¿Dónde está tu Dios? Desde lejos veremos qué nos responden, sin
pretensiones, pero con “su corazón y su alma habitados por Él … por Dios.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
¿Dónde está tu Dios? Desde lejos veremos qué nos responden, sin
pretensiones, pero con “su corazón y su alma habitados por Él … por Dios.
P. Antonio Pavía
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Cuando Samuel, fue enviado por Dios donde Jesé, porque había escogido a uno
de sus hijos como rey de Israel, este le presentó a los mayores, pues
sobresalían por su gallardía y fortaleza. Samuel los miró detenidamente y dijo
a Jesé: "Dios no mira las apariencias sino el corazón" ...al final
apareció David, que era el más pequeño, el menos importante y Samuel exclamó:
este es el que Dios ha elegido. (I Sam 16,4...).
P. Antonio Pavía
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Jesús proclamó a todos, empezando
por ella que "había escogido la mejor parte" y que ningún poder de
este mundo podría arrebatársela. Lo dijo también a sus discípulos de todos los
tiempos, al proclamar que los poderes del infierno- de Satanás- jamás podrían
abatir su Iglesia (Mt 16,18).
El mismo Jesús acariciará y
protegerá los corazones que le abrieron sus puertas, cuando les llamó a su
Seguimiento por medio del Evangelio; y es que con toda verdad podemos decir que
el Evangelio es la Sublime Llamada de Jesús al hombre (2 Ts 2,14).
Benditos quienes, ante el Santo
Evangelio, tengan la sabiduría de gritar exultantes: El Camino, la Verdad, y la
Vida salen a mi encuentro: ¡Aquí Estoy!
P. Antonio Pavía
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Querida
y apreciada solidaridad: Qué admirable es tu nombre, pero inmensamente mejores
tus hechos y acciones. Te escribo para darte las gracias por el ejemplo que
estás dando en estos días a causa de la DANA en esta bella tierra valenciana. Gracias
por tu edificante alma. Gracias por ser un referente social. Gracias por la
lección de vida. Tú siempre estás ahí dispuesta, vigilante día y noche, haga
frío o calor, llueva o escampe, no aguardas a que te llamen, pues te presentas
sin ser invitada y todos agradecemos tu “intrusismo”. Eres como un poliedro de
infinitas caras porque infinitas son tus actividades: lo mismo te presentas con
aspecto juvenil pletórico de fuerzas que vives en la débil ancianidad de noble
voluntad. No te quejas, aunque te fatigues, sacas fuerzas de flaqueza, siempre
sonriente para empapar las lágrimas de los damnificados o afectados. Tu lema es
ayudar. Pero no eres jactanciosa, no presumes de hacer, sino que por el
contrario quieres, por humildad, pasar desapercibida. Todos te queremos y no
tienes enemigo alguno, –bueno, sí, uno, después me referiré a él–. No guardas
rencor, siempre se te olvidan los malos modales con que algún despistado u
orgulloso puede recibir en contadas ocasiones tu altruismo, pero no se lo tomes
en cuenta son personas que solo tienen un mal pronto, como se suele decir, pero
si les das un poco de tiempo te toman cariño, aunque su forma de ser no le permita
mostrar su agradecimiento.
Tienes
también la gran virtud de presentarte tanto de forma aislada como en forma
colectiva: grupos que tengan en común el pertenecer a un mismo nexo de unión.
Basta que uno exponga una necesidad para que otros muchos se le adhieran:
compañeros de clase o trabajo, cofrades, gentes con iniciativa… ¿O qué decir
del voluntariado y donantes de órganos?
Eres
hermana de la caridad, pero, yo diría, que con otra perspectiva aledaña a ella,
sin embargo algo más universal. Me explico. La caridad, por ser una virtud
teologal –“teo”: raíz griega que significa dios– está motivada por un perfil
religioso, algo propio de los cristianos; en cambio tú no estás imbuida por
matiz alguno de creyente o espiritualidad. Transciendes lo religioso, pues lo
mismo anidas en el corazón de un misionero que te vinculas al agnóstico o al
ateo, mejor, todos los dioses son tu dios. Actúas por humanidad, moralidad o
por ética y no necesariamente por sentimiento espiritual e inmortal del ser
humano. Como todos los hermanos, os parecéis, pero con diferencias. Ella
aparenta ser más seria, tradicional y conservadora, tú, en cambio, das un aire
de liberalismo y jovialidad. Más juvenil.
Anteriormente
hacía referencia a que solo tienes un enemigo: por pura y estricta semántica es
el insolidario, sinónimo de egoísta, saqueador o acaparador porque vive únicamente
para sí mismo. Se cree que no necesita nada de nadie y por tanto… a la inversa.
(Lo de acaparador lo digo porque estos días inmediatamente posteriores a la arriba
referida DANA había gente que dejaban las estanterías de los supermercados
vacías, carros de compras hasta los topes con artículos multiplicados, yo a eso
lo llamo insolidaridad, pues te hacen una desleal competencia).
En
fin, aquí tienes un apasionado admirador que siempre estará a tu lado, un
servidor siempre solidario con la solidaridad.
Valencia, 1 de noviembre, Día de Todos
los Santos.
Pedro José Martínez Caparrós
Seguimos pendientes de María de Betania, que, a los pies de Jesús, escuchaba su Palabra. Nos preguntamos: ¿No oiría el ruido que hacía su hermana en sus faenas de la casa? Pues sí…pero "muy a lo lejos" absorta como estaba en los saltos que daba su alma, al recibir como en cascada, Palabras de Vida…".
Nos recuerda el impacto que alcanzó a Pedro, Santiago y Juan en la
Transfiguración de Jesús (Lc 9,28-36). Los tres perdieron la noción del tiempo
y del espacio, de ahí que Pedro en nombre de todos dijera a Jesús: ¡Que bueno
es estar aquí, hagamos tres tiendas...! María de Betania representa la Plenitud
de la Oración. No necesitó cursos ni métodos y menos aún de “expertos
cualificados". Su amor a Jesús, abrió su alma a su Misterio y El,
abriéndose camino hacia su corazón (Jn 14,23) tomó posesión de ella.
¡¡¡La insuperable grandeza de esta escena radica en que, la más que
envidiable experiencia amorosa de esta mujer...!!! está a nuestro
alcance, al alcance de todo aquel que la busque y la desee pasionalmente.
En realidad, María de Betania, personifica la Sed que reconociéndolo o no,
todos tenemos de Trascendencia…de Dios.
P. Antonio Pavía
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Un escriba pregunta a Jesús, cuál es el mayor mandamiento de la Ley. Jesús le responde: "Amarás al Señor, tú Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas". Jesús le está anunciando la Plenitud Gloriosa de nuestra relación con Dios. La respuesta nos parece sublime, paradisíaca, pero, ¿Como nos atrevemos a pretender amar así a Dios dada la debilidad de nuestro corazón? Y más aún; siendo Dios perfecto en todo, ¿Necesita de nuestro Amor?.
Son preguntas desconcertantes. Encontramos la respuesta en la versión que nos da Lucas de este mismo pasaje. Lucas escribe que es el escriba quién proclama el Gran Mandamiento: "Amarás al Señor..." Y que Jesús le dice: "Haz esto y vivirás" (Lc 1O, 25...) - He ahí nuestra Fuerza- Gracia para alcanzar un día este Amor a Dios y al prójimo: !!Vivirás!! ¡¡Es un vivir desde Dios que nos hace vencer el espectro de la Muerte (1 Co 15,26) !!Vivirás!! He ahí la Promesa que recorre el Evangelio sin cesar: " En la Palabra estaba la Vida..." (Jn 1,1-5..) "Yo soy la Vida..." ( Jn 14,6 ). "El que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado - ya - tiene Vida Eterna" (Jn 5,24 )...etc.
O
sea que somos nosotros los que necesitamos que Dios nos ame y nos dé la
Vida...entonces, y con esta Vitalidad que no es de la tierra sino del Cielo ya
es posible una relación de Amor con Dios con todo nuestro corazón, alma y
fuerzas... porque están enriquecidos- divinizados, como dicen los Padres de la
Iglesia (por ejemplo, San Agustín), por la Presencia de Dios. Si, Jesús se hizo
hombre, murió, resucitó y en su Evangelio nos dejó "su marca":
¡VIVIRÁS!
P. Antonio Pavía
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