor, enséñame a confiar en ti

 



Cuando Samuel, fue enviado por Dios donde Jesé, porque había escogido a uno de sus hijos como rey de Israel, este le presentó a los mayores, pues sobresalían por su gallardía y fortaleza. Samuel los miró detenidamente y dijo a Jesé: "Dios no mira las apariencias sino el corazón" ...al final apareció David, que era el más pequeño, el menos importante y Samuel exclamó: este es el que Dios ha elegido. (I Sam 16,4...).

 En el Evangelio de hoy Jesús nos previene acerca de aparentar y de dejarnos llevar por las apariencias. Este era el problema de los fariseos esclavos de sus apariencias y del pueblo que se dejaba influir por ellas. Fariseos que tenían vacío el corazón, y del pueblo, que, por no meterse en problemas, también tenía el corazón huérfano de Dios. Entre unos que buscaban honores y otros por no meterse en problemas, se lavaban las manos, Israel era dominado por el Padre de la mentira (Jn 8,44)

 El problema de aferrarnos a las apariencias es y será siempre el problema que hemos de enfrentar los llamados a ser Discípulos de Jesús. Veamos que en el Evangelio de hoy entran en escena unos hombres que echan grandes limosnas en las arcas del Templo. Todos, empezando por los discípulos de Jesús, se llenaron de admiración. En esto llega una pobre viuda y echo dos moneditas. Nadie reparó en ella. No valía la pena. Jesús sí; la miro con un Amor inmenso y dijo a sus discípulos que estaban aún alucinados por las limosnas que habían dado los anteriores: Esta pobre mujer si que ha confiado en Dios, porque ha entregado lo que tenía, quizás para comer ese día. Jesús alabo la Sabiduría de esta mujer... Bien sabía que Dios sería su protector y proveedor...enviando a sus ángeles - en forma de personas concretas -para proveer a sus necesidades.

 Confiar en Dios, he ahí la cima suprema de la Fe. Está mujer representa lo más sublime del Discipulado. 

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles com

 

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Partiendo la Palabra A los pies de Jesús escuchaba su Palabra (X)

 




Finalizamos este ciclo catequético sobre María de Betania, que encontró en las palabras de Vida y Espíritu que Jesús le iba diciendo la Luz Verdadera (Jn 1,9) que iría a colmar su corazón de las alegrías que no se desvanecen, incluso cuando los sufrimientos que a todos nos visitan, la rodeen amenazantes. María hizo su elección: El Discipulado, siempre golpeado por el odio y desprecio del mundo (Jn 16,14).

 Jesús proclamó a todos, empezando por ella que "había escogido la mejor parte" y que ningún poder de este mundo podría arrebatársela. Lo dijo también a sus discípulos de todos los tiempos, al proclamar que los poderes del infierno- de Satanás- jamás podrían abatir su Iglesia (Mt 16,18).

 El mismo Jesús acariciará y protegerá los corazones que le abrieron sus puertas, cuando les llamó a su Seguimiento por medio del Evangelio; y es que con toda verdad podemos decir que el Evangelio es la Sublime Llamada de Jesús al hombre (2 Ts 2,14).

 Benditos quienes, ante el Santo Evangelio, tengan la sabiduría de gritar exultantes: El Camino, la Verdad, y la Vida salen a mi encuentro: ¡Aquí Estoy! 

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

Carta a la solidaridad

 



 

       Querida y apreciada solidaridad: Qué admirable es tu nombre, pero inmensamente mejores tus hechos y acciones. Te escribo para darte las gracias por el ejemplo que estás dando en estos días a causa de la DANA en esta bella tierra valenciana. Gracias por tu edificante alma. Gracias por ser un referente social. Gracias por la lección de vida. Tú siempre estás ahí dispuesta, vigilante día y noche, haga frío o calor, llueva o escampe, no aguardas a que te llamen, pues te presentas sin ser invitada y todos agradecemos tu “intrusismo”. Eres como un poliedro de infinitas caras porque infinitas son tus actividades: lo mismo te presentas con aspecto juvenil pletórico de fuerzas que vives en la débil ancianidad de noble voluntad. No te quejas, aunque te fatigues, sacas fuerzas de flaqueza, siempre sonriente para empapar las lágrimas de los damnificados o afectados. Tu lema es ayudar. Pero no eres jactanciosa, no presumes de hacer, sino que por el contrario quieres, por humildad, pasar desapercibida. Todos te queremos y no tienes enemigo alguno, –bueno, sí, uno, después me referiré a él–. No guardas rencor, siempre se te olvidan los malos modales con que algún despistado u orgulloso puede recibir en contadas ocasiones tu altruismo, pero no se lo tomes en cuenta son personas que solo tienen un mal pronto, como se suele decir, pero si les das un poco de tiempo te toman cariño, aunque su forma de ser no le permita mostrar su agradecimiento.

       Tienes también la gran virtud de presentarte tanto de forma aislada como en forma colectiva: grupos que tengan en común el pertenecer a un mismo nexo de unión. Basta que uno exponga una necesidad para que otros muchos se le adhieran: compañeros de clase o trabajo, cofrades, gentes con iniciativa… ¿O qué decir del voluntariado y donantes de órganos?

       Eres hermana de la caridad, pero, yo diría, que con otra perspectiva aledaña a ella, sin embargo algo más universal. Me explico. La caridad, por ser una virtud teologal –“teo”: raíz griega que significa dios– está motivada por un perfil religioso, algo propio de los cristianos; en cambio tú no estás imbuida por matiz alguno de creyente o espiritualidad. Transciendes lo religioso, pues lo mismo anidas en el corazón de un misionero que te vinculas al agnóstico o al ateo, mejor, todos los dioses son tu dios. Actúas por humanidad, moralidad o por ética y no necesariamente por sentimiento espiritual e inmortal del ser humano. Como todos los hermanos, os parecéis, pero con diferencias. Ella aparenta ser más seria, tradicional y conservadora, tú, en cambio, das un aire de liberalismo y jovialidad. Más juvenil.

       Anteriormente hacía referencia a que solo tienes un enemigo: por pura y estricta semántica es el insolidario, sinónimo de egoísta, saqueador o acaparador porque vive únicamente para sí mismo. Se cree que no necesita nada de nadie y por tanto… a la inversa. (Lo de acaparador lo digo porque estos días inmediatamente posteriores a la arriba referida DANA había gente que dejaban las estanterías de los supermercados vacías, carros de compras hasta los topes con artículos multiplicados, yo a eso lo llamo insolidaridad, pues te hacen una desleal competencia).

       En fin, aquí tienes un apasionado admirador que siempre estará a tu lado, un servidor siempre solidario con la solidaridad.

 

Valencia, 1 de noviembre, Día de Todos los Santos.

 

Pedro José Martínez Caparrós

lunes, 4 de noviembre de 2024

Partiendo la Palabra "A los pies de Jesús escuchaba su Palabra"(IX)

 




Seguimos pendientes de María de Betania, que, a los pies de Jesús, escuchaba su Palabra. Nos preguntamos: ¿No oiría el ruido que hacía su hermana en sus faenas de la casa? Pues   sí…pero "muy a lo lejos" absorta como estaba en los saltos que daba su alma, al recibir como en cascada, Palabras de Vida…".

Nos recuerda el impacto que alcanzó a Pedro, Santiago y Juan en la Transfiguración de Jesús (Lc 9,28-36). Los tres perdieron la noción del tiempo y del espacio, de ahí que Pedro en nombre de todos dijera a Jesús: ¡Que bueno es estar aquí, hagamos tres tiendas...! María de Betania representa la Plenitud de la Oración. No necesitó cursos ni métodos y menos aún de “expertos cualificados". Su amor a Jesús, abrió su alma a su Misterio y El, abriéndose camino hacia su corazón (Jn 14,23) tomó posesión de ella.

¡¡¡La insuperable grandeza de esta escena radica en que, la más que envidiable experiencia amorosa de esta mujer...!!!  está a nuestro alcance, al alcance de todo aquel que la busque y la desee pasionalmente.

En realidad, María de Betania, personifica la Sed que reconociéndolo o no, todos tenemos de Trascendencia…de Dios.

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostoles.com

 

sábado, 2 de noviembre de 2024

Partiendo la Palabra Dom XXXI. T. Ord. (Mc 12, 28b-34) ¿Necesita Dios nuestro Amor?

 




Un escriba pregunta a Jesús, cuál es el mayor mandamiento de la Ley. Jesús le responde: "Amarás al Señor, tú Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas". Jesús le está anunciando la Plenitud Gloriosa de nuestra relación con Dios. La respuesta nos parece sublime, paradisíaca, pero, ¿Como nos atrevemos a pretender amar así a Dios dada la debilidad de nuestro corazón? Y más aún; siendo Dios perfecto en todo, ¿Necesita de nuestro Amor?.

 Son preguntas desconcertantes. Encontramos la respuesta en la versión que nos da Lucas de este mismo pasaje. Lucas escribe que es el escriba quién proclama el Gran Mandamiento: "Amarás al Señor..." Y que Jesús le dice: "Haz esto y vivirás" (Lc 1O, 25...) - He ahí nuestra Fuerza- Gracia para alcanzar un día este Amor a Dios y al prójimo: !!Vivirás!! ¡¡Es un vivir desde Dios que nos hace vencer el espectro de la Muerte (1 Co 15,26) !!Vivirás!! He ahí la Promesa que recorre el Evangelio sin cesar: " En la Palabra estaba la Vida..." (Jn 1,1-5..) "Yo soy la Vida..." ( Jn 14,6 ). "El que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado - ya - tiene Vida Eterna" (Jn 5,24 )...etc. 

O sea que somos nosotros los que necesitamos que Dios nos ame y nos dé la Vida...entonces, y con esta Vitalidad que no es de la tierra sino del Cielo ya es posible una relación de Amor con Dios con todo nuestro corazón, alma y fuerzas... porque están enriquecidos- divinizados, como dicen los Padres de la Iglesia (por ejemplo, San Agustín), por la Presencia de Dios. Si, Jesús se hizo hombre, murió, resucitó y en su Evangelio nos dejó "su marca": ¡VIVIRÁS!

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapistoles.com