viernes, 3 de junio de 2016

Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús





El mes de junio está tradicionalmente dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, máxima expresión humana del amor divino. 

La piedad popular valoriza mucho los símbolos, y el Corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios; pero no es un símbolo imaginario, es un símbolo real, que representa el centro, la fuente de la que ha brotado la salvación para la entera humanidad. 

En los Evangelios encontramos diversas referencias al Corazón de Jesús, por ejemplo en el pasaje en el que el mismo Cristo dice: «Venid a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad mi yugo y aprended de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontraréis vuestro alivio» (Mt 11,28-29). 

El relato de la muerte de Cristo según Juan es fundamental. Este evangelista testimonia de hecho aquello que vio en el Calvario, o sea, que un soldado, cuando Jesús ya estaba muerto, le atravesó el costado con la lanza, y enseguida brotó sangre y agua (cfr Jn 19,33-34). 

Juan reconoció en aquel signo, aparentemente casual, el cumplimiento de las profecías: del corazón de Jesús, Cordero inmolado sobre la cruz, brota el perdón y la vida para todos los hombres. Pero la misericordia de Jesús no es sólo sentimiento, es más, es una fuerza que da vida, ¡que resucita al hombre! Pensemos en esto. Es bello. 

La misericordia de Dios da vida al hombre, lo resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. ¡No tengamos miedo de acercarnos a Él! ¡Tiene un corazón misericordioso! Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, Él nos perdona siempre. 

¡Es pura misericordia! 

No olvidemos esto: es pura misericordia. ¡Vayamos a Jesús! 

Papa Francisco

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