viernes, 7 de noviembre de 2025

Partiendo la Palabra D.T.O.XXXII (Jn 2,13-22)

 

 Cambia Señor, mi corazón.

 Jesús llega al Templo de Jerusalén, y ve que el atrio está plagado de mercaderes. El atrio forma parte de la Presencia de Dios que santificaba el Templo. Tanto los que venden como los que compran empañan la Gloria de Dios allí presente, pero no les importa …ellos van a lo suyo: el dios dinero (Mt 6,24).

 Entonces Jesús, haciendo ver que ha venido para que aprendamos a "adorar a Dios en Espíritu y Verdad" como bien lo dijo: (Jn 4,23-24) expulsa de la "Casa de Dios" a tanto simulador de buen creyente". Esta expulsión tiene una connotación Catequético-Espiritual fortísima. Cuando retenemos la Palabra de Dios, solo en nuestra mente, como los fariseos, el corazón admite sin más, sus compraventas con las ofertas que le ofrece el mundo. Cuando dejamos que el Evangelio de Jesús vaya cambiando nuestro corazón, entonces, por la Fuerza de la Palabra, son dominados y expulsados los tumores-diosecillos instalados en él De ellos nos habla el mismo Jesús: "De dentro del corazón de los hombres, salen las malas intenciones, fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias...(Mc 7-21-23).

 Dicho esto, nos preguntamos: ¿Cómo es nuestra relación con el Evangelio de Jesús?

 

P. Antonio Pavía 

comunidadmariamadreapostiles.com

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