sábado, 2 de diciembre de 2023

Partiendo la Palabra Dom. I de Adviento Velad, orad y venceréis (Mc 13,33-37)

 


 El Adviento se abre con esta exhortación de Jesús: Velad, orad y vuestra victoria sobre el Tentador está garantizada. Él, se retiraba frecuentemente para rezar en soledad (Lc 5,16). Velaba y oraba porque, en cuanto hombre necesitaba recibir la Fuerza del Padre para cumplir la misión que le había encomendado. Lleno pues " del Padre " fruto de su "velar y orar “, le vemos celebrando la Eucaristía (La Ultima Cena) con los suyos. Lo cierto es que incluso en la Santa Cena, sus Apóstoles dieron rienda suelta a su inhumanidad ambiciones, al discutir quien era el mayor ... (Lc 22,24).

 Podemos imaginarnos   cómo fue después al Huerto de los Olivos: con un dolor y tristeza innombrables. Por si fuera poco, sus amigos Pedro, Santiago y Juan le dejan desamparado con sus angustias:  se duermen. Jesús lacerado hasta lo indecible vela y ora así al Padre: " Si es posible aparta de mi esta copa, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Lucas nos dice que, ante tanto dolor y desvalimiento, el Padre le envió un ángel para confortarle. (Lc 22,39-44).

 El Padre confortó el alma quebrantada y malherida de su Hijo, como estaba profetizado.  (Sl 23,1-3). Velemos, oremos y Jesús confortará también nuestra alma pues esa profecía se cumple también en sus discípulos. Su Padre confortó su alma; Él confortará la nuestra. Velemos pues, oremos y venceremos.

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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