miércoles, 19 de julio de 2023

Partiendo la Palabra En tu Luz vemos la luz (II) (Sl 36,10

 


Vimos este lunes que Dios se sirve de la Luz de los Salmos para darse a conocer a sus buscadores.

 Recordemos la inspiración de David que le movió a decirle a Dios: "En tu Luz vemos la luz " Miramos ahora al salmista, que hambriento y sediento de Dios, se compara con una cierva que adentrándose en la espesura del monte alza su cabeza y con su olfato intenta dar con el manantial de agua que intuye cercano. La forma en la que expresa sus ansias de Dios es encantadora: “… Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo podré ir a ver el rostro de Dios? (Sl 42,3).

Este hombre está desengañado de tantos dioses inertes, a los que ha servido y que no han podido hacer nada por él; entonces su alma le impulsa a buscar a Dios y llegar a ver su Rostro.

 ¿Podemos llegar a ver el Rostro de Dios!! ¡¡Claro que sí...!! ¡Con los ojos del alma! Oigamos a San Agustín: "Si nuestro cuerpo -que es limitado - tiene sus propios sentidos, ¿No los va a tener el alma?  ¡Muy Buena Noticia para los Buscadores de Dios!

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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