domingo, 13 de junio de 2021

Dos corazones

 


Corazones pequeñitos bajo las aguas del mundo que hoy son luz de Dios. Jesús amaba tanto a los niños...

Habéis llegado al paraíso, al más alto nivel de amor que nunca conocisteis. Angelotes de Murillo bailando al son de canciones de cuna mientras que manos infantiles mecen con alegría almitas balbuceantes.  

Hoy miráis desde arriba ese mar Atlántico, inmenso azul como el cielo que os cobija. Solo fue un dormir para despertar en la guardería de Dios. No os dejaron vivir la vida de la tierra pero no os preocupéis, disfrutáis de la santidad de los niños celestiales.

Vuestros Padres del cielo os harán soñar, reír y vivir eternamente la felicidad que os quitaron. Corazones blancos que no se mancharán jamás; ya habéis llegado al lugar de nuestros sueños ¿Qué más podría daros Dios?    

Amados ángeles chiquitos, enviadnos vuestra ayuda a los que aún estamos aquí porque sois lo más grande del cielo. No sé si lleváis túnicas o faldones con puntillas pero no importa, las sedas que os han puesto son las mejores, y ¡tened cuidado!, no tropecéis con vuestros vestidos y volad separados como las golondrinas de la tierra...

Qué los ecos de nuestra pena se conviertan en nanas de consuelo y sean para vosotras junto al amor de vuestra madre, el arrullo de vuestra eterna niñez.   

Dos besos envueltos en nubes de lágrimas y perdón os llegarán desde el mundo; esperad y veréis cuantas almas os quisieron.    

Vuestra “hermana mayor”.

In memoriam Olivia y Anna. 10 junio 2021

 Emma Díez Lobo

    

  

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