"En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en
tierra y muere queda él solo, sin fruto". No hay mayor soledad, que la de
vivir, sin dar los frutos que brotan del Evangelio. Ser granos de trigo
arrojados en tierra, nos asemeja a Jesús despreciado por su propio pueblo al Calvario.
(Is 53,3...) Vivimos con la tentación, de defender nuestra vida, arropándola,
por la música atractiva de este mundo, sin calibrar que esté mundo en cuyos
brazos te arrojas, deja de arroparte, cuando lo que te ofrece no da más de sí,
porque jamás estará a la altura de la infinitud y ansias de tu corazón. El
Salmista dirá que quienes se abrazan al mundo, son personas que se " dejan
pastorear por la Muerte" (Sl 49,15).
Busquemos a Aquel que murió por
nosotros para ser nuestro Buen Pastor que nos conduce por Pastos- Palabras que
son "Espíritu y Vida" a la medida de nuestra infinitud (Jn
6,63).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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