sábado, 5 de diciembre de 2020

Domingo, II de Adviento

 


Necio según la Escritura, es aquel que se sirve de Dios, de su Palabra y la deforma para su propio provecho, gloria o de la institución o movimiento religioso al que pertenece. Con esta necedad bloquea la Presencia de Dios a aquellos que le escuchan o siguen. Claro que respecto a estos también habría que decir que les viene bien la mediocridad de sus dirigentes pues, al igual que ellos, no están convencidos de que Jesús y su Evangelio - son inseparables- les den  la Vida en abundancia (Jn 10,10b).

 Frente a estos falsos dirigentes y falsas ovejas se levanta vehementemente Juan Bautista con un grito ensordecedor: ¡¡Fijaos en Él, en Jesús, no en mí!! Yo solo soy su mensajero, Él es el Enviado del Padre, abrid vuestros oídos a su Palabra. Solo así podrá abrirse un camino que alcance vuestro corazón y sanearlo.

 ¡Escuchadle hasta que oigáis que pronuncia vuestro nombre!

 Entonces, desbordantes de gozo por haberle encontrado, le seguiréis.

 P. Antonio Pavía

https://www.comunidadmariamadreapostoles.com/

 

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