miércoles, 26 de julio de 2023

Partiendo la Palabra Tú eres mi grandeza, Señor (Jn 3,30)


A la luz del combate entre David y Goliat, que vimos el lunes, analizamos el combate que libramos los discípulos de Jesús contra el mundo, sabiendo que este tiene sus propias armas: seducción por ambiciones, poder, honores, gloria, culto a la mentira...etc. mientras que nosotros solo contamos, aquí resplandece nuestra fe, con la piedra angular que es Jesús. Es un combate que a veces nos desanima, pero que a la larga causa impacto en los no creyentes al ver, no nuestro fanatismo pues eso les hace reír, sino nuestra filial confianza en Dios. Impacto e incluso sorpresa al constatar por sí mismos, que vivimos lo que proclama Pablo, que: " Está fuerza tan extraordinaria no viene de nosotros, sino de Dios" (2Co 4,7).

 Así es, Jesús asocia a su victoria a los que dejan el paso libre hacia su corazón, a palabras suyas como, por ejemplo: " En el mundo tendréis tribulación, pero ánimo, yo he vencido al mundo” (Jn 16,33).

 Este es el combate de la fe que nos hace grandes a los ojos de Dios; combate que testifica que confiamos verdaderamente en El; combate que nos hace dignos de su Gloria, cómo proclama gozoso Pablo, en el atardecer de su vida (2 Tm 4,6-8).

 

 P. Antonio Pavía

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