sábado, 15 de agosto de 2015

La Asunción de la Virgen María




No se nos pierde, no.
Se va y se queda.
coronada de cielo,
tierra añora
y baja en descensión
de Mediadora,
rampa de amor,
dulcísima vereda.

Recados del favor
nos desenreda
la mensajera,
la reveladora,
la paloma de paz.
Heridla ahora:
ya se acabó
el suplicio de la veda

Hoy sobre todo
que es la fiesta en Roma
y se ha visto volar
otra Paloma

y posarse
en la nieve de una tiara.

La Asunción de María
 -vítor, cielos-,
corazonada ayer
de mis abuelos,
en luz, luz,
luz de Dogma se declara. 
(Gerardo Diego)


Salve, Madre,
en la tierra de mis amores
te saludan los cantos
que alza el amor.
Reina de nuestras almas,
flor de las flores,
muestra aquí
de tu gloria los resplandores,
que en el cielo tan sólo
te aman mejor.

Virgen Santa, Virgen pura,
vida, esperanza y dulzura
del alma que en ti confía,
Madre de Dios, Madre mía,
mientras mi vida alentare,
todo mi amor para ti,
mas si mi amor te olvidare,
Madre mía, Madre mía,
aunque mi amor te olvidare
tú no te olvides de mí.



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