miércoles, 23 de noviembre de 2022

Partiendo la Palabra El Discipulado II

 


 Continuamos con la llamada y su cumplimiento, de Jesús a Pedro y Andrés al Discipulado. Jesús es detenido en el Huerto de los Olivos.  Pedro quiere seguirle, pero su debilidad se impone y le niega tres veces. Tres caídas, previsibles, ya que Jesús no había culminado aún su obra en él. La desolación de Pedro es inenarrable. Piensa que su ruptura con Jesús a quien ama a pesar de su cobardía, es definitiva.  Pobre Pedro; tres veces había proclamado que no le conocía...y en realidad era normal creer que su ruptura con Él no tenía vuelta atrás, de ahí sus lágrimas amargas como la hiel. (Lc 22,62) Esas sí que fueron lágrimas de amor y no las que vemos en ciertas películas salidas a base de cebollas. Repito, pobre Pedro; aún no conocía el Amor en estado puro propio de Jesús.

 Nos imaginamos su sorpresa cuando Jesús resucitado le coge aparte y por tres veces le pregunta: ¿Me amas? (Jn 21,15) Pedro está al borde de un infarto; Jesús le otorga no solo el perdón incondicional, sino que le confía sus ovejas para que se las apaciente. O sea que le confía sus ovejas y también " sus Palabras de Vida Eterna (Jn 6,68) para alimentar sus almas. Este Amor loco de Jesús volvió loco a Pedro; también a todos sus discípulos a lo largo de la Historia.!

  Bendita locura de estos millones de hombres y mujeres que vivieron y viven abrazados al Evangelio; si, porque es esta locura de amor la que libera al hombre caído de las crónicas incongruencias, que todos hemos vivido, hasta que alguien nos anunció el Santo Evangelio de Jesús...y nos abrazamos a Él.

 

P. Antonio Pavía

 comunidadmariaadreapostolescom

 

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