Niña del sol naciente, niña de mi maltrecha
España… Asunta “Lee” para tus continentes. Eras uno de nosotros y te han
dormido para la tierra ¿Dónde tus artes, tu maletín de sueños y amor vacíos?
La humanidad te echa de menos como a tantos otros
niños y aún son más los que no han dejado nacer… “Que las piedras se conviertan en pan” y se convirtieron, evitando
vuestra existencia por capricho de “madres” contra los deseos de Dios…
Cristiana o no,
pero nacida para nuestro mundo; cristiana o no, pero un alma más en las
cuentas de Dios… Y te robaron el aire a cambio del “esplendor de estos reinos”. ¿Por ladrillos se vendieron?
Se tiraron del “alero del templo” pues no ocurriría nada… Pero los ángeles del
cielo no aparecieron…
Niña amada ¡Qué pena ver tus alas a destiempo!
¡Qué pena, tu vida por su muerte!
No dejes de volar, ni de amar, ni de sonreír. El
camino es corto a la eternidad y los justos te esperan como te espera Dios,
porque eres aún tan pequeña…
Cuando llegues, no te olvides de orar por ellos,
no abandones tu lucha y arrebátales de las tinieblas… ¡Hija querida! Tienes una
labor importante, tenemos una labor que hacer, pues “el príncipe” no puede
ganar la batalla ¡No le dejaremos!
Nunca hubo para ellos tanta necesidad de ti en el
más allá. Manda a las conciencias humanas tu amor. Ya sé ¡pequeña! que lo estás
haciendo, pues muchos han despertado…
Por tu triste abandono en el “sol naciente”, por
tu triste muerte en esta maltrecha España, pido a mi Dios que sigas tocando ese piano “blanco”, para
que tus sinfonías resuenen en el universo de Dios y yo te oiga en el silencio
de mis pensamientos.
Emma Diez Lobo
No hay comentarios:
Publicar un comentario