lunes, 24 de octubre de 2022

Yo soy bueno

 


 Vamos a ver, ¿qué tú eres bueno? Y yo reina de Francia... ¡Que el pecado anda en nosotros como “Pepe” por su casa! que no que no, que de buenos nada; somos tal que pecadores irresistibles. Grave error creer que las “faltillas” que cometemos son inapreciables y no cuentan. ¡Ya! y el demonio dándote la razón para que acumules tropecientos mil pecados sin confesar.   

¡Madre mía, qué presunción de bondad!, ¿Pero no quedó claro que Jesús vino por nuestras imperfecciones y maldades? Pues parece que muchos no se enteran.  

La condición de humano te hace constante vulnerable al mal: No tan bueno, no tan humilde, no tan piadoso, no tan caritativo, no tan comprensivo, no tan hermano de tu hermano y tienes millones de hermanos. ¿Rezar por los que se pueden condenar?, o pensar ¡Ojalá les caiga encima!... En fin, pecadores en cuanto nos levantamos de la cama.  

Yo, es que no doy una... Y mirad que lo intento, pero me falta un montón para parecerme a como Dios me pide; por eso voy a misa, por eso me confieso con frecuencia, por eso pido que el Evangelio inunde mi pensamiento.  

Y veo un atisbo de cambio -al final del túnel ¡claro! - sobre mi actitud ante los locos de este mundo. No rezamos para que no hagan el mal, sino por los que lo sufren y así nos va, sufre que te sufre.    

Mejor sería pedir por ellos y ¡Cuántos males se eliminarían!   

No, no somos geniales...

       Emma Díez Lobo     

No hay comentarios:

Publicar un comentario