Finalizamos este ciclo catequético sobre María de Betania, que encontró en
las palabras de Vida y Espíritu que Jesús le iba diciendo la Luz Verdadera (Jn
1,9) que iría a colmar su corazón de las alegrías que no se desvanecen, incluso
cuando los sufrimientos que a todos nos visitan, la rodeen amenazantes. María
hizo su elección: El Discipulado, siempre golpeado por el odio y desprecio del
mundo (Jn 16,14).
Jesús proclamó a todos, empezando
por ella que "había escogido la mejor parte" y que ningún poder de
este mundo podría arrebatársela. Lo dijo también a sus discípulos de todos los
tiempos, al proclamar que los poderes del infierno- de Satanás- jamás podrían
abatir su Iglesia (Mt 16,18).
El mismo Jesús acariciará y
protegerá los corazones que le abrieron sus puertas, cuando les llamó a su
Seguimiento por medio del Evangelio; y es que con toda verdad podemos decir que
el Evangelio es la Sublime Llamada de Jesús al hombre (2 Ts 2,14).
Benditos quienes, ante el Santo
Evangelio, tengan la sabiduría de gritar exultantes: El Camino, la Verdad, y la
Vida salen a mi encuentro: ¡Aquí Estoy!
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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