Tu piensas como los hombres, no como
Dios dijo Jesús a Pedro, cuando impulsado por un amor demasiado frágil, intentó
apartarle de la misión que su Padre le había confiado: la creación del hombre
nuevo en el Calvario. Hombres nuevos que llevamos tatuada en el alma la imagen
de Jesús, como dice Pablo (Rm 8,29).
Para llegar a pensar como Jesús
hemos de acoger en el corazón, con amor indivisible, su Evangelio. Así es como
recibimos la Sabiduría que nos permite abrazarnos al pensar y sentir de Dios.
Tengamos en cuenta que Dios creó el mundo para nuestro servicio.
El problema se da cuando dejamos que
el mundo se enseñoree con nosotros arrastrándonos y sometiéndonos a un
servilismo con sus ofertas. Pedro habló así porque a esas alturas aún tenía la
mente del mundo; un mundo que pregona que a Dios no hay que hacerle mucho caso.
Pedro al crecer como discípulo de Jesús se despojó de
su mente calculadora y llegó a tener, como todo el que persevera en el
Discipulado, la mente de su Buen Pastor: Jesús: (1 Co 2,16).
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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