Hablamos de la Fe que agrada a Dios desde el Shema,
palabra hebrea que significa escucha, y que nos permita estar permanentemente
"en Presencia de Dios".
Israel escuchaba y hasta se aprendía de memoria casi toda la Escritura, pero, salvo excepciones jamás la guardo en su corazón. La multitud llenaba las sinagogas, el Templo de Jerusalén, sin embargo, Dios dijo: Mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no me quiso obedecer. Les abandoné a la dureza de su corazón. (81,12-13) Israel cumplía en general con los ritos y cultos prescritos, pero al no guardar la Palabra escuchada, " marcaba su territorio "impidiendo el paso a Dios hacia el corazón". Por supuesto que hubo excepciones: Los patriarcas, profetas, santas mujeres. etc.
El miércoles hablaremos de la Israelita por
excelencia: María, que vivió su misión con la Palabra amorosamente guardada,
hasta quedar tatuada, en su corazón.
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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