lunes, 4 de diciembre de 2023

Partiendo la Palabra Jesús lloró por Jerusalén (Lc 19,41...) (I)

Nos quedamos sin palabras al ver a Jesús llorando sobre Jerusalén, que a pesar de albergar en su seno " El Templo de la Gloria de Dios " le rechazó; si, al Mesías, que "al menos de boquilla" con tantas ansias esperaban.

 Jesús, no sólo fue rechazado y humillado, sino que se lo quitaron de encima. A Él, la Palabra del Padre; a Él por quien todos suspiraban en sus rezos y lágrimas. Jesús, predicó el Evangelio testificando su autenticidad con milagros y sin embargo fue rechazado porque sus palabras eran luces que les hacían descubrir el templo idólatra de sus corazones.

 Al despreciable, cumplieron la profecía de Dios a Ezequiel: " Te rechazan a ti porque no quieren escucharme a mi " (Ez 3,7). Esta perversión del corazón provocó el llanto inconsolable de Jesús sobre la que llamaban: "La Ciudad Santa" Lloró y profetizó: " Vuestra Casa quedará desierta "(Lc 13,34-35).

 Desierto de la Presencia y de la Gloria de Dios quedó el Templo de Jerusalén aquel día en el que Jesús cargando con la Cruz se encaminó hacia el Calvario. Nadie reparó en ello, pero bien supo Él ese día, que la Gloria de su Padre abandonando el Templo se posó sobre El, y acampó en el Calvario. Fue allí donde nació la Iglesia, el Discipulado.

 

(Lo veremos el miércoles).

 

P. Antonio Pavía

comunidadmariamadreapostoles.com

 

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