Dice San Pablo parafraseando a Isaías:
"Que hermosos son los pies
del mensajero que anuncian
la Buena Noticia" (Is 52,7).
El mismo Pablo exhorta a los primeros
cristianos a que lleven sus pies calzados por el celo por anunciar el
Evangelio. (Ef 6,15). El broche de oro de la relación catequética entre los
pies y el Evangelio lo pone Jesús al lavar los pies de sus Discípulos antes de
su Pasión, como profecía y promesa de que su misión sería la de anunciar el
Evangelio por el mundo. (Jn 13,1...).
En este bellísimo contexto vemos a María, la
hermana de Marta que "sentada a los pies de Jesús escuchaba su Palabra"
(Lc 10,39...) Sentada a sus pies, con los ojos y oídos pendientes de las
Palabras que salían de su boca. Su disposición interior no era la de aprenderlas
académicamente sino de guardarlas en su corazón con el deseo de cumplirlas
conforme crecían llenas de Vida en ella. Su hermana Marta, no entendía; creía
que primero eran las cosas de la casa y después escuchar a Jesús. María
entendió y escogió. Marta, que tenía un huracán en su corazón explotó; entonces
Jesús la dijo: Marta, Marta… repetir el nombre era señal de mucho cariño, te
preocupas por muchas cosas. María escogió la realmente importante. O sea,
primero las cosas del alma; después las demás. María representa "a las de
cerca".
El miércoles veremos a "las de lejos".
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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